Pasado

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14 de mayo del 2016


Harper Clifford

—¡Corre Ethan! —le grité mientras seguíamos corriendo, aunque Nicholas ya nos había ganado y técnicamente Ethan también me estaba ganando, así que ya ni sabía por qué estaba corriendo si total iban a ganar ellos y era obvio del porqué.

—¡Habla por ti Harper! —cuando llegamos, yo estaba demasiado exhausta y ellos me miraban con una sonrisa burlona. No, pues, estaba claro que si yo fuera como uno de ellos también estaría bien, pero soy una simple humana y correr tanto para mí no era tan malo, pero esta vez sí.

—¿Todo bien Harper? —me preguntó Nicholas mientras soltaba una carcajada—. De todas las ideas que tuviste hasta ahora, esta es la más estúpida... ¿Cómo se te ocurre retarnos a una carrera? —Ethan se acercó a mí y me quitó algunos mechones de mi cara.

—¿Estás bien? —asentí mientras él me dedicaba una sonrisa.

—Ethan no te preocupes, está muy bien, es nuestra Harper... Nadie puede con ella —inconscientemente se me formó una pequeña sonrisa y me sonrojé—. ¿La pequeña Harper se ha sonrojado?

—Más quisieras Nicholas —no iba a dejar que él tuviera el gusto de saber que me había sonrojado—. Estoy roja por haber corrido tanto.

—Hagamos que te creo pequeña Harper —me conocía muy bien el idiota.

—¿Estáis seguros de esto? — Ethan nos miró a los dos preocupados, más bien me miró más a mí preocupado. Sabía que tenía miedo, aunque hubiera estado en anteriores transformaciones, él seguía teniendo miedo—. Opino que ha sido una mala idea que Harper haya venido.

Nicholas se acercó a él con una sonrisa.

—Querido lobito, Harper ha estado en varias ya y no tiene ningún rasguño... Además, estoy aquí, así que no te preocupes —le abrazó por los hombros y le regaló una sonrisa. Ellos dos eran el prototipo perfecto de mejores amigos.

—Tú solo cuídala —no podía faltar el drama de Nicholas, porque colocó su mano en su pecho y actuó como si estuviera ofendido, logrando que yo soltara una pequeña risa.

—Ethan, ¿con quién crees que estás hablando? Venga hombre me ofendes.

—Cállate.

—Cállame —le contestó él en todo burlón.

—Te callaré a base de golpes gracioso —volteó los ojos y yo solo me limité a verlos divertida.

—Me dueles —se quitó unas lágrimas falsas.

—Ya claro.

—Debemos prepararnos si vamos a pasar la noche aquí —hablé esta vez yo, este lugar no estaba muy lejos de mi casa.

Era un bosque con muchos diferentes tipos de vegetación y al frente había un precipicio.
Si mirabas al frente podías ver el atardecer y el amanecer, era precioso verlo desde aquí. Si mirabas abajo todo era verde y estaba lleno de vegetación.

—Sigo sin saber cómo tus padres te permiten estar con nosotros y más con las transformaciones de Ethan —yo también tenía esa duda.

—A mi madre no le agrada la idea, pero papá dice que es buena idea, porque Ethan de esa manera se controla un poco más. Así que mama no tuvo opción, era una contra dos.

—Tu padre tiene razón, gracias a ti no soy tan salvaje —Ethan se sentó en el suelo y apoyó su espalda en un tronco. Como solía hacerlo siempre que veníamos aquí.

—Bueno, tu naturaleza siempre será salvaje amigo mío, sin embargo, aquí estaremos para ti —Ethan le miró mal—. Solo decía, tampoco debías darme esa mala mirada cielo —Ethan volteó los ojos y le tiro una piedra, aunque por desgracia no le dio a Nicholas porque fue más rápido—. Vaya amor hacia mi persona Ethan, me dueles —Nicholas se apoyó en otro árbol y yo decidí ir al precipicio a pensar.

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