Edryan
Mis ojos se abren por el fuerte dolor que mi espalda produce, me muevo un poco para incorporarme en el sofá, pero el molesto dolor no me pone la tarea fácil. Con mucho esfuerzo logro sentarme por completo y termino de notar que todo mi cuerpo está adolorido y todo por la posición en la que dormí y en donde dormí. Me termino de levantar y miro al sofá con desprecio, me estiro como puedo haciendo unas cuantas muecas de dolor en el proceso.
Busco mi móvil y lo encuentro en el suelo que al parecer yo tiré en la noche. Lo recojo y me fijo en la hora, dormir tan incómodo me hizo despertarme a las 5 de la mañana y el salón esta tan oscuro como si se tratase de medianoche. Camino despacio hacia el armario y busco en mi área de este la ropa que utilizaré hoy. Buscando entre mis camisas echo un vistazo al espacio predispuesto para Lina en este armario y veo que está casi vacío y solo tiene una que otra prenda aleatoria colgada. Mis ojos se posan al instante a las cajas colocadas en un espacio alejado y deduzco que ahí estará el resto de su ropa.
Ni siquiera ha desempacado
Quizás uno de los dos aún tiene la esperanza de salir de toda esta mierda, aunque ayer no se veía tan esperanzada que digamos. Tomo una camiseta que resulta ser de un gris oscuro y de camino hacia la salida del armario pillo unos pantalones negros y me dirijo hacia el baño. Al entrar me apoyo sobre el lavabo y me miro fijamente en el espejo. Me dedico una mirada despectiva por mi mal aspecto que me dejó la mala noche que tuve y el mal sueño.
Me quedo en el baño varios minutos luego de salir ya preparado para escapar de esta habitación que ya no se siente como mía.
Ni siquiera mi vida se siente como mía ahora mismo.
Camino hacia la puerta de salida de la habitación y mi mirada automáticamente viaja hasta la puerta que queda justo a mi lado donde tras ella seguramente está una Lina dormida entre mis sabanas.
Sin pensarlo mucho camino despacio hasta tomar el pomo de la puerta y girarlo con lentitud para no causar ruido. Me adentro a la oscura habitación y me acerco hacia la cama para asegurarme que todavía esté durmiendo, con lo poco que conozco de ella no puedo fiarme de que haya saltado por unas de las ventanas. Aunque creo que sería muy capaz.
La veo acurrucada en la almohada con los ojos cerrados y bien arropada. Me quedo paralizado viéndola y sin darme cuenta mi cuerpo se está agachando para acercarse más a ella.
Quedo a muy poca distancia de su rostro, seguramente si ella se despertase en estos momentos me ganaría que me lanzase otros objeto por los aires. Esa idea hace que las comisuras de mis labios se alcen y dibujen una sonrisa genuina no acostumbrada a mi rostro. Me quedo unos segundo más observándola sin decir ni hacer nada, solo mirándola y trato de buscar el por qué de no poder salir de este bucle de mirarla, hasta que mi móvil comienza a vibrar en mi bolsillo y me obliga a salir de este transe que no estaba muy seguro de querer salir.
Con la misma delicadeza con la que entré, salí hasta llegar al corredor de la mansión, fuera de todo pensamiento intruso y de acciones involuntarias. El móvil sigue vibrando y lo tomo para ver quien estaba llamando tan temprano.
Veo de quien es la llamada y bufo por lo alto.
- ¿Qué quieres? – contesto
- ¿Ese es tu humor mañanero?
- ¿Para qué me llamas Stuart? – respondo exasperándome
- Hoy pasaré por tu oficina, necesito hablar de unas cosas contigo.

ESTÁS LEYENDO
Intravenous
Teen FictionElla ama su trabajo Él odia el suyo Unidos por obligación se ven arrojados en un mundo muy diferente para ellos. Ninguno tenía la idea de estar amarrado a alguien y menos de una persona completamente diferente. No solo se unieron en un juramento en...