🪷 𝕽𝖚𝖘𝖎𝖆 🪷

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Rusia entreabrio los ojos aquella calida madrugada veraniega, su avión acababa de aterrizar y su hermano Ucrania sacudía su hombro una y otra vez esperando a que se levantará.

—Блін, вставай відразу. (Maldita sea, levantate de una vez) —acto seguido abofeteo a su hermano mayor—. Давай, Білорусь, запізнимося. (Vamos, Bielo, llegaremos tarde)

Sobo su mejilla y se acomodo su Ushanka. Decidió levantarse de una buena vez para bajarse del avión.

—Сука. (Perra) —le dijo entre dientes a Ucrania recibiendo un fuerte golpe en la nuca por parte del mismo.

—Будь обережним, як ти розмовляєш зі мною, братику. (Ten cuidado con como me hablas, hermanito) —le advirtió mientras apretaba los puños.

—Хопіць плакаць, дзяўчынкі. Давайце раз і назаўсёды, я больш не буду падарожнічаць з вамі ўдваіх адны больш за 16 гадзін. (Dejen de llorar, nenas. Ya vámonos de una buena vez, no vuelvo a viajar con ustedes dos solos por más de 16 horas) —Bielorrusia terminaba de acomodar su precioso vestido antes de bajar del avión.

—Це не моя вина, почав він. (No es mi culpa, él empezó) —Ucrania siguió a su hermana fuera del avión criticando al ruso.

Una vez se quedó solo en el avión, soltó un largo suspiro pensando en como estaba de acuerdo con Bielorrusia. No volvía a viajar con su hermano tanto tiempo, había tanta tensión en el aire que podía cortarse con el filo de una aguja.

Decidió seguir a sus hermanos fuera del avión. Fue una sorpresa encontrarse con una ligera lluvia que comenzaba a tornarse fuerte y peligrosa. Su acompañante ya lo esperaba afuera con una sombrilla.

—Buenas noches, caballero.

—Привет (Hola) —definitivamente no estaba acostumbrado a que le hablaran en español, pero dado a que se estaría hospedando una semana en ese país, tendría que adaptarse al idioma. Y más importante aún, al clima cálido.

Caminó hacia el aeropuerto para recoger su maleta, tomar un taxi e ir al hotel que le recomendaron para finalmente descansar de tan largo y tedioso viaje. No dejaba de preguntarse por qué era tan importante para ONU que se reunieran el 1 de junio en plena calle, usualmente sus reuniones se llevaban a cabo dentro de una sala de juntas privada.

Limpió el sudor de su frente con el reverso de su brazo. Tal vez traer ese pesado abrigo no había sido tan buena idea como pensaba.

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—комната 327... комната 327... (Habitación 327... habitación 327...) —decia en voz baja caminando por el pasillo buscando el número de su habitación.

De pronto escucho aquella espantosa risa que tanto detestaba. Le dio un escalofrío tan solo de pensar en quien se trataba. Dio media vuelta con la esperanza de haberse equivocado.

—Well, well. Is that you? (Bueno, bueno. ¿Acaso eres tú?) —un rubio platinado observaba de pies a cabeza al país comunista—. Of course it's you, who else could come to an hotel with that stinky smell of vodka. (Claro que eres tú, quién más vendría a un hotel con ese apestoso olor a vodka)

—Фу, США (Ugh, Estados Unidos) —rodo los ojos, como si nada pudiera salir peor aquel día—. Я не в настроении, понимаешь? Итак, вы уже видели меня и поприветствовали меня, так что я надеюсь, что не увижу вас снова в ближайшее время (No estoy de humor, ¿entiendes? Así que ya que me viste y me saludaste, espero no verte de nuevo pronto)

—Don't worry, you won't have to. 'Cause I'm not the only one who doesn't want to see you around. (No te preocupes, no tendrás que hacerlo. No soy el único que no desea verte por aquí)

Ambos se miraron sin decir una sola palabra, Rusia agitó las llaves para seguir buscando su habitación, solo para darse cuenta que estaba justo al lado de la de USA. Horrorizado, decidió caminar un poco más esperando a que el país contrario se metiera en su habitación. Una vez paso eso corrió de vuelta y abrió la puerta de la manera más silenciosa que pudo. Estados Unidos era famoso por las bromas que le gastaba a su enemigo una vez se enteraba de en qué habitación se encontraba.

—Окончательно (Al fin) —dejo su maleta junto a la puerta y se sentó en la cama para quitarse las pesadas botas de invierno.

Definitivamente esa había sido una de las pocas buenas desiciones que había tomado ese día. La cama era muy cómoda, la habitación estaba impecable, los muebles le daban un aire elegante y caro, el aire acondicionado estaba perfecto. Se sentía como en casa. Comenzó a quitarse su abrigo y la ropa mientras caminaba al baño, necesitaba una relajante ducha antes de dormir.

Abrió la llave de la regadera y se metió dentro, sintiendo las gotas de agua fría golpeando su piel. Aunque a decir verdad se sentían mucho menos heladas que las de su hogar.

Una vez termino de bañarse, tomo una toalla y la envolvió en su cintura. Salió del cuarto hacia su maleta, pues había olvidado tomar ropa antes de entrar. De igual forma se llevó una navaja y crema de afeitar. Ahí frente al espejo reconoció su rostro, su rubio y mojado cabello pegado a su piel, sus ojos azules como el cielo, su piel blanca algo rosada por el agua fría, aquella cicatriz que atravesaba desde su frente hacia su mejilla cruzando su ojo derecho. Era producto de uno de los castigos de su padre por querer volverlo un hombre fuerte.

Untó la crema de afeitar sobre su cara y con la navaja comenzó a quitarse el vello facial. Prefería seguirse viendo joven a parecer un país que ya tenía 32 años de edad. Se sentía viejo a pesar de ser uno de los países más jóvenes del mundo.

Una vez termino su rutina de cuidado regreso a la cama y se envolvió con las cobijas. Pensamientos venían a su mente mientras intentaba dormir. Realmente se sentía exhausto por el largo viaje para llegar a aquel país. Sin embargo no dejaba de preguntarse que era tan importante celebrar aquel 1 de junio, todo esto le parecía extraño y sospechoso. Poco a poco dejo que el cansancio, el sueño y la relajante habitación lo obligarán a caer en los brazos de Morfeo.

Женщины (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora