2. La Fiesta

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18 de julio de 2021

Harper Clifford

Un nuevo día, pero para hacerlo mejor, ¿por qué no gastarle una broma a mi querido hermano? Miré el reloj y vi que eran las 7:00 am, bueno, hoy era sábado y papá nos dejaba dormir más tiempo, que pena para Connor, porque su querida hermanita le iba a hacer una pequeña broma. Necesitaba ayuda y sabía que Stephen aunque fuera sábado se levantaba pronto, todo lo contrario a Connor. Fui hacia su cuarto y como supuse estaba despierto leyendo un libro de los suyos, era un fanático de los libros de crímenes y era un gran fan de la autora Agatha Christie.

Una gran autora cabe destacar, sus obras te dejaban con ganas de seguir leyendo, al igual que te hacía creer una cosa para que al final fuera todo lo contrario, sin duda alguna era demasiado talentosa y tenía mi admiración.

Lo bueno de que estuviera despierto es que había un punto a mi favor para mi preciado plan, ahora solo faltaba convencerlo, aunque eso sería muy fácil. Le encantaba hacerle bromas a nuestro querido hermano, al igual que tocarle las narices. Cuando se trataba de una broma a Connor, él accedía fácilmente.

—Buenos días al mejor hermano del mundo —me acerqué a él y le di un abrazo, aunque creo que supo que estaba tramando algo.

Era demasiado obvia, pero en mi defensa... No tenía defensa.

—¿Qué tramas? —sí que me conocía muy bien. Aunque no sé por qué me sorprendía, era mi hermano, obvio, que me conocía demasiado bien.

—¿Tan obvia soy? —le pregunté inocente, regalándole una sonrisa de la misma manera.

Él soltó una pequeña risa.

—Si hermanita, ¿qué quieres? Por tu cara supongo que quieres gastarle una broma a Connor —este hombre era adivino. Estaba sorprendida, pero era normal porque era mi hermano, aunque a veces solía darme miedo.

Es que, a veces, era raro que supiera lo que quería hacer exactamente.

—¿Cómo lo sabes? ¿Acaso eres adivino? —dejó el libro para mirarme y el muy idiota volvió a reír.

—No, pero lo intuía —comenzamos a reírnos.

—¿Entonces me ayudas? —él asintió levantándose de la cama.

—Claro, ya sabes que cuando se trata de molestar a Connor es un sí rotundo —salimos de su cuarto, mientras planeábamos nuestro querido plan. Lo bueno del plan es que Connor tenía un sueño demasiado profundo y la verdad es que no se enteraba de nada, y cuando digo de nada es de nada. Podía ocurrir un tiroteo o haber una bomba y él estaría durmiendo como un angelito.

Algo muy normal en Connor, aunque no tan normal para nosotros. Aún me sorprendía que pudiera escuchar la alarma. Ya la que podría joder todo es que él estuviera despierto o se despertara a la mínima.

—Bueno, había pensado en que podríamos poner la cama hinchable en la piscina y ponerlo allí —no era una maravilla de plan, no obstante sabía que podría hacer gracia ver a Connor en esa situación.

Ahora solo me quedaba rezar para que no se despertara.

—Bueno, está bien, sin embargo, déjame añadir una cosa, la semana pasada el muy idiota me pintó la cara con rotulador negro, por suerte no era permanente, pero yo había pensado en hacerle lo mismo, pero con rotulador permanente —Stephen sí que era vengativo, comencé a reírme de solo imaginármelo.

Stephen podía ser una persona demasiado vengativa, pero así lo amábamos todos.

—Me parece bien —chocamos los puños y justo nos encontramos con papá.

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