Moondust II - Jujutsu Kaisen

Capítulo 231: Táctica de guerra

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Actualización... doble sorpresa! contexto en el final del siguiente cap jajaja. Provecho.

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Viernes 7:23 am

Era el desayuno y Satoru estaba enfrente de Nobara. Tenía en su mano dos prendedores para el cabello: un moño celeste muy pequeño con cuentas y la mariposa que hubiera usado en su cumpleaños. Ella meditaba mientras comía fruta.

—No lo sé fulano... ya está visto esto ¿no crees?

—¿Visto? ¿Y eso qué importa? ¿Quieres el consejo de alguien que es modelo?

—Hmm —no parecía muy convencida— Está bien, te escucharé pero ten cuidado... no tolero las faltas en la fashiones.

Satoru hizo una mueca de hartazgo y luego murmuró:

"He criado a una diva a mi imagen y semejanza".

—De acuerdo, su real majestad. Yo creo que deberías usar el moño de cuentas...

—¡Te falta visión! —golpeó la mesa con su manita, asustando a Megumi quien levantó su cabeza y frunció el entrecejo. Yuuji observaba todo con atención mientras comía gajitos de mandarina.

—¿Visión? —¿cómo era que aprendía tantas palabras? —. Creo que tengo un punto, déjame explicarlo.

—¡Tienes cinco segundos!

—¡Me tratas peor que un jefe!

—¡Dos! —levantó sus dedos empapados en jugo de mandarina.

—Es porque se lleva bien con el atuendo desenfadado de hoy. Es un atuendo cómodo con un accesorio cómodo. Hay equilibrio ¿entiendes? das un aire de "estoy tranquila, voy a trabajar pero no pierdo el estilo porque miren mi moño tiene cuentas". ¿Comprendes?

—Te salvaste por hoy —dejó el vaso con jugo y dejó que Satoru pusiera el moño.

A la par llegó un mensaje de parte de Nanami.

"Señor Gojo, buen día. He mandado una camioneta con guardaespaldas para que lo transporten a usted y a los niños. Dejó el 300c en la torre. No se preocupe, lo veré en la oficina".

¡Era cierto! Satoru apenas lo recordaba. Contestó.

"Buenos días sol de mis amaneceres. ¿Qué haría yo sin usted que me ha resuelto un gran problema? Muchas gracias, reciba un beso en su mejilla lo veré en la torre. ¡Muack!"

—Bien, es hora de irnos —caminó hasta el recibidor donde puso sus zapatos. Los niños lo imitaron, al mismo tiempo que él puso su saco ellos pusieron sus suéteres sobre sus batas, tomaron sus mochilas y a paso veloz salieron del departamento. Satoru paró, ellos también lo hicieron y en fila lo miraron con determinación. Satoru tuvo que aguantar tirarse al suelo porque verlos allí con ese rostro casi de furia pero ellos tan pequeños le dio demasiada ternura.

—Hoy es viernes, se acerca el fin de semana y no vamos a dejar que la energía decaiga! —Los niños aclamaron, incluso Megumi que era atraído por la emoción de sus hermanos— ¡hoy pelearán!

—¡Sí!

—¡Hoy conquistarán esa abejita trabajadora!

—¡Sí!

—¡Hoy serán niños valientes y fuertes, protegerán a sus amigos y se protegerán entre ustedes!

—¡¡¡Sí!!! —saltaron.

—¡Son cachorros feroces, enséñenme esos colmillos de leche!

Los tres enseñaron los pequeños incisivos y gruñeron. Satoru contestó su gruñido.