28. Carreras en París

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Trevor

Puedo notar la confusión y asombro de Barbie cuando le menciono a Mia, pero ¿por qué?

- ¿que... qué pasa? - pregunto yo también confundido.

- no, nada, no me pasa nada ¿por qué me pasaría algo? - responde demasiado rápido como para ser verdad, sin embargo decido no preguntar más.

He aprendido que si una chica no te quiere decir que le pasa por el bien de todos –y de mi salud física– es mejor dejar el tema.

Intento tomar la mano de mi novia, pero ella me esquiva metiéndose a una tienda de dulces en donde comienza a comprar... casi toda la tienda. Cuando salimos, vemos un auto pasar demasiado rápido y esquivar todo lo que está en frente de este, a los segundo vemos otro y pronto la policía. Es una persecución hasta que los dos autos se pierden y la policía ya no los puede seguir.

- ¿viste eso? - pregunto Barbie mirando por donde se había ido el auto.

- si

- sabes lo que significa ¿verdad? - inquiere ella achinando los ojos y yo asiento - tenemos que ir

- pero no sabemos que donde es - replico frunciendo un poco el ceño, es ahora cuando me siento la voz de la razón o Pepe Grillo diciendo que es bueno o malo - además si es peligroso

- vamos, eres amigo de Jota y estas en esas carreras desde que aprendiste a manejar

- sí, pero yo hablo inglés... no francés

- yo puedo hablar y tú solo conduces, aunque mejor yo hago los dos

- graciosa - digo riendo sin gracias.

Barbie hace un ademan con la mano para luego jalare por donde salieron los autos.

Seguimos por unos oscuros y no tan concurridos callejones en donde pasaban DEMASIDOS gatos... creo.

- creo que ya nos perdimos - comento al darme cuenta que ya no hay personas en la calle... estamos solos, solos y desprotegidos y si nos pasa algo nunca nos encontraran y moriremos en una fea calle donde hay muchos gatos que no tienen pelo en la cola y... ¡Quiero salir de aquí!

Siento que me pican los ojos... ¡Por el sudor! Así que me los seco y creo que me voy a enfermar.

- ¿estas llorando? - me pregunta mi novia, sorbo con la nariz y niego con un rotundo no - Trevor, no nos pasará nada

- ¿y tú como lo sabes, mujer? ¡Estamos perdidos y no nos van a encontrar!

- Trevor, tranquilízate

- ¡AY DE MI! ¡AY DEL POBRE TREVOR GIBBS!

- ¡cálmate, Trevor!

- ¡Y LUEGO LOS CAMINANTES VENDRÁN Y NOS COMERAN!

Estoy gritando cuando siento una mano que se estrella con fuerza en mi mejilla... me dolió.

- ¡tienes que tranquilizarte! - me grita Barbie quien ha sida la propietaria de esa bofetada - no nos hemos perdido

- ¿sabes? - comento mientras sigo siendo guiado por mí no tan cariñosa novia - para la próxima sería mejor que me calles con un beso, son lindos y no duelen

- no puede ser cierto - dice ella.

- ¡claro que sí! Debes aprender a ser mas romántica, mujer - replico cruzándome de brazos.

Eso, me ofendió.

- no hablo de eso - Barbie me mira y rueda los ojos, me jala del brazo para acercarme a donde ella esta - mira

Miro en la dirección que me señala y puedo ver una gran calle cerrada en donde hay muchos autos, desde Audi hasta Ford . Varios hombres y mujeres paseando por un lado a otro y bueno amigos, bienvenidos a las carreras ilegales de Francia.

BMo

Apuestas por aquí y por allá, autos por montones y carreras ni que decir. Creo que es el paraíso.

Trevor ha dejado de temblar a mi lado y ahora mira entusiasmado todo al rededor, parece papá en McDonald's y bueno, aparte de que ame las carreras, también ama las hamburguesas... demasiado, una vez se quiso casar con una... como decía, Trevor esta emocionado.

- sin duda esto es mejor que quedarme viendo toda la saga de Rápidos y Furiosos - comenta mi novio.

- y tú que creías que ya nos habíamos perdido - comento codeándolo y riéndome al recordar que casi se pone a llorar.

- Ils viennent à concurrencer faire?- pregunta un chico pasando por nuestro lado.

- ¡Quita tus ojos, feo! ¡Ella es mía! - le grita abrazándome por la cintura a lo que el francés ríe y niega con la cabeza.

- Trevor, mi princeso, preguntó si veníamos a competir - le informo intentando no reírme - oui

- ¿son americanos? - nos pregunta el chico con un claro acento francés y nosotros asentimos - bueno, vengan conmigo si quieren competir

- gracias

El chico se adelanta y nosotros lo seguimos, Trevor me toma de la mano y entrelaza sus dedos con los míos.

- ¿celoso? - inquiero al notar su aire sobreprotector sobre mí.

- pff claro que no, solo que ¿has visto cómo te mira? - replica mi novio como si fuera un niñito.

- sí, con los ojos - río y me adelanto para no perder de vista al chico.

Llegamos a donde están todos los autos estacionados, wow esos sí que son autos.

- serían 10

- creo que nos olvidamos de las apuestas - comento en un susurro girándome para ver a Trevor quien asiente con la cabeza.

- pero qué tenemos aquí - dice alguien con voz demasiado gruesa - ¿pero qué hacen aquí dos chiquillos americanos?

Es un hombre un poco gordo y con muchos tatuajes, por el acento también debe ser americano y bueno aparte del cinturón que lleva la bandera de Estados Unidos no me equivoco.

- ¿saben correr? - nos pregunta rodeando nuestros hombros con sus gordos brazos, ambos asentimos - pues puedo ayudarlos - no entendemos hasta que el gordo llama al chico francés - Dex, quiero un puesto para ellos

Wow sí que nos va a ayudar, abro los ojos emocionada al ver que le da el dinero.

Vamos y escogemos los autos que vamos a correr.

***

- creo que es un Déjà vu- comenta Trevor del otro lado de la ventanilla.

- creo que acabará como el anterior

La luz se pone en verde y arranco, con mi novio al costado.

***

- te dije que sería como la anterior vez - comento acercándome a él y este me abraza.

- compito con la hija del mejor - dice besándome la frente - solo quiero competir contigo

Y por un momento olvido que tenía algo que hacer cuando llegue a casa y será lo primero que haga.

- vamos a casa - me dice tomándome de la mano.

Volvemos con un poco de dinero ya que Bill nos dio un porcentaje por quedar en buenos lugares. Subo a mi habitación y me encierro en esta.

- ¿hola? - pregunta la chica al otro lado de la línea.

- hola, Mia


¡No soy una barbie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora