Moondust II - Jujutsu Kaisen

Capítulo 233: Ser el mejor equipo

✨🍦Advertencia de contenido sobre: acoso escolar, se recomienda discreción 🍦✨

5:43 pm

Llegaron a un acuerdo para salir un poco más temprano y pasar por los niños, desde luego también para que Nanami pudiera pasar tiempo con ellos y hubiera margen para la reconciliación. Salieron de la torre en el auto de Nanami, ya habían cambiado los asientos de los niños en la parte trasera y el anterior auto de Nanami había desaparecido del estacionamiento. Satoru preguntó cómo era que había hecho ese truco de magia.

—Le pedí a Haibara de favor que lo llevara cerca de su departamento; así podrá usted más tarde acomodarlo en el edificio y usarlo cuando quiera.

—¡¿Eh?! Debió decir que hizo un truco de magia ¡buuh! Este tipo de conversación no me gusta...

—No me diga que es de los que aún cree que Santa existe...

Satoru se cruzó de brazos, estaba sumamente ofendido. Nanami notó eso, apartó su mano del volante y buscó tomar la de Satoru pero él se negó.

—¿No es cierto, verdad?

—Yo... —y aquí venía el drama— no creí que usted me lastimaría así. Ha cuidado de mí de una forma tan dulce y yo bajé la guardia. Jamás... ¡escúcheme bien! Jamás creí que me lastimaría así.

—Lo dice así y parece que le he roto el corazón.

—¡Lo hizo! ¿Cómo se atreve a siquiera cuestionar eso? Que quede claro, desde ahora, en mi casa esa barbaridad que acaba de decir es impronunciable ¿oyó?

—Lo sé, jamás lo diría enfrente de los niños...

—¡Tampoco enfrente de mí! Si Santa lo escucha no traerá regalos de nuevo... —murmuró lo último.

—¿De nuevo? —oh... entonces él creía en Santa Claus? Nanami comenzó a reírse, eso era muy propio de Satoru— ¿A usted... Santa le trae regalos?

—Oh no... de hecho no —su desilusión era tan real que Nanami se enterneció—. Es que yo ya soy un adulto, de hecho nunca me trajo regalos como tal, pero eso es mi culpa. Yo todos los años hacía alguna travesura y por ende no traía nada. El año pasado me esmeré mucho en ser bueno, lo fui, le juro que sí... pero no hubo regalos...

—¿Y los niños sí obtuvieron regalos?

—¡No! El tonto Santa se atrevió a no traerles nada, bueno sí son traviesos ¡pero cómo se atreve a ser selectivo con bebés! Ellos no saben que no fue Santa, no lo recuerdan, ni siquiera recuerdan que yo tuve que ir a comprar un regalo de emergencia para ellos porque qué feo sería eso de no tener un regalo por culpa de que Santa es prejuicioso ¿no cree? ¿A usted le trae regalos?

—Soy un adulto, Santa sólo trae regalos a los niños.

—Puff... qué injusto. ¿Por qué la preferencia? Es mágico, puede hacer aparecer regalos ideales, seguro también puede darle obsequios a los adultos que, a mí parecer, los necesitamos más que los niños. ¿No cree que sería esperanzador, así como en las películas, que uno de adulto con la vida de mierda que lleva reciba de vez en cuando un guiño de que la magia existe? Imagine cuánta depresión se evitaría.

—Tiene sentido... pero supongo que ya es mucho hacerse cargo de niños. Tal vez este año... usted reciba un regalo de ¿Santa?

—¡Nah! —dijo con desdén ya había olvidado su enojo y aceptó que Nanami le tomara la mano incluso le sonrió— porque este año hice cosas malas...

—¿Como cuáles?

—Como seducir a mi jefe, y coger como gatos en celo en su oficina... —Nanami se sonrojó— si el viejo ese es tan prejuicioso como para no traerme un regalo por romper la ventana de la vecina... pues menos me va a traer algo por no llegar virgen al matrimonio.