43.- Infinito.

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Narra Pablo

An9che Sonia habló con Marizza. Más bien, le rogó para quedarse con Benja y después de las peleas, logró convencer a Marizza. Franco vendría por él en la mañana y aprovechariamos para salir un rato a una cita ,pero antes iriamos a una ecografia. Preparé un té para Marizza, ya que anoche vomitó mucho y subí.

-A despertarse Marizzita.- le moví la pierna y ella me pateó.

-Nunca vuelvo a dejar que tengamos sexo.

-Hacer el amor- corregí- Y eso no pasara.- dije mientras levantaba sus piernas para cargarla como princesa.

-Para- rio- me tengo que vestir- la bajé con cuidado y me besó. Enrolle su cintura con mis brazos y ella mi cuello.

-Te amo.- nos volvimos a besar.

Narra Maritza

Pablo fue a buscar algo qu olvidó abaho y yi entré al cuar5o de Benji.

-Hola, mi amor- entraba al cuarto- uh, el hombre de mi vida esta despierto- Benjamín reía y alzaba los brazos- uff, te cagaste feo- lo cargué y lo puse en la pañalera.

-Listo. Había dejado la carne la puerta de adelant3 afuera por el aire.

-Justo a tiempo- sonreí- Cambiale el pañal- se lo pasé y me fui a mi cuarto a vestirme, victoriosa.

Me puse un pants café y un top negro con una pollera de Pablo. Escuché un auto estacionarse afuera cuando me ponía la zapatilla.

-Llegó Franco, amor- salí con una sola zapatilla- Iré a abrirle- bajé rapido- Hola- abrí la puerta y me saludó.

-Hola Marizza. Como veras, hoy estoy de niñero- tenía a Candela en los brazos y reí.

-Hola, hermosa.- besé la mejilla de Camde y ella río.- Perdonanos Franco, pero perdona más a mi mamá.- me hice a un lado para que pase- Pasa- entró a la casa y se sentó en el sofá con Cande.- Agarra lo que quieras, los biberones están en el gabinete de su recámara. Ah, y los snacks estan en la alacena.

-Marizza responsabel y prdenada. Quien lo diria...

-No me revientes, Franco.- le apunté con el dedo y reímos.

-Voy- Pablo bajo y tenía a Benja en los brazos.

-Chao, niños- le di un beso en la mejilla a ambso niños.- Chao papá trucho.- sonreí y salimos.

Pablo me abrió la puerta para que entre al auto y después el rodeó para entrar del otro lado. Me dio un beso el el dorso de la mano y suspiré.

-¿Nerviosa, amor?- agarraba mi mano.

-Mucho, Pablo. Tengo miedo de perder a este bebé.

-No pasará, te cuidare de la mayor manera posible- me abrazó y beso mi cabeza.

-Tampoco me asfixies, eh. No te quiero siguiendome cuando vaya al baño todo el tiempo.

-No prometo nada.- nos separamos y me sonrió.

-Te amo- moví la cabeza y lo besé.

Llegamos al consultorio en 15 minutos y bajamos juntos. Catherine se estaba despidiendo de otras personas y enseguida nos vio.

-¡Hola chicos! ¿Que los trae por acá?

-Bueno...- apunté a mí panza y la acaricié.

-¿Otro nene? Que lindo, chicos.

-Si, estamos muy emocionados- dijo Pablo con una sonrisa de ilusión y me abrazó a los hombros.

-Pasa por acá, Marizza- la seguimos y me acosté en la camilla. A pesar de ya tener un hijo, esto sigue siendo nuevo para mí. Catherine puso gel en mi barriga y un escalofrío recorrió mi piel.

Dos segundos. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora