Capítulo 16 (+18)

15 1 0
                                    

Alexander Volks:

Estuvimos hablando sobre planes que teníamos de pequeños y comíamos y reíamos mientras de vez en cuando nos besamos y acariciábamos.

- ¿Puedo preguntar algo? - dije viendo la pulsera azul cielo trenzada que tenía en su muñeca izquierda.

- Claro- dijo y sonrió - Lo que quieras.

-¿Por qué tienes esa pulsera? - dije señalandola y dejó de mirarme y sonreírme, como si lo que le dije la hubiera hecho recordar algo malo.

- Es...- dijo abrumada por mi pregunta- Una larga y triste historia.

- Si no me quieres contar está bien hermosa- dije para intentar calmarla un poco.

- Cuando tenía once años- dijo mientras tocaba la pulsera - Conocí a un niño en una tienda de refrescos, era muy distinto a mi pero a la vez tan parecido, teníamos los mismos gustos, pero era de una clase social mucho menor a la mía, la cual tenía sólo gracias a Rafael. El niño y yo nos hicimos mejores amigos, y yo misma hice está pulsera junto a la suya...- dijo triste y no pude sentirme celoso - Pasábamos todos los días juntos, todos decían que le gustaba, pero yo sabía que sólo éramos amigos. Un día ... cuando fuí a buscarlo a su casa... encontré a su mamá llorando a mares, y ahí me enteré que lo había secuestrado un cártel que tenía problemas con su mamá... - dijo y me sentí tan mal por ella, por lo que tomé su mano por encima de sus tatuajes y anillos, ella sólo me sonrió aún triste- Le dije a mi papá en cuanto llegué a la casa llorando, él mandó a sus hombres a buscarlo, incluso yo me uní a la búsqueda.... hasta que lo encontré, muerto, lleno de moretones, incluso creo que... abusaron sexualmente de él- dijo mientras una pequeña lágrima salía de su bello ojo y ella la secaba rápidamente.

- Lo siento tanto- dije mientras juntaba su cabeza a mi pecho - Gracias por compartir eso conmigo - ella sólo me abrazó y empezó a respirar profundamente para calmarse.

- Por eso la llevo, me gusta recordarlo de la mejor manera- dijo mientras se separaba de mí y tomaba mi mano - Su madre pidió que no le quitarán la pulsera en su funeral y lo enterraran con ella.

- Por eso no te la has quitado- dije y ella sólo asentó levemente - Perdón por tocar un tema delicado.

- No te preocupes amor - dijo mientras me sonreía levemente - No sabías nada, y no tienes la culpa. Ven- dijo levantándose y llevando las cajas al basurero - Que tenemos un importante compromiso que atender juntos.

Me levanté y la seguí inmediatamente.

Ella ha sufrido tanto, y lo lamento tanto, pues parece una mujer demasiado fuerte, y lo es, pero también es una mujer tan dulce y amable.

Subimos a la habitación y ella comenzó a quitarse la ropa despacio mientras yo la devoraba con la mirada, por lo cuál algo en mi entre pierna fue creciendo hasta llegar a un punto dónde quería explotar y ella lo podía notar.

-¿Te vas a quedar ahí babeando?- dijo mientras se daba la vuelta y sus pechos rebotaban.

- Claro que no - dije quitándome los pantalones para acercarme a ella y tomarla por la cadera, para luego ir bajando mis manos hacia su hermoso y gran trasero.

Empezamos a besarnos tan apasionadamente que llegó a ser sofocante, pero ninguno quería parar. La cargué y la puse sobre mi cadera agarrandola por el culo mientras ella rodeaba mi nuca y seguía besándome.

Llegamos a la regadera y abrí rápidamente el agua, aunque solo salió agua fría y ella dió un pequeño grito por el agua, hasta que nos empezamos a reír pero sin dejar de besarnos.

-¿Qué es lo que quieres Fernanda?- dije y pude ver cómo sonría de una manera tan natural mientras el agua bajaba por su hermosa cara y su bello y curvilíneo cuerpo.

Amor Entre MafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora