39. un secreto entre tú, la luna, y yo

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La luna estaba por llegar a la mitad del firmamento cuando la brisa se volvió helada. Las personas presentes habían comenzado a buscar lugares en los que estar cómodos para ver el show de medianoche, cuando los fuegos artificiales explotaran en el cielo y las luces de la ciudad se iluminaran para anunciar el inicio del fin de su festejo.

Minghao introdujo sus manos en los bolsillos de su pantalón mientras observaba las figuras talladas en madera que se encontraban en exhibición en el puesto de aquella familia de un pueblo lejano con algo de desinterés.

— Es bueno encontrarte de nuevo

La voz femenina llamó su atención. La muchacha que llegaba a su lado le sonrió, indicándole que era ella quien hablaba, y que se dirigía a él.

— Oh… ¿Yeo… Jin? —murmuró, con un dejo de duda. La mayor sonrió, asintiendo, y él imitó su acción al corroborar su nombre—. Hola.

— Había escuchado mucho sobre ti, ¿sabes? —masculla, sonriendo. El chino alzó una ceja—. Una de mis amigas te conoce bien.

Más que bien. Nayeon había sido su novia por el tiempo suficiente para conocerlo mejor que muchos.

— Y de pronto, todas las personas que conozco también te conocen —Yeojin se cruzó de brazos mientras dirigía su mirada hasta las piezas frente a ellos—. Una de mis mejores amigas dice que ha escuchado tu nombre desde antes de conocerte.

— Ah… ¿De quién hablas?

Había algo en Yeojin que lo ponía nervioso. Quizá era el exceso de confianza con la que lo trataba o la extrema necesidad de tocarlo que tenía cada vez que se encontraban. Su sonrisa bonita que intentaba reconfortarlo le ponía nervioso.

— Seulgi. No creo que la reconozcas. A ti todos te conocen, pero creo que tú no conoces a nadie.

Seulgi. El nombre se le hacía extrañamente conocido, pero no podía ponerle una cara.

— ¿Te gustan los osos? —pronunció, al no recibir respuesta de parte del más alto.

Minghao se sentía aturdido por el ruido y por las palabras de la muchacha. No se dió cuenta de que no había contestado hasta que vió cómo alzaba la figura de madera en dirección a él y la ponía cerca de su rostro para sacarlo de su ensimismamiento.

— ¿Todo bien?

— Sí —responde de inmediato el menor—, sí, estoy bien.

— ¿Entonces? —la muchacha movió la figura levemente con gracia, intentando hacerlo recordar sus palabras.

El menor no estaba seguro de por qué lo preguntaba, pero asintió levemente, sin encontrar una razón para decir que no le agradaban los osos.

Yeojin extendió la figura en dirección a Minghao, quien la observó sin comprender. La muchacha tomó las manos del chino para colocar la figura que ya había pagado entre las mismas. El muchacho la observó, escandalizado, comenzando a negar con la cabeza al comprender lo que la otra hacía.

— Si no lo aceptas, vas a lastimarme.

Minghao tragó saliva, observándola fijamente, aturdido por sus palabras y sus acciones una vez más. El chino relame sus labios mientras observa la figura entre sus manos.

— Yeojin, ¿verdad? —una voz que reconocía pero a la que no pudo asociar a un rostro interrumpía las palabras que él estaba intentando formular—, bonito evento.

Jongin sonrió levemente, señalando a su alrededor.

— Gracias.

— Creía que tendrías cosas que hacer, ya que eres una organizadora.

𖥔 Rumor ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora