3. REVIVIR A UN MUERTO

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DORIAN

Apenas suelto la bomba cierro los ojos. Me esperaba gritos, quizá un golpe de su parte. Lo que no esperaba era su risa. 

Abro un ojo y lego el otro. 

En un principio comienza a reírse lentamente, como si lo estuviese aguantando. No obstante eso no dura. 

Explota. 

Brooke explota de la risa. Tanto que se tiene que doblar en dos. Su cabello pelirrojo cae ocultando su rostro, pero no necesito verle para saber que está roja. Y es que le falta aire. 

Me quedo impasible, esperando a que me deje hablar y así poder explicarme. 

Creo que merezco esta humillación. Después de todo, no cualquiera trae a un muerto al mundo de los vivos. Mucho menos a una bruja maldita.

Espera...

Brooke no se ríe por lo que acabo de hacer. Ella se ríe porque no me cree.

No sé qué es peor: que no me crea o la humillación.

Me paso una mano por la cara, luego por el cuerpo. Comenzaba a picarme todo, con escalofríos y una sensación de que nos están observando. 

—Es verdad —insisto.

—Ya, claro —Brooke se incorpora, quitándose una lagrima del ojo. ¡Una lágrima de verdad!

—¡Te lo digo en serio! —le levanto la voz. 

Por Hecate, comenzaba a desesperarme, a entrar en pánico. 

Brooke alza sus manos de forma inocente. 

—Tranquilo, Jones. No sigas con la farsa. 

—No es una farsa. 

—Y deja de rascarte, comienzas a impacientarme. Lo que no es raro, por supuesto —dice eso último más para sí misma que para mí. 

—Te juro por la Diosa Hecate que no es una broma. 

Brooke estrecha sus ojos y me analiza de arriba a abajo. Lo que ve es a un adolescente con el cabello y la ropa hecho un lío, con sudor en la frente y con la mirada de las mil yardas. Es decir, yo. 

Me señala con un dedo acusador y lo agita en el aire, tentándose a usar magia si hago o digo algo que no la convenza.  

—¿Me estás diciendo que reviviste a un muerto?

Asiento con apuro. 

—Por accidente —digo. 

—Por accidente —dice sin convicción—. ¿Y eso cómo pasó?

Mi mano se va hasta el lado de mi cuello. Hago una mueca y al mismo tiempo tomo aire para explicarle lo sucedido. 

—Puede que mi broma para ti haya salido mal.

Y se lo cuento. 

Empiezo por esta mañana para justificar el porqué de mi estupidez de hacer regresar a un muerto por accidente.

Todo empezó esta mañana cuando bajo por mi desayuno. Como casi todos los días saco una fruta, unas tostadas con mantequilla de maní y mermelada y en una vaso de cristal vierto mi leche de almendras. Sin embargo, lo que yo no sabía era que en la leche había una pócima. ¿Y quién hizo esa pócima? Por supuesto que mi vecina Brooke. Una vez desayunado vuelvo a subir por mis cosas y entonces comienza la brotación de acné. Primero siento unos pequeños dolores en la cara y comienzo a rascarme la mejilla. Entonces siento que algo se revienta para posterior sentir un asqueroso liquido escurriendo. Eso fue bajando las escaleras. Ya en el comedor donde voy a guardar un libro a la mochila, Vicky abre su boca. Mi hermana la que es inexpresiva para todos y con todo queda boquiabierta. En silencio me señala el espejo que tengo detrás de mí. Ella murmura algo sobre que Brooke es una genio y me voy hecho una furia a la escuela. Durante las clases en lo único que podía pensar era en cómo me iba a vengar. 

TRUCO, TRATO, AMOR Y MALDICIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora