41.- ¡Otra vez!

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Pasaron 7/8 meses. Mia ya tenía la panza gigante estaba a punto de parir. Benja estaba más grande y en 3 meses, cumple 1 año.

Narra Marizza

Llevaba días sintiéndome mal. Pablo no sabía ya que no le decía nada. Tenía síntomas de embarazo. Me preocupaba mucho. Este día iba a pasar la tarde con Mia y Benja se quedaría con Pablo

–Esta bebé ya está a días de nacer– dijo Mia tocando su panza. Estaba gigante.

–¿Es tranquila? –pregunté acariciando su barriga.

–Si, casi no se mueve.– dijo y sonreímos.

–Benja era igual pero ahora es muy rebelde- Mia río.

–Mientras no salga como la tía.- la mire mal y derrepente sentí náuseas- Esperame acá, Mia. –fui corriendo al baño y Mia corrió detrás mío

–Marizza, ¿Estas bien?- preguntó tomando su cabello.

–Si, llevo algunos días con mareos y vómitos.– jalé la cadena y me senté en el suelo.

–Marizza, para.

–¿Que?- pregunté parandome para tomar mi cepillo y la pasta de dientes.

–¿Te ha bajado? –preguntó y sólo quedé en shock.

–Mierda, no- dije con preocupación.

–Podrías estar...

–No.

–Marizza, ¿no te alegra? –preguntó sonriendo y tomándome de los hombros.

–No se, que tal si solo me ilusiono y es falso y que Pablo ya no quiera más niños, o me deja y termino...

–¿De que hablas? El sería muy feliz con dos niños.

–No sé.– rasqué mi nuca.

–Deja. ¿Queres hacerte la prueba?

–Si- suspiré. Terminé de lavarme y tomé mi mochila- Vamos a la farmancia.- salimos juntas y caminamos hacia la farmacia.

–Nos da 3 pruebas de embarazo porfavor- le dijo Mia a la vendedora, por mi.

–Tomen, señoritas. Estas son las más efectivas.

–Gracias– Ella las tomó y me la dio después de pagar.

–Mia.– me escondí detrás de Mia.

–¿Que?

–Esta Pablo.– susurré.

–Mierda, escondete- me empujó y me escondí detrás de un estante. Moví una caja para verlos.

–¿Mia? - escuché a Pablo entrando y Benja gritando feliz al verla.- ¿Y Mar? ¿No iba a pasar el día con vos?

–Oh, si. Ella se quedó en casa me estaba sintiendo mal.

–¿En serio mi amor?- prrguntó Manuel entrando alado de Pablo.

–¿Qué tiene?– preguntó Pablo preocupado y morí de ternura.

–Si, ya sabes, un poco de náuseas, pero tranquilo, es normal.

–Bueno- se puso enfrente de la barra de la tienda y por poco me ve- Me da formula para bebé, porfavor– pidió.

–Enseguida- la señora fue a buscarlo. Deje de escucharlos.

–Mía, ¿puedo salir? - susurrè arrastrándome.

–¿Marizza? -preguntó Pablo y cerré los ojos, volviéndome a ocultar.

Dos segundos. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora