🪷 𝕯𝖆𝖓𝖘𝖊 𝖉𝖚 𝕹𝖔𝖚𝖛𝖊𝖑 𝕬𝖓 🪷

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Capítulo dedicado a VolkCH69, fiel seguidor de esta historia. Espero disfrutes tu regalo <3

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Un suspiro, helado. Vapor salía de entre los labios de Rusia por el gélido clima que hacía en París. Cubría sus hombros con una elegante chamarra esponjosa blanca. Realmente no sabía si estaba temblando por frío o por nervios, probablemente era la segunda razón.

Inhala, exhala. Su pecho subía y bajaba al compás de un vaivén: su respiración. Sus pulgares peleaban entre ellos, en una lucha que parecía ponerse cada vez más agresiva. Cerró sus ojos, volvía a abrirlos notando que el movimiento de la ventana del auto se había detenido por un instante.

Sacó de su bolsa un espejo, encontrando su reflejo. Su pálida piel se veía iluminada por el rubor natural en sus mejillas, pues hacia frío y estás se mantenían rosadas. La sombra plateada en sus lagrimales le molestaba, más no quería quitársela. El delineador negro hacia resaltar sus ojos azules. Sus pestañas largas acentuaban el tamaño de sus ojos. La cicatriz prominente, aunque al principio pensó en ocultarla, Chile termino por convencerla de que no lo hiciera.

Sacó un labial rojo y comenzó a retocar sus labios. No estaban lo suficientemente rojos para ella, quería verse perfecta aquella noche. Acomodaba su peinado, que se mantenía en una media coleta alta. Se lo había rizado un poco, tan solo para que creará la ilusión de que su cabello era ondulado.

—Russ, ¿me prestai' un poco de perfume? Creo que olvidé el mío en el hotel —Chile rebuscaba en su bolso.

—Да (Sí) —cerró su espejo, sacando un pequeño pomo—. Sólo no te lo acabes.

—Gracias, linda —se colocó un poco en zonas esenciales.

—¿Vas a bailar con alguien?

La latina se ruborizó. Más por la poca iluminación era poco probable que Rusia se hubiera dado cuenta de ello. Acomodó su vestido, de color lila con un escote tímido, un cinturón que se ajustaba a su figura y una falda con abertura coqueta en su pierna izquierda.

—¿Qué te hace pensar eso? —le contestó de vuelta—. Mejor no hablemos de mi, ya me verás después. ¿Qué pensai' hacer?

—No estoy segura —recargó su cabeza sobre su mano—. Pensé que esto sería más sencillo. Seis meses sonaba a mucho tiempo pero... Ya estamos aquí.

—Puedes hacerlo, Russ —le guiñó un ojo—. Además, te ves guapísima, vas a recuperar a México y el resto serán pan comido. Ya verás.

—Eso espero.

Llegaron al lugar. Bajaron del auto, parecía la Meta Gala. Paparazzis por todos lados balbuceando en francés y tomando fotografías por doquier. Rusia se acabardó un instante, encogiéndose en su asiento ante los flash de las cámaras. Chile tomó su mano, con calidez. Estaban juntas en esto.

Abrieron la puerta del auto, bajando del mismo. Chile se apresuró a saludar a todo el mundo, opacando la atención que posiblemente recibiría Rusia. Así ella no se acobardaria. Una vez esquivaron el tumulto de gente, ingresaron al edificio. El color dorado predominaba en el lugar. Un edificio estilo barroco con un toque de rococó. Estaba plagado de arte.

Una alfombra roja bajo los pies de ambas mujeres las conducía a la planta alta, donde se encontraba el área de baile. Las escaleras dobles se asemejaban a las del castillo de la Bella y la Bestia. Todo aquello gritaba lujo absoluto, Rusia estaba maravillada. Sólo había asistido a esa reunión tres veces en su vida, está sería la cuarta.

Женщины (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora