Moondust II - Jujutsu Kaisen

Capítulo 210: Estrategia de control

Miércoles. 6:45 am

Aun en su departamento, específicamente en su vestidor, Nanami buscaba que traje ponerse. Era curioso... porque últimamente no hacía elecciones al azar como antes, le ponía más atención. Buscaba una camisa que fuera... suave sí pero también elegante pero no tan seria... algo que lo hiciera ver guapo. Claro por qué no decirlo, aunque se ruborizara, él era un hombre guapo pero no solía arreglarse para alguien más. Ahora sobre su hombro ya hacía un pequeño Satoru vestido de diablito que se la pasaba molestándolo y exigiéndole vestir algo que lo hiciera ver... irresistible. Entonces para complacer a su amante Nanami elegía una camisa azul, un azul muy claro y un traje color arena de corte ligeramente ajustado y corbata satinada un tono más encendida que la camisa. Se tomó su tiempo para anudar la corbata de una forma diferente, algo más elaborado. Peinó su cabello y se perfumó con discreción. Una vez listo fue hasta su estudio y buscó en su portafolio para despejar un poco de papeles... hasta que se dio cuenta que en el fondo había algo extraño era una pequeña botella con un post it pegado. "Por si las moscas :D. Riv".

La vena en la frente de Nanami saltó de inmediato. Así que a eso se refería Riviera cuando dijo que le había dado un auxiliar en casos de emergencia. ¡Tener un lubricante en su portafolio pudo haberle traído problemas a Nanami!

Alguien tocó el timbre y por la urgencia con la que tocaban Nanami dejó la botella dentro y cerró el portafolio. Se apresuró a abrir seguro era Haibara y él ya debía partir para pasar por Satoru y los niños. Al abrir la puerta no se encontró con Haibara sino con Mei Mei quien de inmediato pasó a su departamento antes de que le cerrara la puerta.

Nanami seguía... sorprendido por su visita. No era agradable verla y mucho menos conociéndola.

—Señor Nanami que hermoso departamento. Había escuchado de algunos que vivía en una zona exclusiva de la ciudad y en uno de los edificios más tranquilos pero esto ha superado mis expectativas. ¿Está la señora Fabriano aquí?

Nanami ni siquiera tenía ganas de contestar. ¡Estaba enojado! ¿Cómo podría quitársela de encima y evitar un problema con Satoru...? ¡Oh era cierto!

Mei Mei se dio la vuelta porque ni un buenos días había recibido y ya se encontraba con él haciendo una llamada.

—¿Va a avisar que llegará tarde? Ufu ufu ¿quiere tener sexo prenupcial ahora sí?

Él la fulminó con la mirada antes de que la llamada fuera contestada. Escuchó la voz de Satoru:

—¡Hola mi querubín de nalgas de porcelana!

Nanami hizo un gesto que Mei Mei no supo interpretar. Eso había sido inesperado y le causó conflicto.

—¿Le agrada ese apodo? Estoy en busca de uno adecuado.

—No tiene mi aprobación. Sólo para decir que surgió un contratiempo pero llegaré a la oficina. Lo veré allí por favor espere lo que mandaré en un momento.

—Ah... ¿mandará una camioneta? ¿El contratiempo... usa zapatillas muy altas y escotes de infarto verdad?

—Sí y así es. Lo veré luego, no se preocupe.

—De acuerdo, dulcecito.

Nanami colgó. "¿Dulcecito?" Debía decirle que dejara de buscar un apodo.

—¿Entonces? ¿Sí llegará tarde vicepresidente? —bajó los tirantes de su vestido.

—No.

Nanami se giró con total indiferencia, abrió la puerta de su departamento y salió. ¡Mei Mei se regodeó! Cuánta indiferencia, le encantaba ¡y más le encantaba ese lujoso departamento! Acomodó su vestido y abrigo y salió del departamento, lo siguió hasta el estacionamiento y esperó a que Nanami le abriera la puerta de su coche.