08. la mentira que llegó demasiado lejos.

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Soojin no quería volver a poner un pie en su salón de clases en mucho tiempo. No después de lo que había sucedido. Ella realmente había estado sufriendo recientemente por Jongin, y quizá sus amigas tenían razón y de verdad debía alejarse de él. 

Después de la discusión de aquella tarde, Jongin había publicado en el inicio del tablero de estudiantes una fotografía de su cuerpo comprometedora; estaba borracha y diciendo cosas realmente tontas, todo como una amenaza ante ella diciéndole que le iba a dejar. Pero no tenía que seguir, él ya lo había publicado, ¿qué más había que temer? Él ya la había destruido lo suficiente.

— ¿Está Jongin aquí? —masculló Soojin al encontrarse con el marido de la señora Kim, observándolo fijamente. 

— Oh, no, cielo, él salió a comprar algo hace poco. ¿Quieres esperarlo?

Soojin se limitó a asentir, entrando a la casa detrás del mayor. 

— Puedes quedarte ahí, si gustas. Yo tengo que salir ahora, Shuhua está en el jardín por si necesitas algo —masculló el mayor, sonriéndole mientras tomaba un montón de carpetas llenas de papeles del sofá para comenzar a caminar hasta la puerta—. Lamento dejarte así, buenas tardes 

La muchacha asintió levemente, observando cómo el hombre salía con prisa de la casa. Entonces, Soojin comenzó a recorrer la sala de estar con su mirada. 

La casa de Jongin era realmente acogedora. Todo lucía tan bonito y tranquilo, que era sorprendente que alguien tan desordenado realmente estuviese viviendo ahí. La muchacha relamió sus labios mientras comenzaba a caminar hasta la cocina para tomar un vaso con agua, soltando un suspiro cansado. 

— ¿Cuánto va a tardar? —susurró para sí misma, dándole un trago a su bebida mientras se apoyaba en la encimera detrás de ella y recorría el lugar con la mirada. 

Entonces, Soojin logró ver a través del cristal de la puerta de salida de la cocina a Shuhua. La muchacha estaba sentada sobre aquella bonita mesa blanca de metal, coloreando algo en un cuaderno que recordaba que tenía cubierta color marrón pálido y muchas lineas color blanco sin rumbo aparente.

Shuhua era realmente preciosa. Su piel color porcelana casi llegaba a brillar con el reflejo de la luz, y era cubierta solamente por aquel holgado vestido color marrón pálido, justo como la cubierta de su cuaderno, con pequeñas flores blancas, su largo cabello negro caía en ondas sobre sus hombros descubierto, mientras su cuello era adornado por aquel bonito collar color negro que contenía un símbolo del Ying y el Yang. No era como que ella realmente hubiese analizado cada centímetro de su cuerpo, aunque eso era exactamente lo que había hecho. 

Soojin dejó el vaso de cristal sobre la superficie a su lado sin prestarle atención, comenzando a caminar casi hipnotizada hasta el jardín de césped verde brillante y bellos rosales. 

Una vez a metros de distancia, ella realmente no sabía para qué se había acercado. Shuhua le había hecho saber explícitamente que le importaba una mierda acercársele, y que no tenía sentido intentar ser amigas. 

Aún así, ella quería verla de cerca. Como si fuera una pintura clásica en exhibición, Soojin quería admirar lal preciosa existencia de Shuhua. 

— Hola, Shuhua —formuló la mayor, eliminando la distancia entre ellas para quedar de pie a su lado—. ¿Qué estás haciendo? 

— ¿Qué te importa? —respondió de inmediato, frunciendo las cejas mientras cerraba el cuaderno, lo colocaba sobre sus piernas—. Jongin no está, salió hace un rato pero seguro que no tardará. Espéralo en su habitación, o lo que sea

𖥔 Rumor ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora