71. Skype.

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Narra Marizza

Luján ya cumplía en un mes, cinco meses de embarazada. Isabella cumpliría su primer año en 2 meses. Estaba preparando el desayuno cuando escuché a Isa llorar. Pasé mi mano por toda mi cara y subí por él. Pablo ha estado muy ocupado con el trabajo. Ahora está en un viaje que tuvo que hacer. Nuestro juego con la canción que ibamos a presentar en la banda de atrasó, pues por eso mismo no nos hemos reunido. Solo quiero seguir con la banda pero ha sido difocil. Los chicos no pueden renunciar a su trabajo hasta que tengamos la banda estable, pero no la tenemos estable por eso mismo. Aveces viene Luji para ayudarme con los niños ahora que está embarazada.

–¿Qué te pasa, mi amor?– cargué a Isabella y lo acurruqué en mis brazos.– Amor, deja de llorar. Sh, shh, voy por leche.– la bajé conmigo rezando para que Benja no se despierte. Luján me dijo que acompañó a Marcos así que llegaría más tarde.

No seas tarada, Marizza. Tantas madres siendo madres solteras y vos con esposo, sola con dos hijos sentís que no podes más.

Isabella no dejaba de llorar y mi estrés aumentó.

–Porfavor, amor, hoy no es mi día.– mezclé la leche y se la di pero no se calmaba.– ¿Qué es lo que tenes? No tenes el pañal sucio, no queres comer, ¿qué pasa?– se estaba comenzando a calmar.– ¿Extrañas a papá?– hizo un puchero– Él igual te extraña mucho.– tomé sus manos y las besé.– Voy a marcarle a papá. Igual ya mañana vuelve, estará con nosotros.– mis niños jamás habían estado solos desde nuestra Luna de Miel. En eso le agradezco mucho a mi mamá y a Mia. Dicen que les costó mucho pero al sexto día se acostumbraron más a que nos estemos. Además es la abuela, los consiente como a sus propios hijos.

Igual la pediatra nos dijo que se estresan cuando sus papás no están porque sienten que los dejan. Me duele que así lo sientan ellos.

Tomé mi teléfono y marqué.

Porfavor, contesta.

–¿Hola?

–Amor, soy yo.

–Hola, linda. ¿Qué pasa?

–Ya queremos que estés aquí. Más Isa, está estresada, no deja de llorar.

–¿Ella esta ahí?

–Si.

Poné el altavoz.– le hice caso– Isa, soy papá.– Isa miró al teléfono asombrada– Me dijeron que te sentis mal. Tranquila, amor, mañana vuelvo.

–Pablo, no entiende nada, pero se está calmando.

–Cuida mucho a mis hijos mientras que no estoy. O que ellos te cuidan a vos, son más tranquilos.– reí.

–¿Cómo va todo por allá?

Tuve que ir a una cena importante anoche. No sabes lo qje es estar sin vos. Han sido los 2 días más largos de mi vida.

–Calma, amor, mañana volvés.

–¿Te he dicho lo mucho que te admiro?

Creo que no, podrías decirlo más seguido.– dije jugando.

–Escuchá, mi admiración por vos es del tamaño del amor que tenes vos por mi. Olvídalo, es más de lo que yo te amo a vos porque yo te amo más.

–Deja de decir huevadas, Pablo, te amo más.

Si estuvieras aquí te daría tu merecido por creer que podes mentirme con semejante mentira.– reí.

Dos segundos. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora