TN TA, una joven tan capaz de resaltar como de pasar desapercibida. Entra a la UA con la esperanza de convertirse en una gran heroína, contando únicamente con el apoyo de su hermana, una chica talentosa que, con dos años más que ella, estudia derech...
¡Creo que es hora de hacer las fichas de los padres! Ahí van:
Nombre: Yuna Ta Edad: 34 años Quirk: Potencia: puede potenciar y mejorar el quirk de otros usuarios. Altura: 1.68 Estado: Fallecida Otros: Es la madre de Tn, y trabaja de heroína. Su nombre frente a los medios es "Kimi Natsu: Heroína de apoyo". También tiene buen control de algunas armas.
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Nombre: Touma Ta Edad: 34 años Quirk: Metales: puede cambiar el estado de los materiales (de líquido a sólido y a la inversa) y puede cambiar el metal del que está hecho un objeto. Altura: 1.72 Estado: Fallecido Otros: Es el padre de Tn, al principio se planteó ser héroe, pero nada más comenzar su carrera y al ver su potencial, el villano Hagbar lo amenazó para que trabajara con él.
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(Imaginen los ojos más oscuros)
Pues... Sigamos!
Mi madre, con un cuchillo en mano, atacó a mi padre con un rápido movimiento. Vi a mi hermana, unoa años más pequeña, bajar las escaleras, coger de la mano a mi yo más pequeña y correr al pasillo.
Me acerqué para poder verlas. El armario estaba ya cerrado, y las dos niñas, dentro, pero por alguna razón sabía lo que estaba ocurriendo.
-No te preocupes... Vamos, ponte mi ropa y yo me pondré la tuya, no se darán cuenta- Le decía Kazumi a la más pequeña.
-P-pero... ¿por qué se pelean?- Respondía.
-Un señor muy malo quiere llevarte, Tn, y tú no puedes dejarte. Ahora dame tu ropa, rápido.
Narrador omnisciente
Tn, expectante, miraba la escena con nostalgia, pero dejó de prestarles atención a las menores cuando oyó la puerta la abrirse de golpe.
Allí estaba él.
Ante sus propios ojos, el causante de sus problemas.
El buscado villano Hagbar se acercó a su padre, quien había logrado poner algo de distancia entre él y su mujer.
-Touma, ya es hora. ¿Dónde está la niña?
-Ella... está escondida, no sé donde.
-¿Que no sabes dónde? Touma, hicimos un trato, y a mí me gusta que los tratos se cumplan.
-Sí... solo dame un momento...
-¡No dejaré que os la llevéis!- Gritó la madre, recomponiéndose y volviendo a atacar a su marido.
-¡Yuna! ¡No hagas esto más difícil! ¡Sabes lo que pasará si no lo hacemos!
-¡No me importa! ¡No dejaré que le hagáis daño, y tú tampoco deberías!
-Yuna...
-Ya estoy harto- Dijo el villano, con una voz grave -Touma, prometiste una cosa, yo tendré a la niña- Dijo, mirando a la madre -Con vuestra ayuda, o sin ella.
Hagbar levantó su mano, apuntando a Yuna, y de esta empezó a salir una barra de metal.
Todo sucedió muy rápido. Touma y Yuna se dieron cuenta de lo que iba a hacer, pero no a tiempo. En un instante, la barra de acero atravesó el abdomen de Yuna.
Su cuerpo cayó pesadamente sobre el suelo de madera. Touma corrió hacia ella, esperando en cualquier momento despertar de esa dolorosa pesadilla.
-¡Yuna! ¡Yuna, vamos despierta!- Gritó él, entre sollozos -No puedes irte...
La chica abrió un poco los ojos, y aunque su vista estaba algo desenfocada y empezaba a dejar de sentir su cuerpo, encontró las fuerzas para colocar su mano en la mejilla del contrario.
-Touma... N-no dejes q-que se l-la llev-ven...
-Yuna... no te vayas...
A pesar de sus súplicas, la mano de la heroína cayó al suelo, señalando que esta ya había muerto.
-Yuna...- Ahora, tras levantarse dificultosamente, el padre se encontraba encaminándose al villano, con los ojos llenos de una mezcla entre tristeza e ira -¡Hagbar! ¡Esto no tenía que pasar! ¡No era parte del trato!
-Ohh... ¿Estás triste? Tranquilo- Dijo, con una sonrisa macabra -En cuanto a tenga a la niña, tú y tu otra hija os encontraréis de nuevo con MAMÁ- Dijo, haciendo énfasis en la última palabra.
Para empeorar el momento, dentro del armario, una de las niñas se golpeó con la puerta, que quedó medio abierta, haciendo un ruido que no pasó desapercibido para los mayores.
-Bien~ ahí estáis~
-¡No!- Gritó Touma al ver que el villano se acercaba al armario.
Él, sin darse la vuelta completamente siquiera extendió su brazo hacia el hombre, quien corría hacia él en un intento desesperado de alejarlo de sus hijas.
Al igual que había hecho con Yuna, Hagbar dejó salir de la palma de su mano una barra que golpeó fuertemente a Touma. Él, haciendo uso de su don, pudo fundir un poco el metal para evitar el golpe, pero no fue lo bastante rápido y, al golpearse la cabeza, recibió un golpe tan fuerte que le hizo una gran herida, por la que no tardó un medio minuto en desangrarse.
-Es una lástima. Tenías potencial, chico- Dijo finalmente, antes de volver a dirigirse al armario.
Abrió la puerta de golpe, y vio a las dos niñas. "Fácil" se dijo a sí mismo. "Vestido amarillo de flores. Tal y como dijo". Cogió del brazo a Tn pensando que era Kazumi, y luego la cogió a ella para llevársela.
-¿Sabes? Tu padre me ha estado aportado bastante, bajo amenazas, pero aportando. Solo por eso, dejaré que crezcas un poco y ya veré si me dan ganas de matarte- Dijo, con una macabra sonrisa.
En ese momento la puerta se abrió, y Tn vio, aunque algo borroso por las lágrimas, a una figura que después reconoció como a su tío.
-¡Villano Hagbar! ¡Es hora de que todo esto acabe, suelta a la niña y entrégate!- Gritó, evitando mirar el cuerpo de su hermana y cuñado, mientras sacaba su pistola de policía.
-Ahhh... Maldita sea. Me estáis gadtando más problemas de lo planeado. Lo siento, pero me temo que voy a tener que matarte.
-¡He dicho que la sueltes!
-¡Oblígame!
El tío de las pequeñas disparó el arma en un tiro que, de no ser por la habilidad con su quirk del contrario, habría llegado directo al corazón, pero el villano la esquivó con una barra y se acercó peligrosamente al recién llegado, quien apenas podía esquivar sus ataques. El simple error de dejar su pierna al descubierto, Hagbar lo inmovilizó clavando sus barras en la extremidad, para luego acabar con su vida empuñando el cuchillo de su propia hermana.
-Y ahora... Nadie nos interrumpirá...
La Tn mayor, que había estado mirando la escena con pánico, se dio cuenta de que había pasado gran parte del rato gritando y llorando, pero fue incapaz de detenerse ante tal horror.
