Lina
De camino hacia la mansión Genovese o así me dijo mi padre que se llamaba, me enfoco en mirar por la ventana como las calles están alborotadas por el fin de año. Se puede ver personas vestidas de fiesta corriendo de un lado a otro y los autos gastando sus cláxones creyendo que haciendo ruido el tráfico avanzaría. Cansada de ver el caos que provoca la gente por nada cambio mi mirada hacia mi padre. Viste un esmoquin color marrón oscuro con un moño que le rodea su cuello color negro. Los entalles de su traje le quedan a la medida y con la cara de serio que lleva nadie diría que es padre de una mujer de 28 años.
Al tomarme mi tiempo en observarlo noto que sus hombros están tensos y su mandíbula apretada. Me extraña verlo así pues es un hombre que siempre le da una sonrisa al mundo.
- ¿Papá? ¿Sucede algo? – le pregunto haciéndolo saltar en su asiento por mi repentina pregunta
- ¿Eh? – se recompone en un segundo – Oh no sucede nada cariño, solo es el tráfico – se excusa y me miente
A papá nunca le ha molestado el tráfico incluso lo ama, dice que son los momentos que te da la vida para reflexionar y hablar con la persona que tienes al lado y claramente no esta platicando conmigo. Algo le pasa y no me quiere decir. Desde el funeral, la conversación que tuvimos mientras caminábamos y la llamada tan sospechosa que tuvo hace semanas. Algo lo está inquietando y ese algo me dice que la familia Genovese tiene que ver.
- Llegamos – papá interrumpe mis pensamientos doblando por una entrada que deja ver una mansión digna de un rey. Mirandola desde la distancia y con la luz nocturna todavía se puede apreciar cada lujo. Con una fuente delante de esta y un jardín extremadamente espacioso sin hablar de las puertas que carga, parecen hechas para gigantes.
Anonadada, papá abre la puerta del pasajero y me ofrece la mano para salir del auto. La acepto y vamos directo a la gran mansión que me robó un par de suspiros. Al entrar los suspiros que se me habían escapado solo por ver el exterior fueron pocos comparados con los que solté al ver la maravilla de casa que esta familia tenía.
Papá me jala hasta llevarme a la sala en donde se estaba llevando a cabo la fiesta. No he ido a muchas fiestas elegantes en mi vida para no decir en ninguna, pero ¡WOW! Esta puso las expectativas muy altas. Ver a las personas tan bien vestidas con sus joyas deslumbrantes me hacen ver mi atuendo para asegurarme que no desencaje tanto aquí. Ver los meseros a la disposición de todos y la decoración tan hermosa y tan bien elaborada me roban una sonrisa.
- ¿Seguro que es tu amigo? – le pregunto a papá, imposible que gente con estos privilegios hagan lazos amistosos con gente como nosotros. Bueno, no es que seamos los más pobres del condado, pero demonios ojalá llegara este nivel
- Sí, Lina, somos amigos incluso desde antes que nacieras – me aclara un poco distraído mirando a todos lados hasta que encuentra su objetivo – Ven conmigo – me lleva hacia un grupo de hombre mayores que están en una conversación algo aburrida desde mi punto de vista – Stuart – lo llama mi padre a lo que hace que el llamado se gire y nos reciba con una enorme sonrisa
- ¡Her llegaste! Pensé que no llegarías solo faltan 30 minutos para año nuevo – lo abraza y luego me mira – La pequeña Lina un gusto volver a verte y feliz cumpleaños – me ofrece su mano en forma de saludo y se la acepto
- Muchas gracias, Señor Genovese – le sonrío mientras retiramos nuestras manos
- Oh dime Stuart tu padre y yo somos amigos desde siempre aquí no hay formalidad – me pide – Y hablando de tu padre necesito hablar contigo, a solas – le da una mirada rápida seria que no muchos pudieron percatar, pero yo si haciendo que me extrañe por su cambio de comportamiento tan repentino

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Intravenous
TienerfictieElla ama su trabajo Él odia el suyo Unidos por obligación se ven arrojados en un mundo muy diferente para ellos. Ninguno tenía la idea de estar amarrado a alguien y menos de una persona completamente diferente. No solo se unieron en un juramento en...