Capítulo 24

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Alexander Volks:

Son las diez y media y Fer todavía no se despierta, aunque ya la intenté despertar varias veces.
Rafael tenía razón al decir que le encanta dormir.

Siempre tiene sueño, y desde que estamos juntos no ha dormido mucho que digamos.

Se dió una vuelta volteandome a ver y me tomó por la espalda, dándome un abrazo mientras subía una de sus piernas por encima de las mías y escondía su cabeza en mi pecho.

- No quiero levantarme- dijo haciendo pucheros.

- Pero tenemos que ir a desayunar. Se lo prometimos a tu padre.

- Mi papá se puede joder un poquito. No le digas que dije eso - dijo levantándose sobre mi pecho con cara seria.

- Entendido - dije sonriendo.

- Apenas dormí cinco horas y media - dijo mientras se sentaba en la cama desnuda, y me dejaba ver sus tatuajes en la espalda.

- Yo dormí solo cinco, así que no te quejes.

- ¿Sabías que yo debería dormir 12 horas?

- ¿Qué eso no es mucho?

- Mi doctor dice que para mí es poquito.

- Y ahora resulta que solo duermes cinco - dije riéndome y ella asintió seria.

- Tu polla y tus ganas de follarme no me dejan dormir - dijo riéndose.

- Tus ganas querrás decir- dije mientras la jalaba por la cintura para pegarla a mí.

- Nuestras - dijo mientras me tomaba por la nuca - Pero es tu polla.

- Pero te encanta.

- Claro que sí - dijo mientras se mordía el labio y yo solo reí.

- Ven - dije y le extendí mi mano para que se metiera.

Ella entró y nos empezamos a besar, aunque podía notar lo cansada que ella estaba por lo que por más caliente que estuviera no quería cansarla más.

-¿Estás bien cariño?- dijo mientras acariciaba mis hombros.

- Sí hermosa, ¿Por qué amor?

- Estás un poco raro precioso - dijo mientras se lavaba el cabello, yo le sonreí y ella hizo lo mismo con un poco más de tranquilidad para que no pensara que estaba enojado o me disgustaba.

No me le pegué en ningún momento, ni siquiera para besarla, para nada.

Ella se puso un bikini y arriba un short de mezclilla muy corto y roto mientras que en la parte de arriba solo tenía la parte de arriba del bikini y una camisa cortada que le quedaba de top y desabotonada. Entonces se veían sus pechos, y sabía que los celos me iban a poseer en un rato.

Apenas la ví y mi amiguito cobró vida pero me tenía que contener para no cansarla más.

Salimos de la suite de camino al elevador y yo intentaba ignorarla para no exitarme más.

En vez de la molesta tipa de la recepción había un hombre que en cuanto vió a mi mujer no pudo dejar de verla.

Aunque ella sólo me veía a mi preocupada porque no la volteaba a ver.

Pero mi plan se fue a la mierda cuando la ví acercarse a la recepción con ese hombre para hacer la reservación, para el restaurante del almuerzo con su padre y Sergio, el cual iba a ser en unas horas.

Ví como el no la dejaba de ver y de comerla con la mirada, mientras yo tenía tremenda erección por ella.

Me acerqué a ella por atrás tomandola por la espalda y bajando hasta su trasero para apretarlo un poco.

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora