Capítulo 39

8 1 0
                                    

Fernanda Gutierrez:

Esto ya es el colmo.

El día que cumplo años desde la vez que atenté en contra mía, matan a mi perra, dos días antes a mi padre, y mi novio ni siquiera lo sabía.

Sé que no es culpa de nadie, sino más bien mía, por no haberle contado.

Estamos en su camioneta, porque la mía estaba repleta de sangre.

En todo el camino no ha parado de abrazarme y decirme que todo está bien, no sé cómo agradecer todo lo que ha hecho por mí en todo este tiempo.

Llegamos a su casa, para después bajarnos y que siguiera abrazándome, hace un poco de frío por lo que el tomó mi mano, aunque al principio me negué ya que están repletas de sangre pero a Alex no le importó.

Siempre que entro a su casa estoy de una pésima manera.

- Retirense - dijo con voz ronca y seria mientras caminamos por el pasillo para llegar a las escaleras.

- Sí señor - respondieron todos al mismo tiempo para luego salir de la casa.

Subí las escaleras hacia la habitación principal y así poder quitarme toda la sangre.

-¿Estás bien? - caminó hacia mi preocupado al ver que me detuve.

- Sí, sí, estoy bien....- fijé mis ojos en un punto fijo sin poder dejar de mirarlo, como si estuviera hipnotizada, mientras respondía con torpeza.

Bajé la mirada para encontrar mis manos llenas de sangre de uno de los pocos seres vivos que me acompañó durante mi vida.

Nala, sin duda fue el regalo más valioso de mi padre, obviamente me gustaban las joyas y los lujos que me daba, pero cuando Nala llegó a mi vida, todo cambió para mí.

Y ahora que ya no está mi padre, ni ella, todo volvió a cambiar, pero de una mala manera.

Comienzo a quitarme la ropa, para después dejarla en el suelo repleta de sangre, y caminar al baño para poder quitarme la demás sangre.

Alexander solo me mira preocupado mientras camina conmigo, como si le preocupara que me fuera a hacer daño.

- Yo te ayudo - dijo para después subir las mangas de su camisa y agacharse para abrir la bañera.

-¿Por qué ahí?- pregunté señalando la bañera.

- Para que te pueda ayudar sin mojarme tanto - respondió aún intranquilo.

Suspiré, y me recargué en el lavamanos, abrazándome a mi misma mientras esperamos a que el agua se caliente.

Después de unos minutos el agua se calentó, y Alexander me señaló que fuera con él.

- Ven, ya está lista.

Caminé a él, y me introduje con un poco de frío, para que después de un momento él se levantara y me ayudara a meterme sin resbalar.

Me senté con frío dentro de la bañera, con la sangre saliendo de mi piel y pintando el agua con un tono totalmente rojo.

Mientras Alex me daba pequeñas caricias en la espalda y en los brazos para quitarme el líquido rojo de encima.

-¿Te duele?- preguntó al tocar suavemente un moretón en mi brazo.

Negué con la cabeza aún con mi mirada en un punto fijo.

El se nota muy preocupado, y ¿Quién no lo estaría?, Pero eso demuestra que en serio le importo y me ama; que de algún modo, lo que me importa a mí, también a él le importa.

Estos últimos días sin duda han sido los peores de mi vida, pero el tener a una persona tan fuerte y amorosa como Alex a mi lado, me hace sentir mejor.

- Ya preciosa - masajeó mis hombros mientras yo veía por la ventana - Ve mis ojos.

Volteé lentamente para ver sus oscuros ojos, mirándome fijamente, mientras acariciaba mi barbilla y decía que todo iba a estar bien.

Se ve muy preocupado, y lo sé.

Si sabe que fue lo que intenté hacer, aunque fue hace ya tiempo, no significa que no lo pueda volver a hacer, y que esta vez si funcione.

Pero, con Alexander a mi lado, sería un desperdicio total intentar terminar con mi vida.

Con un hombre así, a tu lado, apoyándome en todas mis acciones, en todos mis movimientos, en todo lo que represento, todo lo que soy ¿Por qué querrías acaba con mi vida?

Además sé que lo impediría a toda costa.

Comenzó a sonar su teléfono, y el duda tanto si ir o no para contestar.

Me dí una leve vuelta y lo mire tranquilamente, para después tomar su mano de una manera suave.

- Ve - acaricié su mano con tranquilidad - Voy a estar bien.

- No... No quiero dejarte sola.

- Lo tendrás que hacer en algún momento...

- No pienso hacerlo.

- No me voy a hacer nada ¿Sí? - me dí la vuelta y tomé su rostro con mis manos mojadas - Tu lo dijiste, todo va a estar bien.

Asintió y tomó mi mano.

- Aún así, no quiero dejarte sola, y nunca lo haré.

Juntó su frente con la mía, yo sosteniendo su rostro y él acariciando mis manos.

Mientras el teléfono seguía sonando, sin repuesta.

*Después de un rato*

Estamos acostados en la cama, tapados por las cobijas por el frío.

Estoy recargada sobre su pecho, con su brazo derecho rodeandome por la espalda tomando mi cadera mientras él lee un libro en ruso sobre economía.

- ¿Qué lees? - pregunté entre cerrando mis ojos.

- Algo de economía que no entiendo tan bien como otros temas.

- Yo estudié eso, te puedo ayudar, si quieres.

- Por favor, que realmente no logró entenderlo.

Reí levemente y tomé mis lentes de la mesita de noche, que son muy parecidos a los de Alex, por lo que de costumbre los confundimos.

Comencé a explicarle despacio mientras el me veía a los ojos concentrados, aunque de vez en cuando mordía su labio al agacharme o inclinarme hacia él, lo cual no ayudaba en nada para que se concentrara....

°°°°°°°°°°°
Holaaa chicxsssss.

Muchas gracias por leer, gracias por haber votado en los capítulos anteriores y comentar.

Espero les guste, intentaré subir capítulos más seguido.

Gracias por todo su apoyo, y su pueden síganme por fis.

Lxs quiero muchooooo.

Hasta la próxima 💋

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora