Capítulo 8

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Alexander Volks:

Cuando bajó las escaleras pude ver lo bella que es, cada vez que la veo es más y más hermosa, y nunca había dicho eso de una mujer, prácticamente solo muestra su rostro y sus brazos, y con eso es más que suficiente para ver lo hermosa que es. Además de lo que ví hace rato, pero solo abrió la regadera cuando no había nadie más, no deja que nadie la vea así, pero me sorprendió que a mí sí, después le preguntaré.

- ¿Empezamos?- dice mientras indica el camino hacia su oficina.

-Claro- la miro serio, pues cerca de mis hombres no suelo sonreír e intento verme totalmente serio y sin sentimientos, pero no puedo evitar sonreírle al ver cómo me guiña un ojo y camina frente a mi. Me sorprendió su camiseta, pues es cara y de hombre, pero lo que más me sorprendió es que no llevaba ni una pizca de maquillaje, hace rato tampoco, pero empezó en la madrugada, no conozco a ninguna otra mujer que no use maquillaje y eso me pareció un poco raro, pues normalmente las mujeres tienen esos prejuicios de las imperfecciones, pero para mí....ella es más que perfecta...

- ¿Estás bien?- dijo mientras me veía levantando una ceja, claro, yo estaba embobado en su hermoso rostro.

- Eh... Sí. perdón, me distraje- digo mientras froto mi nuca.

- Eso lo noté - dice mientras sonríe y me indica una silla frente al gran escritorio para que me siente y eso hago, ella también se sienta y abre su computadora y se coloca unos lentes que la hacen ver tan bonita. Lucifer, tengo que que concentrarme.

-¿ Tú qué tienes contra los italianos?- me pregunta mientras me mira por encima de sus elegantes lentes.

- Arruinan nuestros tratos con otras mafias, sólo porque son unos racistas- digo mientras la veía a los ojos - ¿ Y tú?

- Exactamente eso, son unos racistas y no quieren cerrar tratos con mi gente, además quieren lavar dinero a través de mi arte y eso no lo permitiré ni muerta- dijo mientras volvía a ver su laptop.

No pude evitar pensar en el dueño de esa camiseta de Hugo Boss, ahí compran ropa tipos con dinero, ¿tendrá novio?, Y juro que quiero sacarme esa idea de la cabeza, mataría por esa mujer, estoy sintiendo una atracción por ella que me está matando.

- El problema es Mariano- añade mientras alza la mirada de su computadora para verme a los ojos - León no está al tanto de las acciones racistas de su hijo, si el no le pone el alto a las buenas, lo haré yo a las malas. Tengo que hablar con León. - dice mientras frota sus sienes, se nota que está estresada, y la entiendo, lidia con muchas cosas, más tener que controlar otras mafias, ya es demasiado, por eso estoy aquí, para ayudarla.

- Charlie - dice mientras levanta la mano para indicarle que se acerque- Agenda una reunión con León Grecco por favor- Charlie sólo asintió y se retiró para agarrar su teléfono y llamarle alguien.

Ella solo bostezaba y salían lágrimas de cansancio de sus ojos, aún así no salió de la habitación hasta que Charlie regresó a el elegante despacho y nos dijo que ya estaba lista y hecha la reunión.

- ¿Para cuándo dijo que podía? - preguntó ella mientras se secaba las lágrimas que salían de sus bellos ojos de tanto cansancio.

- En un mes- dijo agachando la cabeza.

-¿Eso te afecta Alexander?- preguntó mientras me veía fijamente a los ojos.

- Es bastante tiempo, pero tenemos asuntos que arreglar con otros clanes entonces creo que va a tener que ser más tiempo.- digo mientras reviso mi teléfono y le sonrío levemente a la pantalla y desvío mi mirada de ella, y parece ponerse un poco triste y enojada.

- No tengo espacio hasta en 3 meses, dile eso, sino que Alexander hable con el antes, pero yo no puedo, y no pienso cambiar las sesiones de mi papá por un estúpido racista, agenda para un mes y medio, veré qué hago con mi agenda - dijo mientras se  levanta y se nota que está enojada - Ahora sí me disculpan, tengo otras cosas que hacer.- dice mientras se acerca a la puerta.

- Sandra les mostrará sus cuartos, pueden quedarse el tiempo de gusten - dijo completamente sería y molesta y no se que fue lo que la hizo enojar- Nos vemos al rato.

( En ruso)

- ¿Qué le pasó?- me pregunta Sergio dudando de mis acciones con ella - Pasó de ser amable a estar enojada y ni siquiera te vió a los ojos después de que viste tu teléfono.

- Lo sé, pero no sé que hice- digo volteandola a ver mientras agarra una bolsa grande y las llaves de un auto mentiras se dirige a la puerta principal.

No sé que hice pero tengo que arreglarlo.

Pasaron alrededor de 5 horas y me encuentro sentado en el sillón de la sala de estar principal con un vaso de whisky en mi mano izquierda, desde las tres de la tarde no la veo y me estoy desesperando, salió enojada y no ha regresado. En eso llega Rafael Gutierrez, su padre.

- Tú debes ser Alexander- dice mientras extiende su mano para hacer un apretón de manos y yo me levanto rápidamente.

- Ese mismo- digo extendiendo mi mano para apretar su mano.

- Estás preocupado por mi hija, ¿ No es así? - dice mientras camina hacia el sillón y ambos nos sentamos- He visto como te le quedas viendo.

- Sí estoy preocupado, pero es porque salió enojada y ni ha regresado en bastante tiempo- digo mientras tomo un pequeño sorbo de mi vaso.

- Tiene a sus propios demonios, tiene varios traumas y los enfrenta y tranquiliza a sus maneras, además cuando siente que está muy estresada, triste y enojada, va a esculpir o pintar o escribir o lo que se le ocurra y va a su estudio, el cuál está aquí, por lo que supongo que fue a comprar algo- dijo mientras daba pequeños golpes en mi hombro- Tranquilo hombre, ella está bien, y si tienes intenciones con ella, más te vale que sean buenas, porque ya viste de lo que es capaz y eso no fue nada- dijo mentiras se levantaba, y de repente tosió y agarró un pañuelo blanco el cual se manchó con sangre al toser.

-¿Está bien señor?- pregunto levantándome del sillón para ayudarlo como sea posible.

- No te preocupes por mi hijo, estoy y estaré bien. - dijo de manera tranquila.

En ese instante llegó Fernanda, con bolsas en sus manos de una tienda de arte, se ve bastante mal.

- Papá, ¿Estás bien? - dijo muy preocupada - ¿Le llamo al doctor José?, ¿Cómo te sientes papá?, ¿ Quieres que te lleve al hospital?

- Tranquila guerrera- dijo tranquilamente mientras se acercaba a la barra de la cocina- Estoy bien hija, no te preocupes por mí.

Sólo puedo ver su bella cara llena de tristeza y preocupación.

- Bueno papá - dice mientras se acerca a las escaleras para subir y puedo ver una pequeña lágrima escaparse de su ojo mientras subía al segundo piso.

- Sí me disculpan- digo retirándome y subiendo las escaleras.

Había un largo pasillo y otras escaleras, al final del pasillo había una puerta negra, en cambio a las demás, pues las otras eran blancas. Por lo que supuse que era su cuarto.

No sabía si meterme, porque no acabamos de conocer o ayudarla...

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora