11. MUSEO DE BRUJAS

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DORIAN

—¿Qué haces?

Cierro el libro de golpe y escondo la portada del libro Fantasmas perturbados por la muerte cuando Vicky se adentra en mi habitación. 

Me he pasado todo el domingo leyendo los libros que me dejó la biblioteca. Hace un rato estuve con Fantasmas en condena ¿Cómo espantarlos? Pero lo único que averigüé es que no sirve con entes. Solo con aquellos espíritus que rondan en espacios. Como los fantasmas de Harry Potter. Una lástima que nuestro fantasma no sea Peeves o Myrtle La Llorona. Eran mejores opciones que Cecil.

—Leo un libro —le respondo a mi hermana.

—Sí, eso es lo que vi. Pero en verdad quise preguntar qué es lo que lees —Vicky deambula hasta llegar a las cortinas de la ventana.

Parpadeo.

Me la quedo mirando por demasiado tiempo mientras pienso en una respuesta.

Vamos, Dorian. Eso solo tu hermana Victoria.

—Leo un libro... —digo finalmente—. De fantasía. Oscura. Fantasía oscura.

—¿Cómo Juego de Tronos?

Muevo la cabeza con afirmación.

—Sí, ese estoy leyendo.

Vicky se cruza de brazos. Un lado de su cárdigan negro se desliza por su hombro. Resopla para quitarse la mecha que le cubre el ojo, no obstante, ésta rápidamente éste vuelve a su lugar.

—Creí que ya lo habías leído —dice ella.

Por el amor de Hécate.

—Sí, tienes razón. Ya lo leí, pero... Lo estoy releyendo. Me encanta. Es igualita a la primera temporada, ¿sabes?

—No, y no me interesa. Me voy —se da la vuelta, dejándome solo en la habitación—. Para eso venía —le oigo decir.

Abandono el libro y me apresuro en alcanzar a Vicky en el pasillo. Camina a paso rápido y yo la sigo escaleras abajo. 

—¿A dónde crees que vas? —pregunto con la voz alzada. 

—Al cementerio —responde—. Estoy aburrida aquí adentro.

—No —me pongo por delante de ella.

—No, ¿qué? —su frente se arruga.

—No vayas. Podemos hacer algo divertido —sonrío.

Vicky alza una ceja.

No debí sonreír.

—¿Por qué actúas tan raro? ¿Es por tu brujita fantasmita?

Me rasco una ceja y vacilo.

—Eh, sí. Más o menos.

—¿Todavía no la atrapan?

—No. Es por eso que deberías quedarte aquí.

—Solo te quiere a ti, Dorian. Da igual que yo esté afuera.

No le podía decir que las circunstancias cambiaron. Que la brujita fantasmita quiere herirla para herirme a mí. Si le decía la razón por la que no debería salir ¿qué hará ella? Me desafiará a que no le pasará nada, que estoy siendo paranoico y entonces, se pondrá un faro en su cabeza para ser un blanco fácil.

—¿Sabes qué? Anda. Tienes razón, está aburrido aquí adentro —me encojo de hombros con indiferencia.

Vicky titubea y yo finjo dar un bostezo muriendo de sueño.

TRUCO, TRATO, AMOR Y MALDICIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora