12. Un mal perdedor

6.4K 392 11
                                    

BMo

Todas las personas se paran alrededor del auto de Jota, siento que estoy en Herbie a toda marcha o alguna película de zombies y quieren comerse mi cerebro. Afuera es un griterío.

He ganado.

Puedo distinguir a Jota y a Scott acercarse a mí y por fin suelto el aire que ni yo sabía que tenía contenido. Jota se para al costado de la puerta y me grita algo que no puedo entender por el bullicio. Al ver que no entiendo, este me empieza a hacer señas para que salga del auto así que lo hago, pero como la puerta esta atorada por los cuerpos amontonados, bajo la ventanilla y decido salir por allí recordándome cuando competí con Gus y choque a Fifí. Una sonrisa invade mi rostro. Jota me ayuda a salir y me carga encima de un hombro.

- ¡la ganadora! - grita y todos gritan.

No puedo dejar de sonreír. Papá estará orgulloso y se lo comentará a Gus y luego alardeará de mi mientras entrenan y... simplemente creo que mi corazón ha dejado de palpitar o estoy en un sueño.

He ganado una carrera de verdad.

He ganado una carrera callejera.

Desde lo alto veo a Trevor, ha salido de su Ferrari y está recostado en el parachoques con su intento de pose de chico malo, pero hay algo más. Intento fijarme en su expresión, pero es neutral, no demuestra expresión alguna. Ni burla, ni enojo, nada. También veo un Plymouth Roadrunner que se acerca lentamente, el Plymouth Roadrunner de Max. Hasta ahora no le he visto la cara y por lo que me han contado, ninguno de por aquí tampoco le ha visto la cara, dicen que siempre lleva un casco y lentes oscuros y nunca se los quita. Es todo un misterio. O tal vez no. Tal vez podría ser la primera en ver su rostro. El auto se estaciona y la puerta del piloto se abre, de esta sale un chico alto vestido completamente de negro y -como Jota, Scott y Trevor dijeron- con lentes oscuros. No puedo verle la cara, pero sé que este me está viendo a mí. Alza una mano y la pone en sus lentes, lentamente se los quita dejando ver sus ojos negros que por un momento y con la luz de un farol se prendieron un color más claro, casi mostaza, se pone los lentes de nuevo, levanta la misma mano y la agita en mi dirección. Vuelve a entrar a su Plymouth Roadrunner y arranca.

¿Pero qué demonios?

Me quedo aturdida y no oigo nada salvo el motor del auto a lo lejos. Recibo una sacudida fuerte de parte de Jota haciéndome despertar de mi trance. Todo sigue igual: gritan (ahora mi nombre), Jota me mueve de un lado a otro y alguien se acerca con billetes en mano y me los entrega.

- por haber ganado. Felicitaciones, novata - me dice y se aleja por el lugar de donde vino.

Cuento el dinero... dos, cinco, diez, quince, veinte... ¡mierda! Veinticinco mil, la boca se me cae hasta el suelo.

Gus y papá siempre me dijeron que en las carreras ilegales hay apuestas y compras un puesto para competir, pero nunca pensé que sería tanto. Aunque si he oído bien, los veinticinco mil no son nada.

- ¿y qué vas a hacer con el dinero? - me pregunta Scott desde abajo.

- compartirlo - cojo unos diez mil y se los doy al chico, este se queda con la boca abierta al igual que Jota cuando le doy su parte - por prestarme los carros y... - cojo los cinco mil que me sobran y también se los doy a Scott - sé que se tienen que inscribir y dar un monto... gracias

No me dice nada, solo recibe el dinero aun atónito. Jota me baja de su hombro para pisar tierra y se gira hacia mí.

- eres la chica y humana más rara que conozco - me dice el gran hombre de tatuajes ¿qué acaso es el día de hacer recordar a BMo? - recibes el dinero que tú ganaste y lo compartes ¿quién hace eso?

¡No soy una barbie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora