¿Y si todos los cuentos, mitos o leyendas que nos contaron nuestros padres de pequeños fueran verdad?
Toda mi niñez me la pasé estudiando en casa, ya que nuestros padres no quisieron que mis hermanos y yo fuéramos al colegio, además lo que aprendimos en casa fue más útil, o eso quise creer yo.
Mamá nos daba las clases teóricas y papá las clases prácticas, con ellas me refiero a tiro con arco, uso con armas, entrenamientos demasiado duros, a veces pensaba que nos entrenaban para ser agentes de la CIA, ¿dije que mi familia no era normal? Bueno, lo menciono ahora.
La verdad es que a mis padres supongo que se les iba a la pinza, ¿por qué demonios debían prepararnos de esa manera? Tampoco tenía pensado trabajar en la CIA, pero bueno, no podía mencionarles nada. Sin embargo, todo era demasiado raro.
Mis hermanos y yo siempre fuimos muy unidos, siempre podía contarles todo lo que me pasaba porque sabía que ellos estarían allí para mí, eran los mejores, no obstante tampoco iba a mencionarles eso por qué si no se les subiría el ego. Porque los conocía muy bien y cualquier comentario bueno referido a sus habilidades, les hacía creerse superiores, al igual que yo.
Éramos tres hijos, Stephen era el mayor y el más aburrido en algunas ocasiones, era demasiado serio, a veces había que admitirlo, sin embargo, detrás de su fachada de serio se escondía un chico muy risueño y divertido. Stephen era rubio, aunque Connor le molesta diciéndole que era rubio de bote, no obstante su pelo era natural, tenía los ojos marrones y digamos que no era muy musculoso, pero había que admitir que era fuerte y rápido, además tenía una cara de niño bueno que podría confundirte.
Connor era el segundo hijo, tenía el pelo negro y ojos marrones, la verdad es que él no era tan delgaducho como Stephen. Sin embargo, era totalmente diferente a Stephen, era el que nos hacía reír y a veces era un poco inmaduro, pero se le quería igual, aunque fuera un tonto. Para colmo tenía una cara muy angelical, aunque tanto Stephen como yo sabíamos que no tenía nada de eso.
Y la última era yo y seamos sinceros, yo era la mejor versión, tenía un poco de Stephen y un poco de Connor, con lo de Connor solo me refiero al sentido del humor.
En fin, la verdad es que era demasiado guapa porque negarlo, además incluso mis hermanos lo decían, no obstante eso es otro tema. Podría describirme como una chica de pelo castaño oscuro y unos ojos verdes, heredados por parte de mi padre. La verdad es que mi estatura era normal, aunque las jirafas de mis hermanos me superaban para que mentirnos, y era la más peligrosa, al igual que mis hermanos se me daba todo demasiado bien, no había nada que hiciera mal, era demasiado perfeccionista.
Mi padre, Alexandru Clifford, sé que no le pega nada, pero eso es porque la abuela era de ascendencia rumana y el abuelo era americano. Los dos se conocieron en Rumanía y de allí surgió el amor, entonces la abuela se fue con el abuelo a América y bueno, lo demás es una historia muy bonita de amor. Cuando nació papá, la abuela le pidió más bien, le obligó a ponerle al bebé Alexandru. Aunque papá prefería que le dijeran Alex, ya que así quedaba un poco mejor.
Papá era un hombre demasiado inteligente, hábil, perspicaz y con una buena condición física. Tenía el aspecto de un hombre joven, aunque ya tuviera 45 años. El color de su pelo era azabache y los ojos verdes, buena estructura muscular y claramente de él había heredado el pelo y los ojos, lo demás era la copia exacta de mi madre. Nunca nos demostró sus inseguridades o sus miedos, él decía que no había que tener miedo a nada, pero estaba convencida de que tenía algún miedo.
En cambio, mi madre era una persona totalmente diferente.
Elizabeth Clifford, era una mujer tranquila, inteligente, amable, divertida y muchísimas más cualidades buenas. Ella tenía el pelo rubio tirando a castaño claro, de allí que Stephen heredará su pelo. Sus ojos eran unos marrones, gracias a Dios tuve el color de ojos de papá, no me malinterpretéis, mis hermanos tienen el color de ojos de mi madre y son muy guapos. Ella era una mujer muy fuerte, que había pasado por muchas cosas, sin embargo, yo sabía que escondía algo, quería descubrirlo, no obstante, como solía mencionarme mi padre: "La curiosidad mató al gato".
Obviamente, mi favorito era papá, él era mi modelo a seguir, eso no significaba que no quisiera a mi madre, pero mi padre me conocía mejor que nadie, al igual que mis hermanos. Mi padre siempre ha sido una persona con muchos problemas, sin embargo, siempre pudo solucionarlos. Había perdido a sus padres, a sus hermanos y aun así seguía sonriéndonos.
Papá nos demostró que había que luchar por lo que queríamos y que jamás debíamos rendirnos. Él era un gran ejemplo a seguir, trabajaba duro para que no nos faltara nada, nos cuidaba e incluso siempre velaba por nosotros.
Sin duda él se merecía lo mejor del mundo, siempre me sacaba sonrisas con sus chistes, siempre se preocupaba por nosotros y amaba a mamá demasiado.
Cuando era pequeña, papá solía contarme muchísimas historias antiguas, mitos antiguos, historias de Vikingos, mitos de brujas, mitos de hombres lobos y mitos de vampiros.
Cualquier niño de mi edad, les tendría miedo, pero yo no, a mí me encantaban, aunque nunca supe la razón. Nunca supe por qué mi padre tenía tanto interés en contarnos esas cosas.
Nuestra historia favorita, para mi padre y para mí claramente, era la de Vlad Țepeș, conocido también como Vlad el Empalador. Seguro que ya la conocéis, sin embargo, os la resumiré un poco.
Vlad Țepeș fue un príncipe de Valaquia y un gran luchador en contra del expansionismo otomano. Fue apodado por sus enemigos como "Vlad el Empalador" y el escritor Bram Stoker se inspiró en él para crear el famoso personaje que seguro que todos conocemos, el Conde Drácula.
Sin embargo, él no fue un vampiro, Bram Stoker simplemente se basó en el príncipe, por su forma sanguinaria de matar a sus enemigos.
No obstante, su historia se hizo muy reconocida y muchos piensan que si fue un vampiro, ese libro es uno de mis favoritos, sin duda. El escritor hizo un buen trabajo.
Sin duda algún día me gustaría visitar el castillo de Vlad Țepeș, dicen que es maravilloso.
Ese castillo fue una fortaleza medieval, situada en Transilvania, Rumanía. Era una fortaleza defensiva, por sus grandes murallas, sus numerosos torreones y su emplazamiento sobre un alto espolón que la hace dominar todo su entorno. Y no hablemos de sus interiores que mencionan que son preciosos.
Pero vamos al tema interesante sobre este príncipe.
¿Sabéis por qué fue apodado de esa manera?
Fue apodado de esta manera porque a sus enemigos los atravesaba con una estaca. Según algunas fuentes, Vlad Țepeș, pudo haber ejecutado a más de 100.000 personas con este método, durante sus siete años de gobernación.
Sin embargo, bueno, no quiero entrar en más detalle sobre esto, en general papá nos contaba cualquier mito histórico, porque digamos que era como una tradición. De generación en generación se habían contado mitos e historias sobre todo tipo de seres malignos. Jamás sabré el motivo de ello.
Y bueno, volvamos al punto principal, sobre los cuentos, mitos y leyendas que siempre nos contaba mi padre, yo la verdad es que no les di importancia hasta que un día ocurrieron cosas que solo pensaba que sucederían en las películas y en los libros.
Todo lo que sé es que somos los elegidos de algo muy grande, pero no sé si seré capaz de poder hacerlo.
NOTA DE AUTORA
Es una historia original.
Espero que estéis preparados para lo que viene y espero dar lo mejor de mí con esta historia.❤
NO ME HAGO RESPONSABLE
Esta historia contendrá lenguaje vulgar, algunas escenas +18 y se tocará algunos temas importantes. Me estoy informando de todo, pero si por alguna razón tenéis alguna otra idea sobre eso que no lo haya dicho, podéis informarme para cambiarlo y hacerlo bien. Espero que se me haya entendido. Así que si eres sensible a alguno de estos temas te recomiendo que no sigas, pero si no espero que la disfrutes tanto como yo voy a disfrutar escribiéndola.
Si vais a leerla, espero que la disfrutéis mucho <3
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Intenta Sobrevivir ©
Science Fiction¿Y si todas las leyendas fueran ciertas? Todos los cuentos que me contaron de pequeña nunca les di importancia hasta ahora y vaya que si lo me los contaba mi padre era por una buena razón. El 24 de diciembre del 2021, apareció un virus extraño en n...