Capítulo 11... La preparación

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A la mañana siguiente.

Isla se levantó temprano en la mañana. No desayuno. Directamente pasaron a las clases y luego a las tareas. Todas tenían distintas tareas. La tarea de Isla era limpiar el piso. Estaban hincadas fregando el piso con fuerza para que quedara brilloso. Dios cómo envidiaba a las favoritas que no tenían que someterse a estos trabajos.

O extrañaba mi vida de princesa. Si bien siempre fui muy independiente y no me valía de mis doncellas para hacer algunas tareas estúpidas como vestirme, bañarme o llevar los platos a mis mesa ya que siempre cenaba sola. La pelinegra no podría recordar la última vez que cenó con su padre. Fue tres días después de la muerte de su madre y luego nunca más compartieron una comida padre e hija.

Ya a las horas de la tarde estaba sentada en los sillones. Nurbanu estaba metida en la habitación de Bayaceto. La pelinegra estaba sentada hablando con otras tres criadas, Valeria, Verónica y Leonor. Las tres estaban en el harem del sultán. Isla estaba en el harem del principe Bayaceto, pero por lo que sabía la sultana Hurrem la había cambiado de harem cuando recibió la negativa de ir con este príncipe.

Nilüfer llego a mi lado con rapidez - La sultana Hurrem te llama. Apresúrate, está enojada.

Isla se despidió de las tres muchachas y prácticamente corrio a los aposentos de la sultana Hurrem sin saber que un príncipe pelirrojo la miraba desde el balcón.

Isla sintió una mirada sobre ella. Levantó la cabeza y vio al joven viéndola. La pelinegra hizo una rápida reverencia y siguió caminando.

Mientras que el príncipe la veía alejarse. Dios encerio no podía desearla tanto. Su cuerpo la deseaba demasiado. Solo podía pensar en la forma osada en la que la joven le hablaba. No debería pensar en ella porque su madre no iba a dársela. Pero su mente lo traiciona.

Aposentos de Hurrem...

Isla: Sultana, ocurre algo.

Hurrem: Hasta que llegas. Acaso viajaste en barco para llegar aquí.

Isla: Lo lamento sultana.

Ella no contesto por el sonido de las puertas.

Sumbul: Sultana, qué necesita de su humilde servidor.

Hurrem: Que llegues rápido. No es tan difícil.

Sumbul: Disculpe sultana. No volverá a pasar.

Hurrem: Prepara a Isla para esta noche.

Sumbul: ¿Acaso la enviara con el príncipe?

Hurrem: Claro que la enviaré con el príncipe. Piensas que la enviaré con el sultán.

Sumbul: Lo siento
.
Hurrem: Prepararla para esta noche. La enviaremos con selim. ¿Estás lista?

Isla: Totalmente lista, sultana. Espero ser lo suficientemente buena para llenar sus expectativas.

Hurrem: ¿Escuchaste sumbul? Comienza a prepararla para esta noche. Quiero que la dejes deslumbrante, más hermosa que ninguna. Tiene que parecer una Diosa.

Sumbul asintió - Confíe en mi, mi sultana. La dejaré bellísima.

Isla POV...

Lo mire ofendida pero el no se inmutó y siguió sonriendo como bobo hacia la pelirroja.

Hurrem: Pueden ir.

Sumbul y yo hicimos Reverencia y nos fuimos.

Sumbul: Algo rápido. Te vas a bañar, y a eso se le suma todo hábito de higiene corporal, después te vamos a peinar aunque creo que solo formaremos un poco más tus rulos, luego te vamos a maquillar, aunque con un poco de labial estaremos bien, después te elegiremos un vestido y por último te pondremos una deliciosa fragancia.

No me dió tiempo de hablar que ya me estaba arrastrando a los baños. Ahí las otra kalfas me bañaron cosa a la no estaba muy acostumbrada pero solo las dejé hacerlo. Después de bañarme me puse una bata y fui a una habitación apartada del harem. Ahí varias personas empezaron a secarme el pelo y formar mejor mis rulos pues eso parecía gustarles. Después por orden de sumbul una de las muchachas me puso labial rojo y un brillitos por arriba.

Sumbul: Te queda hermoso - Me halago - Ahora falta el vestido.

Tres mujeres vinieron cargando un vestido cada uno. La primera un vestido rojo liso, la otra uno verde liso y la otra un blanco liso.

Me probé los tres y sumbul eligió el rojo.

_: No - Dije viéndome al espejo - No, yo no me voy a poner esto. ¡Bueno! Hicimos el intento, una pena la verdad.

Sumbul: Ese es el elegido.

_: Sumbul - Refute molesta - Este vestido el horrendos y corriente. Al príncipe no le gustará.

Sumbul: A quién le importa. Dudo que lo tengas mucho tiempo puesto.

_: ¡Sumbul! - Reclamé haciendo que un leve sonrojo se presente en mi cara al recordar lo que pasaría esta noche.

Sumbul: El vestido es bonito. Es lo que importa.

_: La sultana ordenó que tengo que verme deslumbrante. Este vestido es horrendo.

A los dos minutos tenía puesto un vestido rojo que resaltaba mi busto y cintura. El vestido no era para nada elegante. Tenía patrones de flores y tenía un escote que resaltaba mi cuello.

Sumbul: ¿Estás conforme? - Pregunto harto.

_: Pues seis cincuenta de diez - Le respondí dejando de mirarme al espejo y dándome vuelta.

Sumbul: Últimos detalles.

Corrio mi pelo hacia atrás.

_: ¿Iremos ahora?

Sumbul: Primero toma esto. Es una pastilla para los nervios. Tranquila, todo va a salir bien.

_: Creí que era una pastilla abortiva, ya sabes, de precaución.

Sumbul: Cómo te atreves. Jamás te daría algo así. Si es la voluntad de Alá que cargues al hijo del principe, así será.

_: Alá por favor no permitas que vida se engendre en mi vientre hasta que sea más adulta - Respondí llevando la pastilla a mi boca y dando un trago al agua.

Sumbul: ¿Quieres que la corte a la mitad? - Me pregunto por la gran cantidad de agua ingerida para que la pastilla baje por mi garganta.

_: ¡Pude! ¡Es un logro!

Sumbul giró los ojos y se dió la vuelta.

Sumbul: Iré a revisar algunas cosas. Quédate aquí. Volveré a buscarte cuando sea la hora.

Asentí y el salió dejándome totalmente sola.

Respire varias veces buscando calmarme. Observe la pulsera de oro que tenía en la muñeca derecha. Tenía dos Iniciales P.I, que significaba Primogénita Isla. Si me regalaron cuando tenía cuatro. En la parte interior de la pulsera tenía escrito H.A, Hugo y Alvaro.

_: Ojalá puedas encontrarme algún día, Tío.

Hice silencio cuando la puerta se abrió. Sumbul me indico que salgamos cosa que rápidamente hice. Estaba ansiosa por llegar con su alteza.

Si lograba que el se enamora de mi, tendría todo. Y eso es más que seguro. El príncipe tarde o temprano me necesitará hasta para respirar. Eso lo puedo jurar.

Sumbul: Cuando llegas tienes que arrodillarte ante el y besar el dobladillo de su traje. Te mostrarlas amable y tranquila. Respondieras todo lo que el te pregunté y está de más decir que solo hablas si el te lo permite. No digas más de lo necesario ni menos quebx de lo que debes.

_: Si sumbul - Respondí pero al llegar entre directamente olvidando su presencia.

Respire profundamente tres veces ante la mirada de los agas. Asentí y ellos abrieron las puertas.

{....}

Holis...

Espero les guste. Es el próximo cap se mostrará como fue su encuentro. Los quiero mis principes y sultanas. Bye...

𝐔𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 • 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora