Alexander Volks:
En unos cuantos minutos llegamos a la mansión de Fer.
Ella está dormida prácticamente babeando con sus dedos entrelazados con los míos.
Está totalmente agotada, ha pasado por tantas cosas y lo maneja de la manera más tranquila y pacífica posible.
Además que lidiar conmigo para nada es fácil, y le agradezco mucho por hacerlo.
Abro las rejas de la casa con un control para poder entrar y estacionar la camioneta enfrente de la puerta principal.
Salgo del auto tranquilamente y camino para el lado de Fer, abro su puerta y la jalo despacio para después tomarla en brazos y comenzar a caminar hacia la puerta cargándola.
Ya ha pasado un tiempo desde que la conocí por lo que sus empleados no me ven como un extraño al pasar cargándola, parece que ni les importa, sólo porque me saludan a petición de Fer.
Comienzo a caminar hasta llegar a las escaleras y empezar a subirlas de manera tranquila.
Nunca hay ruido en sus casas, más que su música o su hermosa voz, pero en este momento sólo se escuchan sus ronquidos, a lo cual parece que sus empleados están muy acostumbrados.
Llego a la habitación principal para después caminar hacia la cama y dejarla acostada despacio para luego caminar hacia la ducha y abrirla.
Pensé que con eso despertaría, pero no hay rastro de que se mueva, o respire.
Comienzo a quitarme la ropa frente a ella esperando algún tipo de respuesta, pero sólo obtengo más ronquidos.
Camino a ella acercándome a su lado de la cama para poder hablarle y despertarla.
- Hermosa ya despierta - le susurro acariciando su cabello agachándome un poco a ella.
A lo cuál, de nuevo no obtengo respuesta.
- Preciosa, vas a poder dormir al rato.
- Eh - responde con voz ronca y torpe frotando sus ojos - No quiero - niega con la cabeza haciendo pucheros - Quiero dormir ahorita...
- Anda.
Va abriendo los ojos poco a poco hasta que ve mi miembro colgando junto a ella y abrió los ojos de golpe levantándose un poco.
- ¿Así si te quieres levantar ?- río levantandola.
- ¿Quién no querría? - bosteza tallandose los ojos mientras la ayudo a caminar hasta llegar al pasillo del baño, y bajarla lentamente.
- Déjame ayudarte - desabrocho el botón de su pantalón mientras ella sube su blusa y yo bajo sus pantalones.
Quedamos de frente, yo desnudo y ella en ropa interior.
- Toda tuya - señala su cuerpo en señal para quitar lo que sobra.
Comienzo a bajar despacio su braga deslizando las yemas de mis dedos por sus muslos y acercando mi boca a su parte más íntima mientras ella jadea totalmente exitada.
Pongo la braga de lado y vuelvo a subir para ahora quitar lo único que me estorba.
La tomo de la cintura y la acerco a mi para después tocar su espalda y desabrochar su brasier de encaje.
El cuál aviento a los pocos segundos y la vuelvo a juntar a mí, haciendo que nuestros cuerpos choquen.
Jadeo levemente al sentir el menor tacto con su mano acariciando mi abdomen.
- Adoro ese sonido - sonríe con tanta ternura acariciando mi pectoral que no puedo ni creer que es la mujer con la que follo a diario y nunca me cansaría.
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Amor Entre Mafias
RomansaTodo empieza con un tercero que quiere arruinar negocios entre las mafias más importantes del momento. Gracias a él estos dos personajes con corazones fríos pero al mismo cálidos cruzan sus peculiares vidas.