“Eres un galán, México”
Corría por aquel bosque lleno de champiñones rosas, flores que cantaban y árboles de algodón de azúcar. Corría sin sentido, hipnotizado por aquella melodiosa voz y dulce risa.
Por más que le gritaba que se detuviera parecía que no tenía las ganas de hacerlo. Corría tan rápido como sus piernas se lo permitían.
Chocó contra una figura femenina que deslumbraba por su luz blanquecina. Reconocía la silueta de su amada. Las risas se escuchaban más fuertes, un escalofrio recorría su espalda.
“Tu querida Anastasia es en realidad el stupid Russia”
Al darse la vuelta aquella femenina figura se topo con ese rostro varonil que lo miraba con desprecio, con una sonrisa de burla de lado a lado. Se acercaba lentamente a punto de besarlo.
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—¡Aléjate! ¡Basta!
Nuevamente estaba solo en su habitación. México había estado teniendo esas pesadillas desde hacía algunos días. Respiraba agitadamente tratando de calmarse después de aquel horrible susto.
Se giro sobre su cama, pegándole un grito a su almohada. Después comenzó a golpearla. Se sentía tonto, se sentía iluso. ¿Cómo era posible que la persona en la que más había confiado y amado lo traicionara de esa manera? ¿Cómo era posible que Rusia le mintiera por seis meses y se aprovechará de su amabilidad?
—Che, ¿todo en orden?
Oh, cierto, había olvidado que aún se encontraba en ese cuarto de hotel en París. Junto con su compañero de habitación, Argentina. El mencionado encendió la luz de la habitación, provocando que México entrecerrara sus ojos.
—¿De nuevo ese sueño?
—Si.
—Lo comprendo —Argentina quería más que un simple intercambio de palabras con su hermano, había pasado esos últimos días hablando en monosílabos—. México, ¿en serio te enamoraste de Rusia?
—No... Quiero hablar de eso.
—Vamos, hermano, no has hablado más que con Ucrania —rodó los ojos—. Ni me has dejado volver a mi país porque tenes miedo de volver al tuyo. ¿Qué diablos te sucede?
—¡Mierda, no pasa nada! —cubrió su cabeza con ambas manos en sus oídos.
Sintió un peso junto a su cama, Argentina estaba sentado a su lado ahora. Poco a poco se descubrió, dejando ver sus ojos inyectados de lágrimas.
—Anda, che —le tendió un pañuelo—. Ya sueltalo.
—Es que no se si es auténtico lo que siento por Rusia —secó sus lágrimas con su antebrazo, rechazando el pañuelo de Argentina—. Digo, es un hombre. O al menos lo era. Me siento usado, me siento engañado. Ni siquiera puedo verlo como es actualmente, menciono Rusia y viene a mi mente ese hombre rubio alto y musculoso. Si estoy enamorado, esto no va a funcionar, Arge. Porque no...
—Porque no te sentis atraído por Rusia, ya entendí —bostezó un poco, recién levantado—. Pero es que vos estás pensando en el Rusia varón. Sin embargo, si que sentis atracción por Rusia que aparentaba ser Anastasia, ¿no es verdad?
México desvió la mirada, asintiendo lentamente. Y es que no podía evitarlo. Pensando en Rusia de aquella manera, claro que si llamaba su atención. Le parecía atractivo todo aquello que representaba. Su feminidad, su sensualidad, su personalidad fuerte, sus ganas de vivir.
—¿Sabes si Rusia siempre se sintió así? —volvió su rostro al de su hermano—. ¿Sabes si Rusia siempre supo que era trans? ¿Te dio alguna señal?
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Женщины (RusMex)
Fanfiction» Actualizaciones: Martes « En un viaje organizado por la ONU, todos los países deben unirse a una marcha LGBT+. Sin embargo, el hijo mayor de la Unión Soviética se reusa a participar, por lo que huye de la escena lleno de rabia. Su odio irracional...