28... Vuelta

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Dos meses después

El barco del rey se acercaba a las costas de Estambul. La chica estaba ansiosa por volver a ver a selim. Su corazón latía con fuerza. Pero había un gran impedimento a eso.

Su compromiso sería pospuesto hasta que volvieran a España pues convenció a su padre de que "quería casarse en su hogar y partir junto a su marido"

Cosa que era una total mentira pero al menos ganaba tiempo.

El día en el que llegaron su padre apareció en su puerta.

Alvaro: Seré claro. Tu te mantendrá alejada del Sultán. Y me dirás sus gustos en mujeres.

Isla: ¿Por qué?

Alvaro: No te incumbe.

Los dos se quedaron en silencio hasta que escucharon una voz en la puerta.

Martina: Padre. Ya llegamos. Debemos bajar.

Alvaro le dió una severa mirada a Isla para después irse junto a Martina. La pelinegra guardo el kaftan robado entre sus pertenencias y ordenó que lo bajen junto a su equipaje.

Salió y se subió al carruaje compartido con Daniel y para su suerte también con Fernando.

Llegaron al palacio. Isla sentía su corazón latir con fuerza al acercarse.

Bajaron de los carruajes y fueron a los aposentos de la Valide.

Hurrem estaba frente a ellos con n un vestido negro muy elegante, una corona que demostraba su posición junto a su pelo totalmente recogido. Y a su lado estaba Mihrimah, con un vestido rojo, pelo suelto y bellas joyas.

Isla sintió a su hermanito dar un suspiro cuando su mirada se topo con la de Mihrimah. Pero no lo culpaba. La sultana estaba hermosa y si ella misma fuera hombre pondría sus ojos sobre ella sin dudarlo ni un poco.

Hurrem: Espero que su viaje fuera tranquilo. Lamento que el sultán no esté presentes en el palacio pero tuvo unos problemas y tuvo que ir hacia nuestra provincia administrativa. Sepan disculpar.

Alvaro: No es necesario que se disculpe, Valide. Estaremos honrados de darles nuestras felicitaciones al sultán.

Isla: Y nuestro duelo. Lamentamos la partida de Su Majestad El Sultán Suleiman.

Mihrimah: Gracias Isla. No hay porque hablar de cosas tristes. Pueden ir a sus aposentos o a recorrer el palacio si lo desean.

Alvaro: Si es posible queremos darnos un baño y dormir para estará mañana en condiciones para visitar a su majestad.

Mihrimah: Claro que sí. Sumbul llévalos a sus aposentos y luego a los baños. Dales comida y ofrecerles todo lo necesario.

Sumbul asintió con una reverencia y salió de la habitación.

Mihrimah: Isla quédate - La chica se giró y con ella se quedó su prometido - Debo hablarte de Su Majestad... ¿Qué necesita? - Le pregunto a Daniel.

Daniel: Esperaba a mi prometida.

Hurrem: ¿Prometida?

Isla: Sal de aquí o le diré a mi padre que te acuestas con mi hermana.

Susurro hacia el hombre quien la soltó y se dió la vuelta para irse.

Isla: Si el es mi prometido.

Mihrimah: Creí que amabas a mi hermano.

Isla: Y lo hago Sultana. Amo a Selim más que a mi propia vida. Pero me están obligando a casarme. Estoy en un matrimonio obligado.

Mihrimah miro a la chica con pena pues sabía cómo era estar en esa situación.

Mihrimah: Ve a tus aposentos o a hacer lo que desees. Mañana hablaras con selim.

Isla: No quiero hablar con el, sultana. Lo deje sin siquiera decirle adiós y dejándole una carta en la que falsificó los motivos de mi partida.

La chica no dijo más y se retiro haciendo reverencia. Llegó a sus aposentos y pidió que preparen su ropa. Pero llegó sumbul con la comida por lo que decidió comer primero. Se quedó hablando por un largo rato con Sumbul que me prohibió ir al harem a buscar a Nurbanu.

Ella, la misma que ponía al Sultán de todo el mundo a sus pies. Era la misma que asentía con obediencia cuando sumbul le daba una orden.

Cuando acabo fue hacia los baños y se dió un relajante baño con pétalos de rosas. Se tomó una hora entera para después salir.

Se puso una bata de baño y fue hacia su habitación. Sus criadas prepararon el pijama de Isla y la dejaron sola. La chica tomo unas cremas. Una para la cara, otra para el resto del cuerpo, y otra para el pelo.

Selim POV

Baje del carruaje de mala gana. Esmahan se había enfermado así que fui hasta manisa para que estar seguro se su salud.

Ordene que cuando se recuperen Esmahan debía ser traída de vuelta, y con ella Bianca. Pues las dos venían en combo.

Llegó a sus aposentos y se sentó en la cama con cansancio. Pero sus pensamientos fueran interrumpidos por el siervo que entró a la habitación.

Aga: Su Majestad. La sultana Mihrimah pide ingresar a los aposentos.

Selim: Permite que entre. Sabes que ella no requiere mi permiso. 

El Aga asintió y salió. Después ingreso Mihrimah haciendo reverencia.

Mihrimah: Hermano - Saludo - Vengo a decirte algo importante.

Selim: Te escucho Mihrimah...

Mihrimah: Los reyes de España llegaron hoy por la celebración de tu coronación. Y con ellos vino Isla.

Selim: Mihrimah... No hables más. No deseo saber de ella.

Mihrimah: Pero ella fue tu...

Selim: FUE... ella decidió abandonarme y volver a su lugar.

Mihrimah: Ella aún te ama. Si ella se alejo de ti, fue porque la obligaron.

Selim: ¿Cómo qué la obligaron?

Mihrimah: Deberías ir a verla para entender.

Dijo dándose la vuelta y yéndose.

Selim se levantó y acomodo sus ropas. Salió de los aposentos y pregunto a los agas dónde estaba la habitación de Isla.

El pelirrojo camino hacia la habitación. Las mujeres que custodiaban las puertas hicieron reverencia y dejaron entrar a su majestad sin objetar.

Selim entro y vio a Isla cepillando su cabello sentada en una cómoda silla en dirección a la chimenea.

Isla: Creí que no vendrías...

{...}

𝐔𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 • 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora