31... Al descubierto

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La joven mujer se encontraba en sus aposentos. Cepillaba su cabello hasta que sintió ganas de vomitar, ganas que sentía muy seguido. Lo justificaba diciendo que era por la cara de Daniel. Soltó una risita ante esa idea.

Termino con rapidez y escucho un golpecito en la puerta. Se levantó y se acercó. Abrió y visualizo a un joven.

Isla POV

– Señorita, lamento la molestia – Estiró su mano hacia mi y había un papel. Lo agarre y el me hizo Reverencia para luego irse.

Cerré la puerta y abrí el papel.

"Hermosa joven de cabello oscuro que roba mi respiración y me hace romper cualquier regla. Mi sultana de noble corazón que causa el dolor en mi pecho a cada segundo que permanezco alejado de esos bellos ojos verdes, No sales de mi mente, ni de mi corazón. Me duelen los kilómetros que no me dejan tocarte y la distancia que me impide adorarte. Duele saber que te tengo tan cerca y tan lejos"

Jardín privado

Sonreí leyendo las palabras una y otra vez. Dejé el papel sobre el escritorio y corrí a buscar un abrigo. Me lo puse y salí de mi habitación en silencio. Camine por minutos hasta los jardines. Entre y camine un rato hasta que llegue a un lugar alejado, había velas y flores. Busque a selim y lo ví parado a un lado de las  velas. Sonreí y corrí a sus brazos. Me recibió dejando un beso en mi cabeza y una leve sonrisa.

Me indico que me sentará y el se sentó a mi lado.

Selim: Luz mía, tengo un plan para que tu padre no pueda oponerse a lo nuestro.

_: No vas a embarazarme – Me adelante a advertir.

Selim: No era eso. Aunque podría ayudar. Pero no, tu no te preocupes. Te juro que te quedarás aquí, a mi lado.

_: Debes apresurarte. En poco tiempo volveremos y me aguarda una boda. No quiero casarme, no amo a Daniel. Por favor no permitas que lleven – El elevo su mano y me dió una leve caricia.

Selim: Nadie te separara de mi lado. Te lo juro – Me atrajó a el y apoye mi cabeza en su pecho sintiendo sus leves caricias.

Nos quedamos ahí poco más de una hora. Llegado el momento no despedimos. Le pedí que en dejara ir sola y así lo hizo. Llegué a mi habitación con una gran sonrisa. Me cambié la ropa y me acosté con total felicidad. Nada podría arruinar el sentimiento en mi pecho.

A la mañana siguiente

Me levanté y me vestí. Estaba por ir a desayunar hasta que una mujer me dijo que mi padre me esperaba. Fui a dónde me indico.

Alvaro: Isla – Saludo. No me dió la oportunidad de repetir el saludo – Daniel te espera para desayunar – Se giró a la criada – Llévala.

La mujer me sostuvo del brazo y me arrastró fuera. Y ahí me di cuenta de lo poco que valía mi título para mí gente.

Terminamos en el jardín y observé a Daniel sentado en una mesa de madera con varios platos de comida en ella. Me acerque y sin decir palabra me senté frente a el. Sostuve el tenedor y comencé a comer en silencio total.

Daniel: ¿Tienes sueño? – Pregunto levantando por primera vez la mirada de libro desde que llegué.

_: ¿Por qué tendría sueño? – Pregunté despreocupada dejando el tenedor para tomar jugo.

Daniel: Por tu trasnochada de anoche, ya sabes la que tuviste con el sultán en los jardines.

Mi mano tembló con miedo cuando baje la copa y la dejé en la mesa. Baje la mirada y me concentre en el plato a medio empezar.

𝐔𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 • 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora