¡Han Jisung, un chico de 16 años, estaba acostumbrado a una vida de lujos. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres fallecieron en un tragico accidente. De repente, se encontró en una situación desesperada y no tuvo más opción que buscar trabajo e...
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—¿Que crees que haces?—pregunto jisung cachando a somi revisando sus cosas de su bolso.
Somi asustada dejo caer todo volteando a ver a jisung.
—nada, solo estaba buscando un labial.
—¿en mis cosas?—pregunto jisung llendo a recoger sus cosas en el suelo.
—ahh perdón, lo que pasa es que tengo un bolso igual, y me confundí.—dijo descaradamente saliendo del lugar.
Jisung sabia que nada estaba bien, era sospechoso que la rubia revisara sus cosas y se asustara dramáticamente.
Reviso su bolso para asegurarse que todo estaba allí o quizás le metió algo dentro, pero todo estaba bien, quizás solo se confundió de bolso como ella lo dijo.
Solo lo dejo pasar mientras se terminaba de quitar el maquillaje para por fin irse a descansar a casa.
—¿encontraste algo raro?—pregunto bussy a la rubia.
—No.—nego somi llegando a una mesa dónde bussy la esperaba.—No encontre nada, la próxima ve tu, no quiero ningún problema con ese escuintle...—reprimio la rubia enojada.
—Escúchame estúpida..— la agarró fuertemente del cabello, haciendo su cabeza hacía atrás.—Tu vas a ser lo que yo diga, ¿me entiendes? Law me pidió que lo vigilé, y tú lo harás..
—¿porqué Yo?.
—Que idiota eres somi, ¿no quieres a Law para ti? Si jisung lo está engañando, pues lo mandará al diablo y el será tuyo, por eso necesito que lo vigilés.
Bussy había visto a jisung con un chico rubio muy "íntimamente" agarrados de las manos y platicando animadamente, así que de chismoso se lo contó a Law.
Law le había ordenado que lo vigilará, pero bussy no contaba que era felix y desde qué felix y jisung eran niños se llevaban de maravilla que algunos pensaban que eran parejas, esas que parecía dulce con miel, por lo tiernos que se veían.
Jisung estaba en modo de desesperación, se había levantado tarde y el autobús nada que pasaba, no había comido ni bebido nada y su estómago rugía como si de un león se tratase.
Veía desesperado su reloj en mano mientras veía si el autobús daba señales de vida.
Vio a un auto negro estacionandose enfrenté de el, y por un segundo pensó que lo secuestrarian, hasta que la ventanilla fue bajada, dejando ver a un castaño con lentes oscuros viéndose aún más atractivo de lo que ya era.
—¡sube!—ordenó
Jisung sin pensarlo dos veces, caminó hacia el auto y se subió, no podía estar de fresita negándose ya que llegaría tarde si no aceptaba, pero eso ya era entrada a que minho le siguiera coqueteando, y eso era lo que menos quería.
