¡Han Jisung, un chico de 16 años, estaba acostumbrado a una vida de lujos. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres fallecieron en un tragico accidente. De repente, se encontró en una situación desesperada y no tuvo más opción que buscar trabajo e...
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El sol resplandeciente en el cielo claro envolvía con sus rayos color oro a los amantes dormidos. Permanecían en un profundo sueño del que no deseaban despertar, disfrutando del cálido abrazo de la luz matinal que se filtraba a través de las cortinas.
Jisung abrió los ojos con pesar al ver la luz del día. El lugar estaba en silencio, solo la brisa matutina se filtraba por las cortinas. Recordaba el problema en el que se había metido, debía llegar antes de las nueve de la noche, pero el exceso de alcohol lo dejó exhausto y sumido en un profundo sueño.
Se levantó exaltado y guardó calma al ver a Minho dormir a su lado. Se vistió rápidamente con lo primero que encontró y se dispuso a correr lo más rápido posible para llegar al lugar donde había dejado su bolso.
Llegó exhausto, con el deseo de desplomarse en el suelo y no despertar jamás de ese horrible trance en el que se encontraba. Se puso la misma ropa del día anterior, se colocó la peluca rubia, los lentes oscuros y la mascarilla. Cargó su mochila y caminó a toda prisa hasta que finalmente llegó al auto rojo pasión.
Al llegar finalmente a su hogar, se dio cuenta de que el auto negro que solía estar estacionado allí no se encontraba en su lugar habitual. Una sensación de inquietud se apoderó de su pecho, dominándolo por completo.
Bajo del auto con prisa y al llegar a la puerta de su hogar, tocó el timbre con desesperación. Nada. No hubo señal de esperanza. Sintió un nudo en la garganta mientras sacaba sus llaves del bolsillo, sus manos temblaban ligeramente por la incertidumbre que le invadía. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, giró la llave en la cerradura y empujó la puerta lentamente, sin saber qué iba a encontrar al otro lado.
— ¿felix? ¿Yumy?. — llamo buscándolos en la sala, cocina y la parte de abajo.
Subio en la parte de arriba y los busco a ambos en todas las habitaciones. Su cama estaba tendida como lo había dejado ayer.
— ¡FELIX! ¡YUMY!.
silencio.
Corrió con el corazón acelerado hacia la sala, sintiendo la ansiedad crecer en su pecho a medida que se acercaba a su destino. Con manos temblorosas, buscó frenéticamente en su bolso en busca de su móvil, pero su corazón se hundió al darse cuenta de que no estaba allí. Desesperado, vació las cosas al suelo, cada segundo que pasaba sin encontrar rastros de su preciado aparato aumentaba su angustia.
Estaba a punto de llorar cuando el teléfono de la casa sonó. Haciéndolo entrar en sus cinco sentidos.
— ¿bueno?. — respondió limpiándose las pocas lágrimas que había dejado caer.
— parece que por fin te dignaste a regresar, ¿Como te la pasaste jisung? ¿Te divertiste bien?. — la voz de Law lo hizo estremecerse.
— ¿donde están?. — pregunto con miedo. — ¡DIMELO!. — pidio a gritos. Escucho a Jude reír desde la otra línea como si la situación le pareciera divertido.