Capítulo 33

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Alexander Volks:

No sé que hacer, ella no muestra dolor, solo enojo y furia.

Llamó varios números y dibujó unos símbolos con sangre en la frente de su padre, lo cual sólo significa que algo está por venir.

- Nos tenemos que ir de aquí - dijo Sergio lleno de sangre al igual que mi mujer - Sí nos encontraron una vez aquí lo volverán a hacer si no nos movemos.

- Agarra todo - dijo Fer viendo un punto dijo mientras chasqueaba los dedos para que Charlie y José fueran por unas cosas y Arca tomaba una bolsa fúnebre de otra maleta - No voy a ver esto, ya saben que hacer. Los quiero en Italia a las seis am.

- Entendido - dijo José agachando la cabeza al igual que los demás.

Tomé mi teléfono saliendo de la casa para llamar a mi padre.

Мариано убил отца Фернанды, нам придется отправиться туда раньше, чем я думал.

( Mariano mató al padre de Fernanda, vamos a tener que ir para allá más pronto de lo que había pensado) - dije abriendo la puerta de la camioneta para subirme al igual que Fer.

я понимаю сын

(Entiendo hijo)- respondió mi padre antes de darle un sorbo al vaso con el que se encontraba.

Но ты знаешь, что тебе придется жениться здесь, верно?

(Pero sabes que tendrás que casarte aquí, ¿Verdad?) - dijo mientras Bruno manejaba como si no hubiera marcha atrás.

Ага, скоро увидимся отец

(Sí, nos vemos pronto padre) - respondí seco, para luego colgar.

Podía notar tristeza en su mirada, aunque no lo demostrara sabía que estaba triste.

No sé bien que hacer, se que ella es demasiado fuerte y lo va y puede afrontar sola.

No me quiero meter de una mala manera, pero aún así se que era una de las personas más importantes y especiales que tenía en su rara vida, y que esto le va a doler, y mucho.

- ¿Qué tienes planeado?- dije mirándola fijamente y sólo podía sentir fuego en su mirada.

- Matar a ese hijo de puta y tomar lo que me pertenece.

- Al aeropuerto para tomar el jet - dije mirando a Bruno por el retrovisor y el asintió.

Llegamos bastante rápido y podía notar como Fernanda cada vez estaba más y más enojada.

Italia está bastante cerca de España, por lo que en una hora ya estábamos ahí.

Dónde unas camionetas negras y un Ferrari negro nos recibieron.

- Señorita - dijo un tipo alto, con tatuajes, peedoraciones y el cabello negro y un poco largo - Señor Volks.

- Jean - dijo Fernanda acercándose para abrazarlo y yo sólo estreché mi mano.

- Hola - dije un poco cortante pues no estoy de humor y menos con Fernanda pasando por tal situación.

El tipo se hizo de lado para que pasaramos y Fernanda se subió al Ferrari al igual que yo, solo que ella manejaba.

- Perdóname - dije mirándola mientras ella me veía dudosa - Se supone que mi casa era segura.

- No...- dijo entre murmuros - Tu casa si es segura, mi padre había hablado con uno de sus socios, y rastrearon la llamada. No fue tu culpa, no tienes porqué disculparte.

La miré también un poco triste pero ella tomó mi cara con su mano y la acarició.

Manejaba como si tuviera toda la prisa del mundo, y ya es muy tarde, por lo que las calles están vacías.

Su casa está muy alejada de la ciudad, está a mitad del bosque y aún así él Ferrari pasó por ahí, el cuál supongo que tiene varios arreglos.

- Es aquí - dijo bajándose del auto al igual que yo.

- Tenemos que hablar - le dije caminando a la casa.

- Lo sé.

Entramos a la casa y todo era de colores oscuros, aunque había varias cosas de un tono rojo vino.

- Adelante - dijo pasando hacia una pequeña oficina que tenía una puerta difícil de acceder para quienes no sabían la contraseña.

Entré y me senté acomodando mi camisa al sentarme.

- Tengo que ir a Rusia - dije sin más.

- ¿Por cuánto tiempo? - dijo caminando de un lado a otro.

- Una semana o menos, pero tengo varios asuntos que arreglar.

- Déjame adivinar, ¿tu familia no quiere que esté ahí?

- Correcto, pero no es para eso, porque sabes que me importa un carajo lo que piensen ellos. Es por otro tipo de negocios.

Ella levantó su ceja y se cruzó de brazos.

- ¿Que tipo?

-Son negocios rusos, y no tienes nada que ver ahí - sí que la cagué y en grande.

Se dió la vuelta y salió del cuarto quitándose el top quedando desnuda de la parte de arriba, dejando ver sus tatuajes y varias cicatrice, pero ninguno de sus hombres se atrevía a verla. Al igual que ella me fuí de la habitación siguiéndola.

- Está bien - dijo subiendo las escaleras desabrochando su pantalón repleto de sangre - Vete.

Comencé a caminar hacia la puerta donde mis hombres me esperaban para irme.

- Señor - me habló una voz la cual reconocí como la de Arca - No la deje sola, por favor, se lo pido, usted es lo único que tiene.

En ese momento me dí la vuelta y ella no estaba en ningún lado.

- Ella no me necesita- dije aún caminando.

- Por favor - dijo Arca mientras yo seguía alejándome hasta que paré.

- No puedo Arca - dije con tristeza - No puedo - repetí entre murmuros.

Caminé hasta una camioneta negra en la cual estaba Sergio del otro lado y Bruno manejando.

-¿La dejaste? - dijo y asentí - ¿Sola? ¿Con lo que acaba de pasar?

- Sí, si Sergio, no puedo traerla, sabes que le traería muchos más problemas.

- Esto no va a salir bien Alexander.

- Ya lo sé... Ya lo sé.

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Nota de autora:

Gracias por leer chicxs, espero les esté gustando la historia.

Perdón por no sacar capítulos más seguidos pero he estado muy ocupada.

Este fin intentaré sacar la mayor cantidad de episodios posibles.

Gracias por su lectura.

Hasta la próxima 💋

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora