¡Han Jisung, un chico de 16 años, estaba acostumbrado a una vida de lujos. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres fallecieron en un tragico accidente. De repente, se encontró en una situación desesperada y no tuvo más opción que buscar trabajo e...
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— jeongin nos avisó que te habías quedado dormido durante las tres clases y decidí comprarte esto. — menciono el rubio dejando la bandeja sobre la mesa. — te compré un sándwich integral, una bebida energética para que sigas con el resto de las clases y esta galleta de canela que tanto te gustan.
— no te tenias que molestar. — agradeció el pelinegro sin levantar la mirada, no quería ver a minho ni de reojo.
— ¿paso algo con tu uniforme? ¿Porque traes el suéter de Jeongin?. — pregunto felix al ver el nombre de jeongin en el suéter que jisung portaba. Inmediatamente minho frunció en entrecejo volteando a ver a jeongin molesto.
— lo que pasa es que... yo...mmm
— tuvimos un accidente y le preste mi chumpa para que no anduviera desnudo. — interfirio jeongin al oír a jisung tartamudear. Y el pelinegro se avergonzó más.
— que mal. — hablo el rubio.
— ten. — menciono el castaño dándole su chumpa a jisung. — el mio es más grande y te tapara mejor la parte mojada de tu pierna.
Jisung bajo su mirada a su pierna y definitivamente minho tenía razón, su pierna estaba mojada y hasta ahora se había dado cuenta, hasta parecía que se había meado.
— gracias. — agradeció tímido recibiendo la chumpa de minho. — entonces me iré a cambiar al tocador. — Menciono retirándose del lugar dejando un ambiente no muy agradable que digamos.
— ¿lo haces solo para que no use nada mio verdad?. — pregunto jeongin después de que jisung se haya marchado.
— te dije que no te quería ver cerca de el.
— ¿y como haría eso? Acaso no ves que somos compañeros de clases y de asiento. — menciono con obiedad.
— ¡chicos tranquilos!. — tranquilizo felix con ambas manos.
— ¿que acaso no te das cuenta felix? Minho solo lo quiere conquistar para su calentura y luego lo botarlo como a todos.
— que estupideces dices. — grito el mayor en defensa.
— no te hagas el enamorado ahora que no te queda hermanito.
— jisung me gusta y ni tu ni nadie podrán impedir que lo conquiste.
— ¿y por eso lo tratas como tu pareja? No ves lo incómodo que le resultó recibir tu chumpa, ¿Acaso no te diste cuenta de su rostro?.
— es porque estaba tímido.
— Ja. — respondió el menor.
— ¡ya estuvo bueno! Si quieren pelear, háganlo fuera del establecimiento no acá. — interfirio nuevamente el pecoso.
— me queda más grande y definitivamente no se nota lo mojado. — hablo el pelinegro apareciendo a los ojos de sus amigos.
Minho se sonrojó al verlo. Su corazón comenzó a latir más rápido en su pecho mientras observaba cómo él lucía su chumpa. La prenda le parecía tiernamente encantadora en el, porque estaba usando algo de el.
