Capítulo 32

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Fernanda Gutierrez:

Estamos sentados en la mesa que literalmente parece una zona VIP, aunque no sé si me reconocieron a mí, lo cual supongo que sí, porque hay un montón de hombres murmurando sobre nosotros alrededor de nosotros que parecen mafiosos al igual que nosotros.

-¿Qué quieres comer hermosa? - preguntó Alex concentrado en el menú mientras yo veía el lugar y en eso llegó la mesera.

-¿Qué va a ordenar señorita?- preguntó una amable mujer.

- Voy a querer un gazpacho, por favor - dije sonriendo.

-¿Y usted caballero?- dijo mirándolo a él.

- Yo quiero el rabo de toro, por favor y una botella de Cabernet - respondió dejando la carta de lado para luego tomar mi mano.

- Claro - dijo tomando los menús y retirándose.

- ¿Qué tienes amor?- preguntó un poco confundido.

- Nada cariño, solo estoy preocupada por mi padre, ¿Por qué?

- Porque no has dejado de mover la pierna, y te vez preocupada hermosa.

- Pues sí lo estoy. Mi papá cada vez está peor, y supongo que no le queda mucho tiempo - dije preocupada y él sólo tomó con más fuerza mi mano y comenzó a acariciarla para que me calmara.

- Tranquila preciosa, todo va a estar bien- dijo levantando mi mano y besando mis nudillos con mucho cariño.

- Si amor - dije intentando ocultar mi preocupación en una simple sonrisa.

- Salimos mañana por la mañana a Italia para la reunión con León hermosa- dijo mientras la mesera llegaba con la botella de vino.

- Sí - dije un poco distraída.

- En un minuto traen su comida - interrumpió la mesera sirviendo el vino en las copas.

Sólo asentí y Alex me miraba preocupado.

La comida llegó muy rápido y comenzamos a comer mientras platicamos, además que no tardamos mucho en terminar.

En eso el teléfono de Alexander comenzó a sonar y el respondió.

-¿Que sucede Sergio?- dijo mientras se terminaba su copa de vino.

- Nos encontraron Alexander, le dieron al padre de Fer, está muy herido - fue lo único que escuché desde el otro lado de la mesa.

Mi mundo se empezó a desplomar en cuanto escuché esas palabras.

En seguida él me miró muy preocupado y se levantó, sólo sentía como el tomaba mi bolso y me jalaba del brazo para irnos.

- Ten, quédate con el cambio - dijo sacando varios billetes de cien euros.

-Pero señor es mucho....

- Quédatelo - dijo interrumpiendo mientras yo caminaba corriendo hacia el valet parking para ir por el auto.

A lo cual los hombres que trabajan ahí vieron mi prisa rápidamente me lanzaron las llaves y señalaron el lugar donde estaba.

En eso llegó corriendo Alexander detrás de mí para que le diera las llaves y el encendiera el coche.

Rápidamente arrancó el auto y salimos del restaurante camino a su casa.

Literalmente creo que se pasó demasiados límites de velocidad y semáforos.

Llegamos muy rápido a la casa para encontrarla llena de balas y vidrios rotos.

Salí corriendo del coche al igual que Alex para encontrar a mi padre con varias balas en su estómago y Sergio junto a él ayudándolo.

- Hola guerrera- dijo mi padre con una sonrisa llena de sangre.

- Papá- dije gritando mientras corría a el para luego caer de rodillas junto a él -¿Quién hizo esto? - dije mirando a Sergio mientras tomaba la mano de mi padre y la furia recorría todo mi cuerpo, aunque ninguna lágrima salió de mis ojos.

- Mariano - dijo mientras Alexander caminaba de un lado a otro mientras llamaba a un número.

-¿Dónde están Charlie y los demás? - preguntó Alexander mirándome desde arriba pues yo estaba hincada con mi padre.

- Fueron por comida - dijo Sergio.

Me levanté rápido para tomar mi bolso y agarrar mi teléfono para poder llamar a Charlie.

-¿Qué necesita señorita? - preguntó por la línea tranquilo y serio.

- Código rojo - dije para inmediatamente colgar la llamada y volver con mi padre.

- Mija hermosa - dijo entre lágrimas por el dolor y la situación - Eres lo mejor que me ha pasado, lo sabes ¿No?

Asentí y el tomó mi cara con su mano llena de sangre.

- Perdóname papá - dije y una mirada de mucha preocupación se posó en mí.

-¿Por qué hija? Eres lo mejor que he tenido conmigo en este infierno. No sabes lo perfecta que eres - dijo mientras el charco de sangre rodeándolo se hacía más y más grande - Eres mejor que todos los hombres juntos. Eres una puta Reyna.

- Te fallé papá - dije apretando su mano mientras Alex se acercaba a nosotros y se arrodillaba junto a mi para acariciar mi espalda.

- Nunca pienses eso, estoy demasiado orgulloso de ti - dijo con una voz muy débil - Te amo guerrera.

- Y yo a ti papá.

A los pocos minutos dejó de latir su corazón y su respiración tuvo fin....

En ese momento llegaron mis hombres y al ver tal escena corrieron a mi y a mi padre.

-¿Llamaste una ambulancia?- pregunté totalmente furiosa.

- No - dijo Sergio aún tomando la mano de mi padre.

- Señorita - dijo Arca preocupado al igual que Charlie y José - En dos días será el funeral.

Asentí aún con la mano de mi padre junto a la mía llena de sangre.

- Lucifer te tenga en un pedestal - dije entre susurros marcando una estrella dentro de un círculo en la frente de mi padre con su sangre.

Acomodé sus manos justas sobre su abdomen, cerré sus ojos y llena de furia me levanté llena de sangre.

Charlie me lanzó mi teléfono y comencé a llamar a un número mientras Alexander revisaba la casa.

- ¿Sí señorita?- respondió una mujer a través del teléfono.

- Comunícame con Jean - dije mientras secaba la sangre de mis manos con una toalla blanca dejándola roja.

- Fer - respondió una voz masculina a través del teléfono -¿En qué te puedo ayudar?

- Rafael está muerto - dije sin más interrumpiendolo - Fue Italia.

- ¿Cuando y dónde quieres que sea?- dijo completamente serio, refiriéndose al funeral.

- Quiero que sea en México, en 4 días. No más, no menos.

- Entendido- dijo Jean para después colgar.

- Ya nos tenemos que ir - dijo Sergio levantándose del suelo para secar la sangre.

- ¿Estás bien?- preguntó Alexander viéndome preocupado al igual que Sergio.

- Sí...

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora