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24. La verdad

15 de diciembre del 2021

Os haré un pequeño resumen de lo que paso en estos meses. La verdad es que desde ese día, todo cambio.

La última vez que hablé con Nicholas, fue esa vez donde le pedí que no volviera, ahora estaba bien y no necesitaba que él me quitara esa felicidad.

Ethan se encargó de animarme, estuvo a mi lado todos estos meses, no puedo decir que estemos saliendo, porque no somos novios, pero hay algo y ese algo me encanta. Íbamos con calma y eso era algo bueno.

Casi todos los días venía a buscarme para hacer algo divertido y hace unas semanas estuve con él en su transformación.

La verdad es que estuvo tranquilo, pero salió lastimado por hacer el idiota, pero menos mal que estuve yo para curarle.

—¿Puedes dejar de moverte? —no paraba de moverse y no quería que le currara porque le escocía.

—Déjalo, no hace falta.

—Ethan, será rápido, sé un poco más fuerte —le dije mientras volvía a intentar limpiarle con un paño la sangre que tenía en su pecho.

—Vale, hazlo rápido —seguí limpiándole las heridas y desinfectándolas. Cuando terminé volví a ver mi trabajo y estuve satisfecha.

—Listo, ¿has visto que no era para tanto? —le sonreí.

—Tengo una buena enfermera —me sonrió de vuelta. Se acercó más a mí y me agarró de la cara y me besó delicadamente. Al separarnos los dos teníamos una sonrisa en la cara—. Gracias.

—No agradezcas lobito —soltó una carcajada mientras se ponía la camiseta, no quería que lo hiciera, estaba muy bien contemplando las vistas.

—Te quiero Harper.

—Yo también te quiero Lobito.

Sonreír al recordarlo.

Bueno, hace unas semanas empezaron unas sospechosas desapariciones, algo muy raro en este pueblo, porque casi todos nos conocíamos. Papá ya no estaba tanto en casa, por eso, llegaba muy tarde y siempre llegaba cansado, así que tampoco quise preguntarle que estaba pasando porque conociéndole estaba segura de que no me diría nada.

Mamá estaba preocupada y no me dejaba salir sola, tenía que ir acompañada de mis preciosos hermanos, no me quejaba, bueno un poco sí, pero podía soportarlo.

Y bueno, estos meses han sido un poco caóticos, pero me sirvieron para olvidarlo, o al menos hacer el intento.

Después de este pequeño resumen, hoy voy a informaros de algo y es que es mi cumpleaños, lo que escucháis es mi cumpleaños. Un día para celebrar, aunque no estaba muy segura de que quisiera eso.

Como dije, no es que tuviera muchas ganas, pero mi familia y mis tres mejores amigos no pensaban lo mismo que yo. Así que les dejaría organizar todo, después de todo sabía que a ellos les hacía ilusión.

—¿Puedo pasar? —papá se asomó con una pequeña sonrisa.

—Claro —me senté en la cama.

Papa entró y cerró la puerta tras él.

—Feliz cumpleaños mi princesa —me levanté para abrazarle.

—Gracias papá.

—Espero que todos tus sueños se cumplan y que sigas brillando como siempre lo has hecho mi hermosa niña.

—Bueno, uno ya se ha cumplido —nos separamos y él me sonrió con esa sonrisa que transmitía paz.

—Creo que ya sabes por qué estoy aquí —era la hora.