La revolución del fútbol

Capítulo 41: La isla Santuario.

Narra Yukio: Antes de poder preguntar, se adelanta Fei.

—¿Qué sitio es ese?

—Las antiguas instalaciones del Sector Quinto —explica Axel—. Allí entrenaban los imperiales. Fue cerrada al acabar el Camino Imperial.

Y allá que nos vamos.

Llegamos hasta un estadio algo oscuro. Miro a los lados fijándome en los detalles. Hay una jaula en lo alto, con varias varillas rotas.

—No ha cambiado nada —sonríe Arion.

—¿Nada? —pregunto—. ¿Es que ya estuviste aquí?

Él asiente. Miro a Riccardo, Víctor, JP y Ryoma. Ellos imitan a Arion. Parece que me he perdido algo bastante importante.

—Fue aquel día que tenías que ir al hospital —explica Riccardo—. Antes del partido contra el Universal.

—¿Cuándo desaparecisteis durante una semana?

Vuelven a asentir.

—El Sector Quinto nos mandó venir aquí. Como Fletch y tú ese día no estabais, os quedasteis en la ciudad, pardiez —habla Ryoma.

—¡¿Qué?! ¿Y por qué no nos esperasteis?

—No nos dejaron opción —sigue JP.

Inflo los mofletes. Jade aparece con algunos balones de fútbol y Arion se pone a entrenar a lo loco.

—¿Alguien tiene alguna idea de como conseguir la armadura de espíritu guerrero? —pregunto.

Nuestro capitán deja de entrenar.

—Pues ahora que lo dices... —murmura.

—Solo son conjeturas, pero dicen que para conseguir la armadura, hay que fusionarse con el espíritu guerrero. Sentirlo y convertirte en él —explica Fei.

Volvemos a entrenar, aunque sin conseguir ningún resultado. Más adelante llegan algunos jugadores del protocolo Omega.

—Somos el equipo A-5 —dice Mike—. Os retamos a un duelo de fútbol. Vais a sentir la rabia que sentimos nosotros.

—¿Así sin más? —Njord arquea una ceja.

—¿Acaso tienes miedo?

—No dije eso.

Nos reunimos en el banquillo para decidir quienes saldrán a jugar.

—Es una buena manera de practicar la armadura —dice Barry.

—Vain. Yo mismo, Clarck Von Wonderbot, seré el entrenador del equipo —habla Wonderbot con confianza—. Y como tal, os daré la formación. Fei, Barry, vosotros en la delantera...

—Espera —contestan los dos al unísono.

—El protocolo Omega suele venir con sus todos sus jugadores —sigue Fei—. Tal vez no sea una orden.

—Dijeron que sentían rabia —añade Riccardo—. Así que es posible que estén buscando venganza.

—Prefiero que solo seáis vosotros los que os ocupáis —sigue Barry—. Fei y yo estaremos atentos.

Salimos al campo, JP, Njord, Arion, Víctor y yo. Ellos también se colocan y empieza el partido.

En un visto y no visto nos marcan un gol. Cierro los puños con fuerza.

—Nos queda un gol —dice Mike.

—¿Como uno? —pregunta Njord.

Mike le mira con confusión.

—Es un reto de fútbol. La condición es marcar dos goles. A menos que tengáis miedo.

—Aceptamos —respondo con convicción—. No marcaréis más.

Ellos vuelven a sus posiciones. Me llega el balón y saco a mi espíritu guerrero.

—¡Deidad mortífera Osiris! —grito.

Pero no sirve. Lima me da un golpe con fuerza quitándome el balón y lanzándome al suelo. Se lo pasa a Mike y él chuta.

Ahí va el segundo gol. Y no hemos conseguido las armaduras.

—¡JP, detenlo! —grito.

Sin embargo, antes de que pueda intentarlo siquiera, una sombra aparece en el campo. Un hacha gigante detiene el tiro.

—¿Azote negro? —pregunta Arion antes de que todo se vuelva negro.