¡Han Jisung, un chico de 16 años, estaba acostumbrado a una vida de lujos. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres fallecieron en un tragico accidente. De repente, se encontró en una situación desesperada y no tuvo más opción que buscar trabajo e...
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— ¿que pasa? Tengo algo en la cara. — pregunto al ver a felix con el rostro pálido y ojos enormes.
— hola minho hyung. — saludo la pequeña niña estirándo sus brazos para que minho la abrazara. Lo cual minho no se negó y la cargo.
— hola pequeña. — respondió a su saludo con un beso en la mejilla. — ¿esta jisung en casa?. — pregunto con una enorme sonrisa en su rostro.
— si, pero esta cansado.
— ¿cansado?. — pregunto preocupado.
— NO, NO. — interrumpió felix apareciendo enfrente de minho. — lo que pasa es que hizo algunos ejercicios y se canso demasiado. — mintió sonriendo.
— entonces subiré a verlo. — anunció bajando a la niña al suelo para querer dirigirse hacia arriba.
— ¡NO!. — grito felix poniéndose de nuevo enfrente de minho con las manos extendidas en ambos lados.
— estas algo extraño hoy. — dijo esquivando a felix para seguir con su camino.
— NO, no puedes ver a jisung. — Respondió impidiéndole el paso de nuevo.
— ¿porque? ¿Porque no puedo verlo? — pregunto ahora si molesto por la forma en que felix actuaba.
— popoorrquuee...¡porque no puedes verlo así vestido!. — dijo cualquier tontería que se le ocurrió.
— ¿y como esta vestido?. — pregunto cruzándose de brazos.
— eees una sorpresa.
— ¡felix explícate por porfavor!. — ordenó molesto.
Felix vio a la niña detrás de minho y le dijo al castaño que se acercara para susurrarle algo.
Minho obedeció y acercó su oído a la boca del rubio.
— hsgkajwudhkwkwbjd...
Minho abrió sus ojos y trago duro poniéndose rojo como un tomate, por lo que felix le dijo.
— ¿ahora lo entiendes?. — pregunto felix hacia minho quien este solo movió la cabeza afirmando que si.
— no se vale, yo también quiero saber. — hablo yumy con berrinches.
— mejor quédate con tío minho y yo iré a ver a jisung, ¿de acuerdo?. — propuso dejando a una niña con una leve molestia y a un minho rojo de vergüenza.
Llegando a la habitación, abrió la puerta con cuidado y lo vio acostado en la cama dándole la espalda.
— ¿con quien hablaban?. — pregunto en un susurro sin voltearse.
— minho esta aquí y quiere verte.
Jisung cerró sus ojos sacando las lágrimas restantes de sus ojos, mientras se levantaba para quedar sentado.
