Pasaron 7/8 meses. Mia ya tenía la panza gigante estaba a punto de parir. Benja estaba más grande y en 3 meses, cumple 1 año.
Narra Marizza
Llevaba días sintiéndome mal. Pablo no sabía ya que no le decía nada. Tenía síntomas de embarazo. Me preocupaba mucho. Este día iba a pasar la tarde con Mia y Benja se quedaría con Pablo
–Esta bebé ya está a días de nacer– dijo Mia tocando su panza. Estaba gigante.
–¿Es tranquila? –pregunté acariciando su barriga.
–Si, casi no se mueve.– dijo y sonreímos.
–Benja era igual pero ahora es muy rebelde- Mia río.
–Mientras no salga como la tía.- la mire mal y derrepente sentí náuseas- Esperame acá, Mia. –fui corriendo al baño y Mia corrió detrás mío
–Marizza, ¿Estas bien?- preguntó tomando su cabello.
–Si, llevo algunos días con mareos y vómitos.– jalé la cadena y me senté en el suelo.
–Marizza, para.
–¿Que?- pregunté parandome para tomar mi cepillo y la pasta de dientes.
–¿Te ha bajado? –preguntó y sólo quedé en shock.
–Mierda, no- dije con preocupación.
–Podrías estar...
–No.
–Marizza, ¿no te alegra? –preguntó sonriendo y tomándome de los hombros.
–No se, que tal si solo me ilusiono y es falso y que Pablo ya no quiera más niños, o me deja y termino...
–¿De que hablas? El sería muy feliz con dos niños.
–No sé.– rasqué mi nuca.
–Deja. ¿Queres hacerte la prueba?
–Si- suspiré. Terminé de lavarme y tomé mi mochila- Vamos a la farmancia.- salimos juntas y caminamos hacia la farmacia.
–Nos da 3 pruebas de embarazo porfavor- le dijo Mia a la vendedora, por mi.
–Tomen, señoritas. Estas son las más efectivas.
–Gracias– Ella las tomó y me la dio después de pagar.
–Mia.– me escondí detrás de Mia.
–¿Que?
–Esta Pablo.– susurré.
–Mierda, escondete- me empujó y me escondí detrás de un estante. Moví una caja para verlos.
–¿Mia? - escuché a Pablo entrando y Benja gritando feliz al verla.- ¿Y Mar? ¿No iba a pasar el día con vos?
–Oh, si. Ella se quedó en casa me estaba sintiendo mal.
–¿En serio mi amor?- prrguntó Manuel entrando alado de Pablo.
–¿Qué tiene?– preguntó Pablo preocupado y morí de ternura.
–Si, ya sabes, un poco de náuseas, pero tranquilo, es normal.
–Bueno- se puso enfrente de la barra de la tienda y por poco me ve- Me da formula para bebé, porfavor– pidió.
–Enseguida- la señora fue a buscarlo. Deje de escucharlos.
–Mía, ¿puedo salir? - susurrè arrastrándome.
–¿Marizza? -preguntó Pablo y cerré los ojos, volviéndome a ocultar.
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Dos segundos. Pablizza
FanficEl odio se vuelve el amor más fuerte que los dos experimentaron. Cosas que jamás pensaron que pasarían. Y así comienza esta linda historia... Odio, amistad, amor, hijos. ¡wow!