24. no te disculpes

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🍏

En realidad, a Minnie se le hacía difícil de creer que habían recibido un castigo de servicio comunitario ese fin de semana por haberse besado en clase.

Bien, era verdad, también habían interrumpido la clase y gritado varios insultos a uno de sus compañeros, ¡pero nadie parecía haberse quejado del show!

La muchacha tailandesa lanzó la lata de algún refresco dentro de la bolsa de basura que sostenía con su otra mano, soltando un suspiro cansado mientras fruncía las cejas.

Miyeon no parecía tener intenciones de hablar, pero Minnie necesitaba hablar.

Primero que nada, ¿qué significaba aquel beso? ¿Por qué?

Estaba tan confundida, y la mayor parecía tan tranquila. Aún días después, ella seguía sin entender cómo se sentía al respecto. No habían hablado de eso, no había recibido explicaciones, solo regaños por los mayores que las habían enviado ahí.

La lata de refresco entre su mano derecha de pronto parecía pedirle a gritos que la lanzara contra la mayor a pocos metros de ella.

Tonta, Miyeon, tonta. Lo arruinas todo.

— ¡Buenas tardes, servidoras del país!

Oh, y ahora ella.

— Hace calor, ¿no es cierto? Y no hay nada mejor para combatirlo que una bebida fresca.

Nayeon caminaba en dirección a ellas con una enorme sonrisa, sosteniendo entre sus manos una caja con tres vasos de café americano helado.

Miyeon no parecía tan feliz de ver a aquella muchacha como usualmente lo hacía. Minnie sabía que algo sucedía.

— ¿Cuánto tiempo deben estar aquí? —la voz de Jennie sacó de sus pensamientos a Minnie, haciéndola voltear en dirección a la mayor para observarla con confusión.

De pronto, las dos mujeres que se suponía la odiaban más estaban de pie frente a ella sonriéndole amablemente.

Miyeon solo había llegado a su vida para ponerla de cabeza.

— Toda la tarde, y mañana por la mañana —susurró Miyeon, llevando su mirada hasta Jennie.

— Oh, Dios, ¿qué fue lo que hicieron? —cuestionó Nayeon frunciendo las cejas, para entregarle un vaso a Miyeon y seguidamente otro a Minnie.

La tailandesa dudó en tomar la bebida, pero la más baja frente a ella le sonrió levemente con amabilidad, y aquello la hizo aceptar. Miyeon observaba el vaso entre sus manos, como si aquel objeto le estuviese reclamando Dios sabe qué cosa.

— ¿No te lo dijo Minghao? —murmuró Minnie, frunciendo las cejas.

Y si bien aquello era estar bien con el enemigo, Minnie tenía demasiada sed como para pensar en quién había conseguido aquel vaso de café helado para ella.

— No, dice que es malo hablar de los asuntos de otras personas

— Pero si te la pasas hablando de la vida de todos en la hora de almuerzo —interrumpió Jennie, poniéndose al lado de Nayeon.

𖥔 Rumor ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora