Después de unos minutos entraron mis queridos hermanos y corrí a abrazarlos, a veces también era un poco cariñosa, porque después de todo ellos siempre estuvieron allí para mí, en lo bueno y en lo malo.
—Stephen, ¿qué mosca le ha picado? —le preguntó confundido Connor y yo solo quería soltar una carcajada al notar lo nerviosos que estaban. Supongo que pensaban que pronto les caería una broma o algo parecido.
—No lo sé, pero sigue abrazándola —me separé de ellos ofendida, claramente estaba fingiendo porque todos en esta familia solíamos ser unos buenos actores cuando nos convenía.
—Oye, ¿ahora no puedo abrazar a mis hermanos? —la verdad es que no lo hacía mucho, no era de muchas demostraciones cariñosas, al igual que ellos. No sabía el motivo de este comportamiento, ya que habíamos vivido en un ambiente bueno y amoroso, pero así éramos los tres, no muchas demostraciones y menos si eran delante de otras personas.
—Sí, pero viniendo de ti es muy raro —Touché Connor, él tenía razón, pero esta vez me había salido desde el corazón, desde mi pequeño corazón negro, como solía decir Connor.
A decir verdad Connor era el más amoroso de los tres, él siempre nos abrazaba y nos animaba, siempre lograba sacarte una sonrisa, aunque fuera el peor día de tu vida y eso era algo muy bonito que tenía él.
Connor tenía un corazón demasiado grande, había sufrido como todos nosotros, pero aun así él nunca dejó que vieran su tristeza y siempre tenía una enorme sonrisa en su cara como si no hubiera pasado nada. Stephen y yo lo conocíamos muy bien y aunque él no quisiera contárnoslo por el simple motivo de no querer molestarnos, siempre le intentábamos animar y funcionaba. O eso nos hacía creer él.
—Connor tiene razón, ¿ha ocurrido algo? —me preguntó un poco preocupado Stephen.
—Vimos a Nicholas salir muy enfadado —no me interesaba, gracias a su mención mi expresión cambió un poco.
—No ha ocurrido nada, el problema es que es un dramático.
—Bueno, razón no te falta, me pone nervioso ese chico —solté una carcajada a lo que había dicho Stephen.
—Stephen, a ti te pone nervioso todo el mundo —Connor soltó una risa cuando dije eso haciendo que yo también volviera a reír, la risa de Connor era muy contagiosa.
—Cierto.
Dejé de reírme, porque de pronto se me vino a la cabeza lo que había pasado y quería respuestas. Sabía que mis hermanos me las darían porque ellos jamás me ocultaban nada al igual que yo no les ocultaba nada a ellos.
—Pero ahora en serio, ¿por qué me desmaye? —los dos detuvieron de golpe sus risas para comenzar a mirarse el uno al otro, eso solo significaba una cosa y es que algo me estaban ocultando.
—Estabas cansada —comenzó Connor.
—Demasiadas energías consumidas y tu cuerpo no puedo más —terminó Stephen.
¿Por qué presentía que era mentira? Algo en mí decía que me estaban mintiendo, mis propios hermanos me estaban ocultando la verdad. Pero, ¿por qué harían algo así? Pensé que nunca me pasaría esto con ellos.
—¿Me estáis mintiendo? —volvieron a mirarse, odiaba cuando hacían eso, porque cuando hacían eso sabía que me estaban mintiendo.
—No —lo dijeron a la vez mientras me miraban. Si no los conociera bien podría creerles, pero era su maldita hermana y sabía muy bien cuando me mentían. Incluso gracias a papá sabía como detectar las mentiras y como mentir.
Yo era una experta de las mentiras, algo que mis hermanos no eran tan expertos.
—Sé que me estáis mintiendo.
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Intenta Sobrevivir ©
Science Fiction¿Y si todas las leyendas fueran ciertas? Todos los cuentos que me contaron de pequeña nunca les di importancia hasta ahora y vaya que si lo me los contaba mi padre era por una buena razón. El 24 de diciembre del 2021, apareció un virus extraño en n...