El Olimpo volvió a tener el mismo caos de la trágica noche, pues ya no estaba el dios olímpico de la guerra. Muchos de los dioses ya no sabían que hacer, pues habían perdido a la mujer de este y ahora a él.
Zeus, padre de los dioses y de la humanidad calmó la situación, que está desaparición es una prueba del destino y que debían estar todos unidos, pero, conociéndose cada uno, sería una tarea difícil.Ares siguió a merced de los animales de su esposa, estaba sorprendido de la resistencia, fuerza y velocidad de la montura de su esposa, además de la velocidad del vuelo de su halcón, solo hubo dos paradas para descansar y alimentarse.
Cada vez que este se subía a Bestia, sentía que su corazón estaba más fuerte, pues dejaba su confianza en estos seres que le llevaban a tierras desconocidas. Aunque no debía hacerse ilusiones, era algo imposible, pues era volverse a encontrar con el amor de su vida. A su mente le venía el rostro de su esposa, su mirada, su sonrisa, la forma en que lo amaba y el sonido de su voz...
Cruzaron ríos y montañas, bosques y llanuras, fueron días y semanas hasta que se adentraron en un territorio civilizado.
Nyx ya se había hecho presente en la cúpula celeste, junto con Asteria y Selene.
Ares vio a lo lejos un gran río, que por lo visto y le sorprendió, fue el gran puente que tuvo que cruzar. Un puente de piedra bien elaborado, que, con el pasar de Bestia, hacia que sonaran sus fuertes cascos y no solo fue el puente de piedra sino que el camino estaba encantado.
Siguió por ese camino y en ese instante notó que Bestia y Ra aceleraron aún más su paso, haciendo que el galopar de la yegua fuera una tormenta.
Y en medio de la oscuridad, vio una gran ciudad. Más grande que Esparta o Atenas, edificada en siete colinas y protegida por el río que tuvo que cruzar.
Bestia relinchó, dando la señal a Ares de que su esposa estaba allí.
—Llévame hasta ella—Susurró al oído de Bestia y la yegua le llevó hacia la ciudad.
Cuando el dios de la guerra entró a la ciudad, esta misma estaba dormida, no había nadie en las calles, ni un alma.
Ares se quedó maravillado por la arquitectura urbana del lugar, las casas, las calles, las fuentes, los templos...
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Esposa de la Guerra III
Viễn tưởngUn gran imperio ha caido, pero nace otro grande y próspero. Guerra y conquista es el fundamento para su grandeza, muchos enemigos se forman a su paso, pero se defenderá de ellos. Un gran huella dejará para historia, y será el recuerdo de la grandeza...