49.- Propuesta. /1-2

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Pasó 1 mes. Tenía 8 meses de embarazo. Ahora si parecía una bola. Mis pies están hinchadisimos y siento mi pancia más grande que con Benja. Pero igual Pablo siento que disfruta esto más que yo, y yo estoy adorando todo. Al amanecer Pablo despertó primero.

–Buenos días. –me di vuelta y lo vi escribiendo. Él enseguida se dio vuelta y caminó hacia mi.

–Buenos días.– me besó.

–Voy al baño y ahora vuelvo.– dije y esp hice. Me lavé los dientes, arreglé un poco mi pelo y elegí mi ropa del closet. Me estaba cambiando cuando entró Pablo pero me cubrí rápido.

–Amor– se detuvo.– Uy, perdón.– dijo pero igual entró.

–Salí, Pablo.

–Vine por lo mío. No es mi culpa haberme encontrado con tremendo monumento en el camino.– mordí mis labios y rodé los ojos.

–Lo haces ver tan forzado.

–¿Forzado? ¿Acaso estas diciendo que mis alagos a vos son forzados?– asentí sin verlo.– Vos si estas chapita, nena, eh. –me dio vuelta y me besó. Tenía una bata sobre mi y apenas alcance a ponerme la bombacha. Osea, estaba en pelotas.

Él me siguió besando y siguió sus besos hasta mi cuello. Me alzó de las piernas y me subió a un pequeño cuadro. Me soltó la bata y metió su mano para acariciar mis pechos. Su lengua bajó de mi mandíbula a mis pechos. Cuando encontró el pezon, comenzó a lamerlo a su gusto mientras yo gemía.

–Ah, Pablo.

Me quito la bata por completo y miro todo mi cuerpo con una luz hermosa. Enserió aveces pienso que Oablo me dice cosas así porque sabe como estoy de sensible o por cumplir al ya ser padre de mis dos hijos, pero cuando me mira así, siento todo lo contrario. Como que todo es amor pero más afuera del acto. Simplemente siento que me ve como si fuera la más hermosa del mundo, como si todas al rededor no contarán.

Pablo apretó mis muslos y comenzó a subir la mano hasta sentir mi zona mojada y lista...

–¡CIELA BELLA! -se escucho en la ventana.

Ambos abrimos los ojos impresionados. Bufé.

–Pero la put... -me levanté sin ganas y me asomé. Estaban Sonia con Franco y David.

–¡Ciela, baja ya!

–A la próxima, pulga. -me abrazo por la espalda pero me corrí.

–¡Mamá, ya voy!- grité desde la ventana.

–Tengo las llaves.

–¡No! Espera. -me puse la misma pijama y salí del cuarto pero Pablo me detuvó.

–¿Oles a sexo? -me olió y reí– No, no oles a sexo.– reímos y bajamos.

–Hola mi cielo, hola yernito. –nos saludó a los dos.

–Hola, venimos y nos vamos. - Franco camino hasta el cuarto del bebé. Salió a buscar el collar de Nala.

–¿Que hace?

–Ustedes no pueden saberlo. –dijo mi mamá divertida.

–Dale ma.

–Chao - Franco salió corriendo con Benja como si estuviera en un avión y Nala en otra mano.

–¡Dejame despedirme mínimo!

–Mamá, papá, mua- nos lanzó un beso.

–Que lindo mi chiquito.

–Bueno, chicos, los dejó. Abran esto, chao- se despidió y salió dejando un sobre en manos de Pablo.

–Que es? -lo arrebaté y lo abri.

Dos segundos. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora