Anécdotas del sexo I

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[ Competencia de pervertidos ]





Esto pasó, dos días después de que Wang MingYi volviera a casa.

Yibo estaba reclinado perezosamente en el sofá de su casa viendo la televisión, bostezando y rascando su formado abdomen, sintiéndose somnoliento.

- Mm... Debería ir a dormir ya - buscó el control a tientas hasta que sintió la puerta de entrada siendo abierta. Miró hacia ella desde su lugar.

- ¡Estoy entrando! ¡Más te vale que no me estes engañando!

- ...

Yibo miró a su huracán Xiao entrar con ropa de deportes y unas pequeñas gotas de sudor recorriéndole el cuello y la frente, cerrando de un portazo y sonriéndole al verlo.

- Ahí estás.

- ¿Zhan-Ge? ¿Qué haces aquí? Es más de medianoche. ¿Y por qué estás empapado en sudor?

- Estaba en casa pensando en ti - dejó sus zapatillas tiradas por el pasillo y fue hasta ahí, subiéndose sobre él a horcajadas, abrazando su cuello mientras hablaba - Y comencé a excitarme mucho, tanto que mi mano no fue útil, así que, salí a correr y sin quererlo, mis pies y mi corazón me trajeron hasta a ti - besó los labios entre abiertos de Yibo, jaloneando su polera hasta quitarla - Así que te harás responsable y me harás el amor - dictaminó y se quitó su propia sudadera - Ah, pero me daré una ducha rápida - mientras hablaba se puso de pie y se desnudó mientras corría por el pequeño departamento - ¡No te duermas! Y quédate en el sillón, quiero hacerlo ahí.

- ...

Yibo se quedó un momento pasmado con las manos en el aire, suspirando y sonriendo.

- No puedo creer que después de todo esto, no me sienta aunque sea un poco molesto. Debo haber caído totalmente en las garras de esta hermosa bestia. 

Se puso de pie y recogió la ropa arrojada en el suelo, doblándola y acomodándola en la ropa sucia, volviendo al sofá a esperar. Zhan salió a los pocos minutos, desnudo y húmedo por todos lados, subiéndose sobre él de nuevo y besándolo, dejando a Yibo perplejo otra vez.

- Ahora sí, hagámoslo.

- Ah, Zhan-Ge, no te secaste, vas a mojar todo el sofá.

- No te preocupes por tonterías y agárrame - se quejó y lo siguió besando.

- Cielos~ - abrazó su espalda húmeda y le contestó el beso mientras pensaba en que tendría que limpiar y secar el sofá mañana, pero dejando todo eso de lado para que se preocupara el Yibo de mañana, porque ahora, realmente se quería comer a este alocado Omega.

Sus lenguas jugaron entre sus bocas, mientras las manos grandes de Yibo lo recorrían con caricias apretadas y calientes, secando con el calor de ellas toda la humedad. Zhan se movió sobre él y sus miembros se rozaron, uno atrapado en el pantalón de pijama y el otro desnudo, golpeando de vez en cuando ese abdomen. Una mano se aferró a una de las nalgas abundantes y gruñó cuando el Omega le mordió el labio inferior.

- Yibo, tú... - sonrió y lo miró con expresivos ojos brillantes - Eres mucho más pervertido que yo.

- ¿Qué? - frunció el ceño - Por supuesto que no, tú lo eres más.

- Yo soy normal.

- ¿Bajo qué parámetro? - hizo un puchero y luego bajó una mano al miembro de Zhan para envolverlo - Mira, ya estás todo duro y ni siquiera te había tocado aquí.

Mi peculiar Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora