14... Acercamiento y pelea

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Ya vestida con un vestido blanco ceñido y unas joyas que adornaban su cuello. Selim ya le había dicho a Sumbul que la traigan mientras tanto en el harem Melek se encontraba sentada con un libro que miraba con aburrimiento.

Dilsha: Mi querida española - Saludo en tono molesto.

Melek: Dilsha, hola - Saludo sin levantar la vista del libro - Necesitabas algo...

Dilsha: Solo recordarte tu posición - Dijo con una gran sonrisa arrogante.

Melek: Pues está española debe ir con mi su príncipe.

Dilsha: Su alteza nunca llama a las mujeres que vio una sola vez. Exepto a mi, claro.

Melek: Entonces por qué crees que estoy preparada.

Canfeda: ¡Señorita Melek! Apresúrate, no podemos hacer esperar a su alteza selim.

Melek: Ya estoy lista Canfeda. Iré ahora para no hacer esperara a mi amado principe.

Dijo con una sonrisa viendo a Dilsha. Camino con tranquilidad por los largos pasillos que los conducían a la habitación de Selim. Sin mucho que hacer entro cuando los agas se hicieron a un lado permitiéndole el paso.

Melek entro e hizo reverencia y se acercó a selim que estaba parado con una bata y los primeros tres botones desabrochados.

Melek: Mi principe - Saludo acercándose pero cuando lo hizo un fuerte olor a vino invadió sus fosas nasales - Selim tomaste.

Selim: No, no lo hice. Iba a hacerlo pero se cayó y dejo el olor en la habitación.

Melek: Que asco - Se quejo tapándose la nariz.

Selim: ¿Nunca tomaste?

Melek: No. En mi vida probé una bebida alcohólica.

Selim: Si el olor te hace mal no v xm oy a tomar cuando estés conmigo.

Melek: No es solo por eso, Mi príncipe - Se acercó y se sentó a su lado - Qué tal si se pone muy ebrio y hace estupideces.

Selim: Se controlar lo que bebo. No te preocupes por eso.

Melek: Como diga, Alteza.

Selim: Quiero estar junto a ti. Ven.

A la mañana siguiente

Melek se levantó antes que el príncipe. Se arregló el pelo y puso el vestido que utilizaba la noche anterior. Se tomó el tiempo de observar la habitación, era bastante grande y espaciosa sin mencionar lo elegante que era. Tenía un escritorio cercano a la cama donde habían varios papeles. Había un espada en una de las paredes tal vez la que se le es regalada en su juramento de lealtad hacia los jenizaros.

Selim: Melek, qué haces ahí parada.

Melek: Lo siento, alteza. No era mi intención despertarlo.

Selim: Tranquila, Ángel. Hoy no podemos desayunar juntos. Tengo una reunión. Iré a darme un baño.

Melek: Puedo acompañarlo, mi príncipe - Propuso con una leve sonrisa.

Selim: No puedo tardarme.

Melek: Solo lo ayudaré, alteza.

Selim: Bien. Vamos.

Ambos se cambiaron y salieron de la habitación hacia los baños. Selim puso una toalla que rodeaba su cadera mientras que Melek se puso una tapando su su cuerpo por completo dejando al descubierto su cuello, brazos, y piernas.

Melek: Siéntese, mi príncipe.

El hombre lo hizo mientras que Melek tomaba agua tibia y la tiraba en su cabeza y espalda.

𝐔𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 • 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora