50. el dulce sabor de la justicia

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La noche no parecía acabar. El frío era abrumador, como si anunciara que el verano iba a acabarse, y calaba entre la piel a punto de abrazar cada fibra de los huesos de todos los que lo retaban saliendo de casa.

— No puedo creerlo —susurró, observando de arriba a abajo a la muchacha coreana sentada mirando a la nada a varios metros de él. Sus ojos recorren su alrededor, buscando a quien suponía que la acompañaba, pero no encontró a nadie.

Y aunque preferiría negarlo, pudo sentir algo de preocupación al darse cuenta de aquello.

— Los roles se invirtieron —masculla, con un dejo de gracia, poniéndose de pie mirando hacia la misma dirección que la menor.

— Cállate y vete

Cho Miyeon era hostil, y él lo sabía. Y el acohol frente a ella le hacía pensar que ahora lo sería más.

— ¿Qué haces aquí? Tan sola. Es raro viniendo de ti

— ¿A qué te refieres? —finalmente, Miyeon levanta la mirada para encontrarse con la anatomía de Jongin. El mayor la observaba sin ninguna expresión en el rostro, neutral, pero analizaba y probablemente juzgaba cada fibra de la chica a su lado.

— Que estás emborrachandote sola. Las chicas lindas y populares, se van a tomar con sus amigas y luego consiguen a un tonto que las lleve a casa.

— ¿Las chicas "lindas y populares"?

— Las chicas lindas y populares —repite, asintiendo, para después soltar una risita, encogiéndose de hombros.

Miyeon nunca había pensado que era considerada así por el mayor.

— ¿Qué te sucede? —señala la mesa frente a ella—. ¿De verdad sabes tomar?

Jongin ríe, tomando asiento al lado de la menor mientras cruza sus brazos sobre su pecho. Miyeon alza una ceja.

— ¿Qué te hace pensar que no lo hago?

— Te ves como alguien que nunca ha tomado

— Solía hacerlo seguido, para tu información.

— ¿Es algo que presumes ahora?

— ¿Qué te importa?

— Eso pareció

— Cállate

Jongin rió. Miyeon parecía tener muchas ganas de hablar. Quizá se trataba del alcohol o de que había estado tomando completamente sola. Las botellas frente a ella la hacían ver como un vagabundo y desentonaban con su vestimenta usual, siempre elegante y pulcra. En ese momento, estaba despeinada, y su chaqueta desabrochada dejaba ver el desorden de su blusa por debajo. ¿Sus padres sabrán que estaba ahí, así? Jongin no podía creer que estaba viendo semejante escena, y solo se podía preguntar qué le había sucedido que la había enviado a emborracharse.

¿Sería posible que Minghao estuviera involucrado? ¿O quizá sólo había discutido con Minnie?

— No te rías

— ¿Quieres que me vaya? —murmura, genuinamente. Tampoco sabía si a Miyeon le gustaba tomar y llorar sola como a él.

Miyeon guarda silencio, y el coreano supuso que simplemente no iba a admitir que quería que se quedara. Él, personalmente, tampoco lo admitiría si estuviera en su posición.

— Entonces... ¿Qué sucedió?

¿Quería saberlo? No realmente. Pero suponía que lo único cortés que podía hacer era intentar escuchar su situación e intentar hacerla sentir comprendida. No iba a darle una gran charla motivacional, porque aquello no era su estilo, pero sabía que debía al menos intentar que no se sintiera mal.

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⏰ Última actualización: Jan 29 ⏰

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