Capítulo 40: Los chicos de la Segunda Fase

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Narra Barry: Parece que ya es hora de que les explique alguna cosa. Suspiro y los miro a los ojos uno a uno.

—¿Es eso cierto? —pregunta Arion.

—Efectivamente, el dispositivo esfera lo diseñé yo mismo —explico—. El Dorado me robó los planos y lo hizo suyo. Yo solo tengo un prototipo en nuestro tiempo.

—¿Por qué quisiste diseñar algo así? —sigue Riccardo.

Esta vez dejo que sea Fei quien responda.

—Era el sueño de su madre —dice—. Ella dio la primera nota, y él los construyó con la ayuda de un amigo.

—No es mi amigo —intervengo.

—El caso es que le robó los planos, se los entregó a El Dorado, y Barry descubrió que trabajaba para ellos.

—Por tu madre... —murmura JP—. ¿Entonces esos planos fueron tu herencia?

—¿Es que tu madre murió? —interviene Yukio.

Asiento con la cabeza. Ellos ponen mala cara, y decido que ya está bien de penas.

—Recuperaré esos dispositivos esfera, no os preocupéis —les digo—. Igual que los demás recuperaréis el fútbol y a vuestros compañeros.

—Es verdad, los demás —dice Yukio para después salir corriendo.

Narra Yukio: Me da pena que Barry haya perdido a su madre, pero no puedo venirme abajo. Ahora sí que tengo que ayudarlo. Ahora sí que tenemos que recuperar el fútbol para que así lo dejen tranquilo.

Salgo corriendo a la Royal Academy. Tengo que asegurarme de que los demás al menos recuerdan el fútbol. Al llegar veo a Princeton y me alegro, él sí se acuerda del fútbol y le gusta.

—¿Por qué no me iba a gustar? —pregunta.

Suspiro lleno de alivio.

—No, por nada —sonrío un poco.

—Yukio, ¿te encuentras bien? No te habrás dado algún golpe en la cabeza.

Niego con la cabeza.

—Solo me alegra que esto de la prohibición del fútbol no te haya desanimado —digo.

Él agacha la cabeza unos centímetros. Oh no, esto no me gusta.

—¿Pasa algo? —pregunto.

—Estoy un poco preocupado por el equipo. Fletch pasó hace un rato y dijo que a él no le gustaba el fútbol y que dejaba el equipo. Y parece que Bradford tampoco está demasiado animado.

De modo que le explico lo que ocurrió en el Estadio Camino Imperial.

—Así que fue eso —apoya la mano en la barbilla—. Tú ve a salvar el fútbol con los demás del Raimon. Yo me encargaré de avisar a los chicos para que sigan creyendo en el fútbol.

Sonrío un poco. Estamos hablando un rato más y luego me marcho a casa.

Al día siguiente nos reunimos en el parque de la torre. Axel nos ha llamado a todos.

—Axel —saluda Arion.

—Cuánto tiempo —nos sonríe.

Luego mira a Wonderbot y Fei. El segundo tapa al oso y Celia los tapa a los dos. Barry también se queda algo distante.

—Quiero echaros una mano para salvar el fútbol y a Mark —dice Axel.

—¿Cómo a Mark? —responde Barry—. ¿Tú no crees que esté muerto?

—Es raro —cierra los ojos durante unos segundos—. Pero siento que no ha muerto —los abre para mirarnos a todos—. Sé que os estáis enfrentando a El Dorado para recuperar el fútbol.

—¿Cómo sabes eso? —me sorprendo.

Él se remanga un poco, dejando ver una pulsera negra y blanca, con una pantalla. Parece bastante moderna. No es de nuestro tiempo.

—Una pulsera temporal —habla Barry—. ¿De dónde la sacaste?

—Cuando era Gran Emperador del Sector Quinto, un hombre bajo el nombre de Benefactor X vino y me la dio. Dio mucho apoyo al Sector Quinto porque quería que en el futuro de los imperiales nacieran los chicos de la Segunda Fase. Arion, tú eras uno de los candidatos.

—¿Los chicos de la Segunda Fase? —pregunta Barry—. ¿El Benefactor X?

—Perdón —intervengo—. ¿Qué es una pulsera temporal?

—Yo lo explicaré —hablan.

Todos nos giramos hacia estar al lado de la caravana Inazuma. Allí hay un hombre de mediana edad, con el pelo rubio hacia arriba, barba y bigote. Lleva algo raro en el ojo y no parece demasiado preocupado.

—¿Profesor Criptyx? —saluda Arion.

—¿Quién es? —murmuro.

—Un hombre de la época de Fei y Barry —explica JP—. Es el inventor de los viajes en el tiempo.

—Él mismo —responde el hombre acercándose a Axel—. La pulsera temporal es un artilugio que sirve para mantenerte alejado de las paradojas.

—Si ocurre cualquier cambio en tu línea temporal, pero tienes la pulsera temporal, a ti no te afecta —traduce Barry—. En el futuro son realmente difíciles de conseguir.

—¿Profesor... como se llame, usted sabe quien es el Benefactor X que se la dio? —sigo preguntando.

Barry agacha la cabeza unos centímetros, como si estuviera pensando en algo. Cuando vuelvo la vista a Axel, el profesor ya no está.

—¿A dónde se ha ido? —me sorprendo.

—Es que le gusta desaparecer —ríe Fei.

—Ahora mismo no importa quién sea el Benefactor X —habla finalmente Barry—. Lo importante es buscar una forma de recuperar el fútbol y a todo el mundo.

—Pero no tenemos ningún sitio en el que entrenar —protesta Arion.

—Hay un sitio al que todavía no ha llegado la prohibición del fútbol —añade Axel.

—¿Cuál? —curioseo.

—La isla Santuario.

Parpadeo un poco. Arion y JP se miran y sonríen emocionados. También noto que Barry y Fei no entienden qué ocurre. Me alegra no ser el único.

La revolución del fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora