𝐔𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 • 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴

34... ¿Amig-?

Aposentos de la Valide
Narrador omnisciente

Las sultanas estaban en el harem sentadas mientras hablaban entre si. Había fiesta, música, comida y bebida.

Melek hablaba con Mihrimah aunque su mente no se mantenía en ese lugar. Estaba preocupada y eso fue por un comentario que Hatice le dió.

"Espero que pronto puedas darle un hijo a Su Majestad"

Esas palabras abordaban la mente de la Haseki pues la había hecho acordar que en su tiempo de favorita no se había quedado embarazada y le preocupaba no poder hacerlo. Mihrimah le hablaba aunque la pelinegra seguía en su mundo.

Hurrem: Melek, estás bien.

Melek: Si sultana. Solo estoy pensando.

Ella abrió la boca para responder pero mi querida madrastra junto a dos de mis hermanas entraron al harem. Se acercaron e hicieron reverencia.

Hurrem: Reina María –Saludo la sultana – ¿Necesita algo?

María: ¿Acaso no puedo venir a la celebración de mi hija?

Melek abrió la boca para objetar pero Mihrimah la hizo callar. La mujer junto a Martina y Sofía. La celebración continuo aunque con un mal ambiente. Llegaba la noche Melek se preparaba en sus aposentos junto a las criadas y a Mihrimah para su noche de bodas.

Mihrimah: Creo que ya estás lista. Selim debe estar esperando por ti.

La sultana se levantó y camino fiera de la habitación con las criadas siguiéndole el paso. Pero a medio camino se encontró con su padre y Daniel.

Melek: ¿Qué hacen aquí?

Alvaro: Hija, te lo ruego. Si entras a esa habitación puedes olvidarte de que alguna vez tuviste un padre. Tu no vas a existir para mí y te borraré del linaje de mi familia. No serás nadie en la historia. Pero si puedes recapacitar yo estoy dispuesto a perdonarte.

Daniel: También yo. Estoy dispuesto a olvidarlo todo.

Melek: ¿Olvidarlo? Daniel no seas hipócrita, tuve que maquillarme para que no se vea el golpe que me diste. Y respondiendo a tus cositas "papi" tal vez me desaparezcan de tu familia, de tu Reino, de tu linaje. Pero siempre estaré presente en la historia como la Esposa Del Sultán Selim ll. Y créeme que si no se van voy a reconsiderar mi idea de perdonar los – Sonrió y dió un paso hacia atrás – Caballeros si me disculpan mi esposo me espera.

El Rey la sostuvo del brazo – Vas a escucharme.

Melek: No te recomiendo hacer eso. Ahora este es mi palacio. Y no creo que a los guardias les guste que un extranjero se comporte de esta forma con la esposa del Sultán. ¿No lo cree, papi?

El hombre la soltó y paso por su lado. Daniel la miro con enojo y siguió al Rey. Melek siguió caminando hacia los aposentos de selim y los agas le permitieron entrar. Al ingresar vio a su ahora esposo dándole la espalda y espera do por ella.

Melek: Selim – Llamo y el hombre se dió vuelta.

Selim: Belleza – Abrió sus brazos y recio a su esposa – Mi hermosa Sultana que Alá te bendiga.

Melek: Espero siempre estar junto a ti.

A la mañana siguiente

Después de una noche de amor el sultán se preparaba para ir a los aposentos de su madre. Melek por su parte se arreglaba el vestido.

Selim: Tu amiga Nurbanu llega hoy. ¿Puedes recibirla?

La pelinegra asintio – No te preocupes. Me haré cargo.