21. Recuerdos, Regina y Respuestas Incompletas

83 17 2
                                    

Al llegar a casa, lo único que quería era ir a mi cuarto a dormir y eso hice. Fue fácil pasar desapercibida porque por lo visto solo mamá se encontraba en casa, seguramente papá se había ido a trabajar y mis hermanos no sé.

Llegué a mi cuarto y me tumbé.

—Te odio Nicholas Bayle —susurré y me quedé dormida pensando en todo y buscando alguna respuesta clara sin éxito.

Me desperté y no estaba en mi cuarto, pero me sonaba demasiado familiar esta habitación. Me levanté confundida y salí de esa habitación.

Pero me había dado cuenta de algo, tenía el aspecto de una Harper de 16 años.

—Querido tengo miedo —era la voz de mi abuela, pero no podía ser, ella estaba muerta.

—Cariño, los dos prometimos cuidar de ellos, de nuestro hijo y de nuestros nietos... Ellos son lo más importante —¿Podría ser este momento mi respuesta clara?

—Lo sé, pero tengo miedo de que no lo logremos, de que ellos estén en peligro cuando nosotros no estemos.

—Estarán bien... Alex sabrá lo que hay que hacer.

—La pequeña Harper —quería ir a verlos, pero necesitaba respuestas.

—Odio la idea de que no tenga sus recuerdos.

—Míralo por el lado bueno, de esa manera la estamos protegiendo.

—No, no lo estamos haciendo... Esos dos chicos le hacen bien, además cuanto crees que puede durar esto, Harper cada cierto tiempo tiene que hacer eso para no recordarlos.

—No le hacen bien... Ellos dos la destruirán de la peor manera.

—¿Cómo estás tan segura de eso?

—Él está con Dominic nuestro enemigo y el otro es un monstruo.

—Somos cazadores, pero eso no significa que debamos matarlos a todos, existen criaturas buenas.

—Esas criaturas no lo son... Los dos sabemos que Dominic hará lo que sea para matar a Harper y a todo aquel que se interponga.

—Por encima de mi cadáver —sin querer me moví un poco haciendo que unas llaves de la mesita se cayeran.

—¿Querido? —mierda.

—Silencio —mis piernas quedaron pegadas al suelo— ¿Harper? —me envolvió la oscuridad.

Esta vez el lugar era distinto, estaba acostada en el pasto y a mi lado estaba un Ethan de 14 años como mucho. Pero esta vez había una diferencia, mi yo de 14 años estaba a su lado.

Eso significaba que ellos claramente no podían verme.

—Harper —mi yo de 14 años se giró para verlo.

—¿Qué pasa?

— No te alejarás de mí, ¿verdad?

—¿Por qué piensas que lo haría?

—Soy un monstruo —ella se levantó e hizo que él también se levantara.

—Ethan no lo eres, eres un hombre lobo... Pero eso no te hace ser un monstruo, eres un chico muy extrovertido y siempre te preocupas por los demás.

—¿Por qué no te alejas? Tengo miedo de que en alguna Luna Llena, cuando estemos juntos te haga daño.

—Si me fuera, cuando volvieras a tu estado normal, ¿quién te curraría las heridas? ¿Quién te diría que no eres un monstruo? ¿Quién estaría a tu lado cuando te derrumbaras? No me puedes pedir que me aleje de ti, eres demasiado importante para mí.

Intenta Sobrevivir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora