—Luca, ¿qué haces aquí? —esa voz llena de malicia que hizo que todo mi sistema nervioso se pusiera en alerta. Esta persona, era el diablo en persona, estaba demasiado segura, porque tenía algo horrible, no sabía explicarlo.
Siguió avanzando hasta que incluso notó mi presencia y me sonrió con esa sonrisa cínica, que por mucho que fuera valiente, necesitaba a alguien que me salvara. ¿Por qué Nicholas no estaba aquí ahora que lo necesitaba?
Hace un rato lo estaba insultando y ahora estaba deseando que apareciera para que nos salvara, era demasiado estúpida o muy bipolar.
Ni siquiera me atrevía a decirle algo por la cosa que nos unía o yo que sé lo que era eso, ni siquiera quería saberlo.
—Ohh, si es la señorita de ayer —ojalá no se hubiera acordado.
Nicholas por favor aparece.
—Sí, por lo que veo no se ha olvidado —le solté con total seguridad, aunque en el fondo estuviera demasiado aterrada.
—Jamás se me olvida una cara como la tuya. Tu expresión de inocencia mezclada con miedo, hacen que quiera conocerte más —se acercó más a mí, hasta que nuestras narices podían rozarse. ¿Por qué no podía alejarme?
—Papá, déjala, vámonos seguro que Nicholas nos está esperando —Luca se acercó a nosotros para alejarlo de mí. Seguramente mi miedo se sentía a kilómetros de distancia y yo trataba de ser valiente. Espera, ¿el desconocido era su padre? Entonces también era el padre de Nicholas.
—Hijo, no tenemos prisa, es más, ayer no tuve el placer de conocerla mejor por tu hermano —lo mejor es que volviera a pasar lo mismo de ayer. ¿Por qué no podía aparecer de una vez?
Por favor Nicholas aparece.
—Me temo que esta vez mi hijo no podrá estar presente, está un poco ocupado —¿lo había dicho en voz alta? Juraría que no.
Dios creo que me estaba volviendo loca.
—Papá... —su padre, cuyo nombre no sabía, se giró irritado hacia Luca.
—Lárgate con tus hermanos —le ordenó mientras lo fulminaba con la mirada.
Quise irme y jamás salir de mi casa. Por una vez mamá tenía razón con lo de no salir mucho de casa y siempre al menos estar rodeada de alguien cercano a la familia. Esperaba que por favor apareciera Nicholas o al menos alguno de mis hermanos con algún arma.
—No te voy a dejar solo con ella —Luca se colocó en medio de nosotros dos.
Era un niño, pero era muy valiente para su edad, algo demasiado admirable, no iba a negarlo.
—No seas exagerado, no le voy a hacer nada, así que hazme un favor y desaparece —Luca me miró angustiado, porque no quería dejarme sola con él, pero no podía llevarle la contraria a la persona que le salvo la vida.
—Júrame que no le harás nada —le pidió mientras lo miraba con una pequeña expresión triste en la mirada.
—Te doy mi palabra de que no le pondré un dedo encima —Luca un poco más relajado, se acercó a mí y me abrazó. Me sorprendí porque apenas nos conocíamos, pero le correspondí el abrazo.
—Aguanta, avisaré a Nicholas y a tus padres —me susurró para que su padre no escuchara, aunque él sin nombre estaba demasiado centrado en otra cosa.
—No conoces a mis padres —le susurré yo también. Tenía miedo de que su padre estuviera escuchando y tanto él como yo estuviéramos en un lío.
—No te preocupes por eso... Tranquila él no ha oído nada —¿por qué lo decía? Claro que no había oído nada porque no creo que tuviera un excelente oído. Luca se separó de mí y se fue de allí, dejándome con el peligro en persona.
—Qué exagerados son estos niños de ahora —dejo de mirar a un ciervo que había por allí para centrar su mirada en mí.
—Ayer, supongo que no me presente —se acercó a mí y me extendió su mano—. Soy Dominic Lacroix.
No sabía que hacer, pero no me convenía enfadarlo, le di mi mano y la estrechamos—. Harper Clifford.
—Clifford, tus padres son Alexandru Clifford y Elizabeth Clifford, ¿verdad? — espera, ¿cómo conocía a mis padres? ¿Y cómo sabía el nombre de mi padre? El nombre de Alexandru solo lo sabíamos mis hermanos, mi madre, claramente la familia por parte de mi padre y yo. Para todos él era más conocido como Alex Clifford.
—¿Cómo lo sabes?
—Todo el mundo conoce a los Clifford en este pueblo y más a tu padre —si podría ser verdad, papá era el Comisario Principal del pueblo.
Tenía un nivel de responsabilidad muy alto y, por tanto, se encargaba de resolver crímenes, recopilar información y entrevistar a testigos o personas involucradas en el caso. Papá trabajaba demasiado, pero últimamente el pueblo estaba demasiado tranquilo. Así que se la pasaba más tiempo en casa, entrenándonos.
—Es verdad —me alejé un poco de él porque ya estaba lo bastante nerviosa y asustada para como soportarlo.
—Era y supongo que sigo siendo un buen amigo de tus padres —no le creía.
—No te creo —le dije convencida, dudaba que mi padre tuviera algún tipo de relación amistosa con esta persona.
—Te doy mi palabra, también conozco a tus abuelos por parte de padre y también sé muchas cosas que estoy seguro de que quieres oír —¿Quién era? ¿Y qué quería de nosotros? ¿Qué cosas sabía?
—¿Qué quieres? —quise sonar lo más ruda posible, y supongo que funcionó.
—Tranquila pequeña Harper, no hay necesidad de sonar tan ruda, solo quiero conversar contigo.
De pronto se escuchó un ruido, que hizo que todos mis sentidos estuvieran en más alerta que nunca.
De unos arbustos apareció un lobo grande y su pelaje era un negro precioso, sin ningún otro color. Sus ojos de un verde zafiro, podían hipnotizarte con solo mirarlos unos segundos, era precioso.
Se acercó a nosotros de una manera majestuosa, con elegancia, y se colocó a mi lado, mientras comenzaba a gruñirle a Dominic.
—Mira por donde, un lobito —Dominic se acercó sin miedo a él y le acaricio la cabeza.
El lobo, por su parte, le gruño más fuerte y apartó su cabeza para que no lo tocara. Estaba demasiado asustada y no podía moverme.
—Vaya genio tienes, bueno lobito es mejor que te vayas —Dominic sin previo aviso empujó al lobo y yo le miré asustada porque no sabía de donde tenía tanta fuerza porque logro que el lobo se chocara contra un árbol. Él se acercó a mí con una sonrisa demasiado maliciosa y con su mano izquierda rozó mi mejilla.
Tenía miedo.
—Aparta las manos de mi hija —cuando oí la voz de mi padre, pude soltar todo el aire que había acumulado. Miré al frente y allí se encontraba mi padre con una ballesta, también estaban mis dos hermanos apuntando a Dominic con una pistola y un poco más alejados se encontraban Nicholas y Luca.
Todos con una expresión seria en sus rostros, como si quisieran matar con la mirada a Dominic, pero todos tenía una pequeña chispa de preocupación en sus miradas.
—Vaya, mi viejo amigo —se alejó de mí para acercarse a mi padre.
Nicholas aprovechó eso para acercarse rápidamente hacia mí.
—¿Te ha hecho algo? —negué porque ya no tenía voz para contestarle—. Ya estás a salvo, no te preocupes, te voy a llevar con tus hermanos y yo me encargo de Dominic —asentí, y los dos fuimos hacia mi familia.
El primero en acercarse a mí fue Stephen—. Dime que no te ha puesto la mano encima —volví a negar y él me estrechó entre sus brazos y me alejó de Nicholas.
ESTÁS LEYENDO
Intenta Sobrevivir ©
Science Fiction¿Y si todas las leyendas fueran ciertas? Todos los cuentos que me contaron de pequeña nunca les di importancia hasta ahora y vaya que si lo me los contaba mi padre era por una buena razón. El 24 de diciembre del 2021, apareció un virus extraño en n...