BROOKE
Mis pies se balancean mientras le doy sorbos a los últimos restos de mi pumpkin spice latte. Si este era mi fin, tenía que ser tan dulce como esta bebida. Dorian al frente mío y con sus gafas de sol puestas, no deja de escrudiñar las calles que tenemos a la vista. Técnicamente estamos en un lugar visible, super visibles, con el fin de que seamos fácilmente localizados.
Es parte del plan que nos encuentre aquí.
—Ya está oscureciendo —Dorian comenta, quitándose las gafas.
Las luces led de calabazas que están colgadas a nuestro alrededor de pronto se encienden e iluminan lo que será la noche de Halloween. Las hojas otoñales decorativas, los esqueletos, los fantasmas, las escobas y sombreros de brujas comienzan a reinar en el pueblo de Salem. Disfraces desde tiernos a espeluznantes se atisban por las calles. Frente a las mesas de picnic, en donde estamos sentados ahora mismo, ya están terminando de poner el escenario, donde el alcalde dará unas palabras antes de comenzar verdaderamente la fiesta.
Me quedo mirando, con una expresión triste, la calabaza a mi lado. Me hubiese gustado decorar algunas este año. Por lo menos hacerle un ojo triangular o solo la boca.
Espero que...
Mi celular vibra sobre la mesa, interrumpiendo mis pensamientos.
Es un mensaje de Owen.
Después del Truco o Trato, no tuve más remedio que decirle la verdad sobre Cecil Marshall. Lo mismo tuvo que hacer Dorian con Vicky. Así que ahora oficialmente forman parte del plan. La buena noticia es que ellos tienen la parte menos peligrosa del plan.
—Ya está vigilando —digo.
Leo las palabras escritas y se lo muestro a Dorian, quien solo aprieta los labios.
—Maldito plan —murmura, mientras sacude su cabeza.
—De verdad no entiendo por qué actúas así —le digo, confundido por su reacción.
—Por el amor de Hécate —Cinnamon suelta un bufido exasperado, mientras sale de mi mochila. Se sube de un salto sobre la mesa y nos observa con esos pequeños ojos suyos, que parecen ver más allá de nuestra comprensión.
Sus cejas felinas se fruncen, como si estuviera estudiando un problema complejo.
—¿Qué? —le pregunto, mientras me siento un poco incómoda bajo su mirada intensa.
No obstante, eso le molesta más.
—¿Que qué? Vamos, el chico está sufriendo de preocupación por ti. Le afecta y tú no puedes entenderlo —roda sus ojos.
Estoy tan sorprendida que no sé qué decir. De todos modos, no me da la oportunidad. Cinnamon sigue hablando, quejándose de nosotros dos.
—Adolescentes —murmura, como si estuviera hablando consigo mismo—. Ni tus tías me hicieron pasar por tanto como ustedes dos. Sí, eran un poco rebeldes como todos a esa edad, sobre todo Agatha, pero por lo menos ellas sí sabían ver el amor a través de sus ojos y sentidos.
Abro la boca y la vuelvo a cerrar sin saber qué decir. Aunque no es necesario decir algo, pues Cinnamon sigue hablando, como si estuviera desahogándose de siglos de frustración.
—Tengo dos siglos de edad. ¡Estoy viejo! Y nunca he pasado por tanto como con ustedes. Y todo porque al muy tonto se le ocurrió revivir a una bruja maldita.
—Fue... —Dorian se ve interrumpido por Cinnamon, quien no parece dispuesto a dejar que nadie más hable.
—Un accidente. Sí, sí —dice aburrido.
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TRUCO, TRATO, AMOR Y MALDICIONES
Teen FictionBROOKE Se supone que los dieciséis años debería ser normal para una chica. Salvo que, esta chica, no es nada normal. Mi familia y yo somos brujos. Solo tengo que decir aquella palabra para dar por confirmado que mi vida es... mágica. Y también anorm...