𖥔 Rumor ── soohua ╱ minyeon.

38. la manera en que todos te ven.

¿A quién planeaba engañar Jongin?, Shuhua tenía el leve presentimiento de que todas las caminatas que había hecho alrededor de la sala de estar no eran realmente buscando su billetera, -que según él estaba perdida- más bien, él probablemente quería averiguar información concreta respecto a la conversación que ella mantenía con Minghao.

Pero, ¿por qué?

Jongin las últimas semanas se había comportado demasiado pacífico para ser Jongin. Ya no le dirigía la palabra solo para quejarse o burlarse de ella, ahora hacía algunas preguntas genuinas e inclusive había salido solo para comprar una sandía para ella.

Aquello no era Jongin. Si trataba de disculparse, entonces era bueno… Pero no parecía buscar algún perdón.

Ninguno de los dos estaba hablando ahora. Era fácil contar los veinte segundos antes de que Jongin apareciera de nuevo por algún lugar en la sala de estar. Comenzaba a ser hilarante, pero ella no tenía nada de risa.

¿Qué le pasaba?

— Oye, Jongin, ¿no hay más probabilidades de que tu billetera esté en tu habitación, antes que en un lugar aleatorio de la casa?

— Estoy seguro de que la dejé aquí

El timbre replicó al ser llamado, su ruido más fuerte de lo usual, o quizá demasiado inesperado, provocó que Jongin y Shuhua dieran un pequeño salto en su lugar.

No estaba Luhan y tampoco la señora Kim. Shuhua se preguntaba si quizá ella tendría que levantarse a averiguar quién estaba llamando a la puerta, teniendo en cuenta que Jongin jamás lo hacía.

Sin embargo, Minghao se levantó primero que ella y se dirigió hasta el pasillo que daba con la entrada en completo silencio. Jongin le siguió.

Shuhua se preguntaba qué tanto podría estar pasando por la cabeza de Jongin en ese instante.

— ¿Qué quieres?

Minghao giró sobre sus talones, enfrentándose a Jongin en cuanto escuchó sus pasos seguirle por el pasillo.

— ¿Atender la puerta?

— Dudo que en toda tu vida te hayas levantado de donde estás para abrir la puerta de algún lugar. También te has comportado extraño en general hoy —el menor frunció levemente las cejas, dirigiendo su mirada finalmente hasta los ojos del más alto—. ¿Qué quieres? —repitió, aunque no había siquiera un poco de curiosidad en su tono de voz.

— Bueno, los milagros existen

La respuesta vaga del mayor provocó que Minghao soltara una risa con nada de gracia.

— Jongin, ¿cuál es tu problema?

El chino frunció las cejas, caminando con lentitud en dirección al mayor.

— No lo entiendo. Si nos importa una mierda el otro y realmente me odias como dices, ¿qué mierda hacemos aquí?

Minghao también se cruzó de brazos, imitando al mayor, mirando con atención su rostro.

— Pareces especialmente pendiente de mi mierda, pero a mí me importa poco la tuya. Necesito esa misma actitud de tu parte, ¿eh? —Minghao rió sin gracia—, no es del todo agradable saber que hay un tipo intentado hacer a los demás pensar de la misma manera retrógrada que él

— No intento nada. Vienes a mi casa, así que vas a encontrarme. Si no quieres verme de nuevo, entonces vete y no regreses

— Ni siquiera vengo por ti —tarareó Minghao, negando con la cabeza—. Estás en todas partes, incluso donde no te llaman. Aprende a meterte en tus asuntos, ¿sí?